Capitulo 7

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Andrés Aceves.

Por un momento se quedó pensativa ante la plática que teníamos, no me gustaría el verla triste y más por algo tonto.

—Es que está mañana tuve una pelea fuerte con mi papá, cosa que jamás había pasado y aunque intenté hacerme la fuerte o la que no me dolió, pues si me dolieron mucho sus palabras.-Hace una pausa, mira sus manos que descansan sobre sus piernas.

—Si no quieres hablarlo, no hay problema.-Le digo tranquilamente, esperando una respuesta.

—No, si me gustaría contarte quiero que alguien me escuche, aprendí a la mala que no estaba bien reprimir mis sentimientos y fui a parar al hospital.-Dice una pequeña risa nerviosa.

—No tiene por qué suceder eso, yo te escucho y si puedo ayudarte en algo con todo el gusto del mundo lo haré.-Tomo su mano derecha y dejo en un beso en el dorso de esta.

—Mi papá tiene un carácter muy feo cuando se enoja, el detalle es que el mío es peor, el dijo cosas que yo se que no quería decirlas solo en el momento tratar de tener el control de la situación pero pues mi querido papá no contaba con lo que yo le iba a decir por qué yo soy de esas personas que no se dejan.-Se rie un poco nerviosa.-Es que siento que ambos tenemos el mismo genio y por eso chocamos en cuestión de decisiones y eso.

—Y por qué se pelearon?.-Le pregunto.

—Por que en al sala principal había un cuadro que mi mamá adoraba en el que ambas salíamos y ese cuadro junto con todas las fotos donde aparece mi mamá o yo fueron quitadas de la casa y sabes por órdenes de quién, de la noviecita de mi papa, aún no la conozco y ya me está cayendo mal.-Dice tomando un poco de agua embotellada.

—Pues igual y puedes darte un tiempo en conocerla, claro si está por qué siempre se la vive de viaje la señora Miriam.-Le informo.

—Y no es fastidiosa?.-Me pregunta.

—Yo nunca la he tratado solo de saludo y ya por respeto a tu papá y lo mismo con los del equipo, pero nunca va a ninguna práctica o charreada, igual no te puedo dar una opinión.-Finalizo.

—Pues hoy llega y tengo la sospecha que se va armar la tercera guerra mundial por qué doña Mati me dijo que pondrá el grito en el cielo la esa tipa y eso por qué mandé a poner todos los cuadro y fotografías, te cuento alratito que paso.-Me dice, riéndose un poco.

—Ya verás que tu papá te pedirá una disculpa.-La abrazo a lo cual ella me lo corresponde y acaricio su cabello.

—Espero que si, pero hablemos de otra cosa.-Me suelta del abrazo y toma unas uvas.

—Y te quedarás ya a vivir aquí permanente?.-Le pregunto, Mariza ayer me había dicho lo que le había contado Muriel de que se iría en 6 meses.

—Pues aún no lo se, tenía planeado quedarme 6 meses pero igual me gustaría el poder trabajar de mi carrera.-Se voltea para poder quedar frente a mi.—Y tengo ofertas de trabajo, pero son en Europa.

—Entonces te irías?-Pregunto algo desanimado.

—Posiblemente si, pero aún está en veremos no te me pongas triste jaja.-Con ambas menos me toma del rostro y quedamos viéndonos muy cerca, ella con esa hermosa sonrisa que la hace ver aún más hermosa y sus ojos de ensueño, sueño que me despertó por qué me soltó y volvimos a quedar en diferentes distancias.

Pasamos la tarde conversando, aprendí muchas cosas de muriel, cuando se pone nerviosa habla demasiado rápido o mira hacía el piso y juega con sus manos al igual que cuando está feliz cuenta las cosas con mucha emoción, es de esas personas que de la nada plática cosas demasiado random y la hace aún más increíble, cada vez me llama mas la atención y disfrutaré del tiempo que este aquí en México.

Muriel Montalvo

La tarde se me pasó volando junto Andrés, platicábamos sobre cosas que nos gustaban alguna que otra anécdota de niños fue muy divertido. Eran al rededor de las 6 de la tarde cuando el sol ya se estaba poniendo y se veía un atardecer muy bonito, le dije a Andrés si me tomaba un par de fotos y después algunas juntos tomadas con temporizador, se veían muy bien.

Regresamos hasta su casa, dejamos las cosas y me despedí de sus padres.
El trayecto hasta mi casa fue algo corto, al llegar me acompaño hasta la puerta y le agradecí por el maravillosa día que me había echo pasar, me sentía muy feliz.

—Muchas gracias Andrés por este día, me la pasé muy bien.-Quedamos frente a frente mirándonos directo a los ojos.

—Yo igual me la pasé muy bien, me gustaría salir más seguido contigo.-Me dedica una hermosa sonrisa y podía ver cierto brillo en sus ojos que por cierto son hermosos y con esas pestañas.—Creo hay problemas ahí adentro?-Dice escuchando al igual que yo unos gritos.

—Se acabo el encanto, debo ir a discutir un par de cosas.

Me despedí de el dándole un abrazo y un beso en la mejilla y entre a la casa, un par de gritos se escuchaban que provenían del comedor, así que me acerque ahí estaban todos los empleados de servicio y justo frente a ellos estaba esa tipa, me escondí un poco para ver qué más decía.

—SI YO DOY UNA ORDEN SE TIENE QUE CUMPLIR QUIERO DE NUEVO TODAS ESAS FOTOGRAFÍAS EN EL CUARTO, QUIERO SABER DE QUIEN LA MAGNÍFICA IDEA.-Estos gritos debieron escucharse hasta china, está ahí toda neurótica la novia de mi padre.

—Señora no tiene por qué ponerse así, fueron órdenes de...-Contesta Doña Mati tratando de calmar la situación.

—CALLATE VIEJA TONTA!! Cuando pido tu maldita opinión me la das-Contesta furiosa.

—EN PRIMERA FUERON ORDENES MÍAS POR QUE ESTA ES MI CASA Y EN SEGUNDA NO VOY A TOLERAR QUE LE HABLES ASI A MI NANA.-Pronuncio con una voz fuerte sin llegar a gritos, con demasiado enojo camine hasta colocarme a una distancia favorable para ella por qué en cualquier momento me gustaría agarrarla de esas extenciones baratas, modales Muriel, modales.

—Tu debes ser Muriel, las cosas no fueron como tú piensas.-Trata de hacerme creer algo diferente.

—No Miriam por qué yo ví y discúlpame la palabra Nana -Digo volteando a ver a doña Mati.-Pero a mi no me haces pendeja y quiero que sea la última vez que le hablas así a mi Nana por qué la que se va de la casa va hacer otra.-Hablo con voz fuerte y firme, no podía soportar este tipo de situaciones.

—¿Que está pasando aquí Muriel?.-Escucho la voz de mi padre atrás de mi.

—Mi amor.-Pasa aun lado mío haciendose la mártir, casi queriendo llorar.-Yo solo les estaba haciendo saber a la servidumbre la orden que tú habías dado de quitar esas fotografías y llegó Muriel lo mal entendió y me está gritando, te juro que yo no quería esta situación.-Abraza a mi papa, casi casi queriendo llorar pero teatrito más falso que pudo inventar.

—No, no, no quieras cambiar la historia mentirosa!.-Le amenazó mientras la señaló.-Cuándo yo llegue a todos los tenías aterrados con tus gritos de loca...

—MURIEL YA BASTA!.-Dice mi padre.

—No papá! Espero le enseñes a como tratar a la gente a esta tipa, por qué agredió verbalmente a doña Mati y por supuesto que eso no lo iba a permitir.-Le espero furiosa.

—Ya por favor Muriel, yo sé cómo es tu carácter y de seguro todo lo empezaste tu.-Dice mi papá aún más enojado.

—Pues cree lo que quieras a tu mujercita, yo no voy a estar peleando contigo, pero eso sí los cuadros y todas la fotografías se quedan en su lugar, si no quieres que tome otro tipo de medidas.-Finalizo furiosa, me acerco hasta donde está doña Matilde preguntando si está bien, a lo que me dice que sin problema.

Paso de largo dónde está mi padre con su noviecita y llegó hasta mi habitación, pongo seguro a la puerta, me siento en mi cama.
No podía seguir conteniendo me más, lágrimas rodaban por mi rostro del coraje que había echo y más me dolió que mi papá la estuviera defendiendo.

Me acosté sobre mi cama, abrazo una almohada sacando todo lo que me contuve en llanto y sollozos.

Una vida contigo. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora