BlackPink y Tú

Puedo explicarlo

—¡Lili~! —Entré al departamento. —Ya estoy en casa~

Ha sido un día agotador.
Sentía un fuerte dolor en mis hombros.
Así que estar en casa con mi novia era lo mejor, no veía la hora de estar entre sus brazos. 

Dejé los zapatos junto a la puerta y caminé hacia las escaleras.
En el último escalón había una prenda desconocida.
Supuse que Lisa la había comprado cuando salió con las chicas hace poco. 

La verdadera pregunta es: 
¿Por qué se la quitaría mientras subía las escaleras?
No tiene sentido.

Mi mente viajó a todo tipo de escenarios.
Callé todos mis pensamiento y seguí subiendo.
La puerta estaba medio abierta y ahí supe la razón.

Lisa.
En la cama.
Con otra chica.

Lisa estaba entre las piernas de esa chica, besándola y tocándola en lugares y de formas que pensé que solo yo experimentaría con ella. 

—Ay, dios... —Se me escapó un sollozo ante la escena.

Aquel sonido hizo que Lisa rápidamente se separara.
Su rostro demostraba sorpresa.
Chocamos miradas y se levantó, empujando a la chica.

—T/n, llegaste t-temprano 

—¿Qué sucede? —Solo queria que esto fuera una broma. —¿Me estás engañando en serio?

—¿Qué? No, no

Se me escapó una risa sarcástica.
La chica se había ido ya.
De seguro la ropa en las escalas es suya.

—T/n, puedo explicarlo

—Ya se lo que sucede, Lisa; y no puedes explicarlo

—Juro que no sé que pasó —Habló suplicante. —Ella se me acercó en el centro comercial y solo pasó

—Oh, claro, solo pasó —Cubrí mi rostro frustrada. —¿Qué te hice para merecer esto?

—Nada

—¡Exacto! —Respondí molesta. —¿Entonces por qué lo haces?

—No sé, solo pasó, yo no quería que esto pasara

—¿Qué? ¿Arruinar lo nuestro? —Reí y caminé hacia una maleta. —Si querías que pasara, por eso dejaste que otra chica entrara en nuestro hogar

—¿Q-qué haces? —Preguntó al verme empacar. 

—¿Qué parece? Me voy a ir 

—¿Irte? —Sus ojos se llenaron de lágrimas. —No fue mi intención, ya te dije

—Eso no hace que todo vuelva a la normalidad —La miré y continué. —No puedo creer que me engañaste y pensaste que con un simple perdón todo volvería a ser normal 

—No puedes irte —Tomó mi brazo. —Haré lo que sea para que me perdones, todo volverá a ser como antes 

—¡No es así, Lisa! —Me solté de su agarre. —¿Acaso no entiendes? Arruinaste lo nuesto, no puedo quedarme contiggo 

Salí de la habitación, sintiendo sus pasos detrás.

—Por favor, no te vayas, haré lo que sea —Me abrazó con fuerza, sollozando. —Por favor

—Suéltame —Ella negó. Era absurdo que tratara de empujarla, Lisa es más grande y fuerte que yo. —Lalisa, no me voy a quedar así que suéltame ahora 

Luego de unos largos minutos batallando, me soltó.
Solo se quedó mirando como me alejaba hacia la puerta. 

—Te amo...

—Y yo te amé como loca, como nadie más lo hará —Mi pecho comenzó a doler. —Pero arruinaste todos los planes que teníamos juntas

—Ella no es nadie, eres tú a quien amo

—Si eso fuera cierto, no estaríamos aquí  

Cabizbaja, se quedó en silencio, dejando que las lágrimas salieran de sus ojos. 

—Pronto vendré por el resto de mis cosas, adiós

Salí y subí a mi auto.
Lisa se quedó llorando en el sofá.
Había perdido a la chica que más amaba.

Y todo por su propia culpa...