Capitulo 4

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Muriel Montalvo

Gracias a Dios les fue muy bien en la cala y no se diga de los piales Andrés agarro los tres  y con buena puntuación.

Mariza fue al baño y yo me quedé a seguir viendo la charreada, escuchaba que un teléfono sonaba busque en mi bolsa y era el de Andrés, lo tome y en la pantalla decía "Paola E🙈"  estaba indecisa por contestar o no, pero al final de cuenta si lo hice.

—José, queria saber que tal te va en la charreada, además de que mi madre organizará una cena de beneficencia y me encantaría que fuera mi acompañante.-Habla en un tono coqueto desde la otra línea.

—Emm, no soy José. El se encuentra algo.... ocupado.-Actuo mi voz para que notará algo cansada, pero mal interpretada.

—Pásamelo, por favor.-Dice en un tono más severo.

—No se va poder, está muy ocupado así que no lo molestes por el momento por fa.-Y le cuelgo.

A veces soy una cosa bárbara me cae.

(...)
Tiempo después la charreada ya había terminado nos acercamos a la manga y mi papá nos dijo que nos llevaramos dos caballos, así que nos montamos mariza y yo.

—Muriel, espero te hayan gustado.-Volteo y era Enrique, igual venía montado a caballo y se emparejo conmigo.

—Sii, muchas gracias no te hubieras molestado.-Digo apenada.

—No es molestia, me nació enviártelas.-Dice sonriente.—Crees que pudieras pasarme tu número?.-pregunta nervioso.

—Oh, claro tienes donde apuntar?.-Pregunto.

Saca su teléfono y se lo dictó, cruzamos un par de palabras más hasta que mariza nos interrumpió.

—Muriel, dice tu papá que ya nos vayamos al remolque.-Habla Mariza dirigiéndose a mi.

—Mariza.-Dice Enrique saludando.

—Hola Enrique.-Habla sería y lo vuelve a ignorar.

—Discúlpame Enrique, me tengo que ir.-Hablo dándole una sonrisa cálida.

—No te preocupes Muriel, estamos en contacto.-Finaliza, acercándose a mi para darme un beso en la mejilla.

—Oh, claro.-Contesto algo nerviosa y asombrada.

Nos alejamos de ahí y podía ver el rostro de mariza con desagrado.

—Ya ví que te molesta un poco.-Le digo

—Solo te diré algo Muriel, ten cuidado, si? Yo sé por ahí un par de cosas y note que mi hermano le desagrado por completo el que le hablaras, fíjate bien con quién te relacionas por qué después puedes perder lo que realmente quieres.-Siguió con su camino.

Sus palabras resonaban en mi cabeza, tampoco es como que le fuese hacer caso a Kike, no despierta algo en mi como otra persona. A lo mucho yo creo que seríamos amigos.

Llegamos al remolque, nos bajamos de los caballos y los llevaron a descencillar, busque en la cajuela de la camioneta y había una cubeta, le puse algo de agua para meter las flores y las subí a la camioneta, me senté ahora en la orilla para ir viendo por la ventana, me puse mis audífonos y quise escuchar algo de Luis Miguel y al mismo tiempo contestaba mensajes de Galia.

Saben me sentía confundida por un instante como si no tuviera lugar o cavidad en dónde estoy y lo digo por qué pues entre ellos platican, tienen buenas conversaciones en las cuales yo siento que no encajo, hablando de todo el equipo charro, inclusive mi papá.
Entre ellos tienen una buena conexión en la que siento que aún no entro en la suficiente confianza como para poder entablar una conversación igual espero no sea así para siempre y en algún tiempo poder entablar una buena relación con todos.

Ya estábamos todos en la camioneta de alguna forma Chuyín se las ingenio para sentar a Andrés aun lado mío, el cual aún seguía algo serio pero solo conmigo y como no después de lo que me contó mariza, pero tampoco podría ser grosera con Kike, solo fue un gesto y ya. Además ni se para que se enoja, no somos nada ni tenemos nada.

Andrés Aceves

Este sentimiento extraño que tengo, Muriel en tan solo días llegó a mover muchas cosas. Cuando la conocí en España fue como amor a primera vista, me gusta y me gusta mucho.

Pero ni siquiera tengo por qué estar enojado, no tenemos nada como para yo reclamarle. Mejor me mantengo tranquilo yo sé que Muriel siente algo por mi y si al menos no es así no dejaré tampoco el camino libre a Kike por qué yo la quiero para mi.

Después de un tiempo de camino, pasaron a una gasolinera todos se bajaron menos Muriel por qué estaba totalmente dormida y yo que no tenía ganas de nada, ya quería llegar a casa a descansar a pesar que nos fue muy bien en la charreada y fuimos el equipo con más puntos, ya llega un momento en el que como premio uno necesita un merecido descanso.

Quería mi teléfono, pero recordé que se lo di a Muriel y ella olvidó dármelo, no quería despertarla y tampoco buscaría en su bolsa.
Se ve tan tranquila y bonita durmiendo, quien diría que es bien cabroncita a veces.

—No me estés viendo con cara de sonso.-Escucho que sale de sus labios, aún con los ojos cerrados.

—Estaba esperando que despiertes para que me regreses mi teléfono, fiera.-Hablo serio.

—Que te pasa, yo no soy así.-Me voltea a ver enojada.

—A veces.-Digo burlándome.

—A que no José.-Dice enojada.

—Bueno si tú lo dices, amore.-Me acercó hasta quedar nuestros rostros muy juntos y le contesto como ella me dice a mi.

—Toma tu teléfono y tu cartera.-Busca en su bolsa y me los devuelve.—Por cierto te llamo una tal Paola, que como te estaba llendo en tu charreada y que quiere que la acompañes a una cena de beneficencia para ver si se acaba la pobreza mundial.-Habla imitando una voz chillona y poniendo los ojos en blanco.

—Y que le dijiste?.-Le pregunto

Muriel Montalvo

—Que no estuviera molestándote por qué estabas ocupado con otras cosas.-Hablo en un tono coqueto, dándole a entender lo mismo que le dije aquella tipa.

—Asi? Y que cosas según tu Muriel?.-Me vuelve a encarar quedando muy cerquita mío.

—Pues...-Acaricio su mejilla desde la sien hasta la comisura de sus labios, el cierra los ojos.—Pues obviamente que estabas charreando.....José.-en su nombre imitó la misma voz chillona de la tipa, y el solo se carcagea.

—Ay Muriel, que voy hacer contigo.-Dice Josean, volviendo a acomodarse en su lugar haciendo su cabeza hacia atras y cubriendo su rostros con sus manos.

—Podrias hacer muchas cosas mi amor, no más que ahí vienen todos.-Me acercó a decirle al oído y dándole un beso en la mejilla.

Y si venían todos de regreso a la camioneta de afuera a dentro no puede verse nada pero de adentro afuera si. El solo se quedó en su lugar riéndose y yo igual me acomode en el mío, sacando mi celular.

El trayecto regreso a casa de me hizo más corto, en cuanto llegamos a la casa baje mi cubeta de rosas, me despedí de mariza y sali directo a mi habitación. Estaba muy cansada, necesitaba un buen baño.

Una vida contigo. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora