Muriel Montalvo
Ayer a la hora de la cena tanto Galia cómo mi papá andaban algo raros, pero después me tendré que enterar.
Andrés me llamo para cancelar nuestra cena el día de hoy por qué tenía un compromiso que ya había confirmado desde hace días, me sentí un poquito triste por qué quería pasar tiempo con el, por qué me gusta.Después de eso mi papá me pidió que lo acompañara a una cena de beneficencia, dónde se reúnen empresarios de aquí de la región a lo que accedí y le pedí que lleváramos a Galia.
—Ahora si me vas a contar maldita que paso ayer!.-Digo volteando a ver aquella castaña que ya estaba nerviosa.
—Es que por un ligero, pero ligerito, así de chiquito.-Me enseña con sus dedos.-Vi a tu papá desnudo.-Dice toda avergonzada y roja del rostro.
—No inventes Galia Bustamante!.-Le digo sorprendida.-Me perturba un poquis pero este es un buen paso para que conquistes a mi papa, si ya lo conoces como lo trajo dios al mundo.-Estallo en carcajadas esto era muy divertido el poder ver su rostro de vergüenza y pánico.
—Por favor muriel es serio.-Trata de decirme.
—Bueno ya me calmo.-Me acomodo sobre la cama para captar su atención.
—Es guapo tu papá, pero Muriel el tiene pareja no se fijaría en mi.-Dice Galia algo desanimada.—Además podría ser su hija tengo tu edad, no inventes.
—Ya no estés de paranoica, si? No pasa nada esa bruja no lo ama, mi ojo de loca me lo dice, yo sé que si le echas ganitas, de demostrarle que le das entrada pues el si se puede enamorar de ti, si es que no ya valió madres por qué pinche vieja consiguió buen brujo en Catemaco.-Le confieso mientras sigo coomiendo unas Sabritas.
—Como dices esas cosas Muriel.-Dice mirándome negando con la cabeza y riéndose.
—Pues que tiene, no lo dudes.-Le digo mirando aquella castaña que su nerviosismo ya había terminado por la bochornosa charla sobre mi padre.
—Que diría tu abuela si te oyera hablar así.
Ambas estallamos en carcajadas de solo pensar en esa situación, ya eran las 2 de la tarde comimos algo ligero y después procedimos a comenzar arreglarnos. Galia me dió la idea de invitar a Quique a lo cual se me hizo una buena idea y sirve que nos divertimos un poquito los tres.
Solo espero está cena no sean como las de mi abuela, hiper aburridas con un buen de ancianos. Marque a su número telefónico y esperaba a que contestará.
—Bueno? Quique?.
—Hola Muriel, cómo estás?
—Muy bien y tú?
—Que bueno, igual muy bien.
—Oye quería pedirte algo, quisieras acompañarme a una cena de beneficencia? Es hoy en la noche, una disculpa por hacerlo ahorita pero mi papá apenas me avisó y pues no quiero estar aburrida.
—Claro cuenta con ello, es de traje?.
—Sii lleva corbata gris jaja, mi vestido es negro.
—Va entonces nos vemos Muriel.
—Si, te envío los datos del lugar por mensaje.
—Va, gracias bonita.
Colgué a la llamada, bueno que pudiera salir mal esta noche. Recordé algo, mi madre tenía en mi cuarto un compartimiento secreto, en la que tenía joyas que le regalaron mis abuelos, estaban ahí por qué se supone son míos, entre ellos hay un collar de diamantes Harry Winston.