Muriel Montalvo.
Después del horrible momento que pase con esa familia, me avisó Quique que ya había llegado. Así que fue a buscarlo a la entrada, alguien jalo mi brazo voltee rápidamente ya que se me hizo algo extraño.
—Muriel déjame explicarte, si?.-Era aquel hombre que yo creí me comenzaba a enamorar, con un rostro preocupado.
—No hay nada que me expliques, no somos nada y no tiene por qué afectarnos a ninguno de los dos.-Digo severamente, esto que acaba de salir de mi boca me dolía más que a él.
—Pero es que si teníamos algo, tu eres la que me gusta, no ella.-Dice frustrado.
—Si tanto te gustará y tuvieras un poquito de responsabilidad afectiva no tendrías algún tipo de compromiso con alguien que siente otras cosas por ti.-Lo miro seriamente, no quiero decirle estás palabras pero mi orgullo me hace decirlas.
—Bueno se que la regué pero quiero remediar las cosas.-Intenta tomar mi mano a lo cual yo se la quito rápidamente.
—No, ahorita no Andres y te pido que el resto de la fiesta no te me acerques.-Digo severa, mirándolo directamente a los ojos, su mirada había cambiado a una triste y sus ojos ya no brillaban igual.
—Muriel, por favor.-Me súplica.
—Ya oíste a la señorita-Volteo aun lado mío y era Quique.
Andrés no muy gustoso se retira y yo me giro para mirarlo.
—Te encuentras bien?.-Pregunta preocupado.
—Si no te preocupes ya pasó, entramos?.-Le pregunto cambiando mi semblante.
—Vamos.-Me tiende su brazo con una bonita sonrisa y entrado aquella velada.
Por suerte lo que resto de la noche no ví mucho Andrés ya que nos fuimos a otra área del salón. Ya eran casi las 10 y ya me había aburrido por completo mi papá solo estaba conversando con otros hombres de negocios y tenía hambre, por qué sus disque bocadillos y copas de "Champagne" aún sentía un vacío en mi estómago.
—Oigan y si mejor vamos a cenar unos tacos, en el camino preste atención a unos como a unos 10 min.-Digo animada.
—Si, yo tengo hambre y ya me aburrí estar entre puro viejito.-Dice Galia con cara de horror.
—Vamos, yo las llevo si gustan, solo que hay que avisarle a tu papá.-Me dice Quique.
Asentí solamente me acerque hasta mi papá y le dije que me dolía mucho la cabeza que iríamos a una farmacia los tres, a lo que me dijo que si, sin problema. Regrese junto a ellos y salimos de aquel salón para llegar a la entrada donde pedías tu automóvil.
Próxima parada los taquitos.Andrés Aceves.
Se que me equivoqué con Muriel, tenía razón en todas sus palabras pero tampoco quitaba el hecho que está noche estuviera con Quique, eso me hacía enojar aún más por qué significaba que podía llevarme la delantera.
El evento estaba totalmente aburrido, ya veo por qué mariza nunca quiere venir. No soy de venir a fiestas y por andar echando compromisos que no debo estoy mal con ella.
La vi a lo lejos acercarse a su papá, algo le dijo y después volvió con su grupo y salieron del salón. Me causa confusión saber a dónde van.—Ya deja de verla.-Escucho a Paola aun lado mío.
—Tu no vas a prohibirme que ver y no, no tenemos nada y es más ni siquiera podría saber si somos amigos.-Le digo algo enojado.
—Cuando vas a entender que la que te conviene soy yo? Siempre me preocupo por ti, te brindo atenciones somos amigos desde hace años.-Dice frustrada.
—Pero no me gustas y no puedo verte como otra cosa entiende por favor.-Trato de no exaltarme mucho teníamos gente alrededor y ahorita lo que menos quiero es un escándalo.