BlackPink y Tú

Enferma

—¿Lisa? ¡Lisa~!— Se escuchó la voz de Rosé mientras tocaba el hombro de Lisa, tratando de despertarla tan rápido como fuera posible.

—Mmm~ ¿Qué pasa?

—¿Dónde está T/n?

Esas tres palabras fueron suficiente para que se levantara de golpe.

—Me desperté hace un instante para ver cómo está, y me di cuenta de que ya no estaba aquí. ¿Tú te diste cuenta de cuando se levantó?

—No, he estado dormida —Murmuró.

Durante los últimos días, no has salido de cama.
Y no por decisión; aunque te encanta estar entre los brazos de tus chicas, ha sido más que todo debido a que estás enferma.

Te contagiaste de una fuerte gripa. Las chicas han estado preocupadas por tu estado de salud, así que han estado cuidando de ti sin descanso.
Cuando no estás en el baño vomitando o tratando de comer, estás en la cama descansando; y ellas te han ayudado con todo: Agua, comida, el camino al baño, las sábanas en medio de la noche cuando hace frío.

Te han cuidado tan bien como pueden, pero la mayor parte del tiempo te observan dormir, esperando que se pase el tiempo rápido.
Así que, teniendo en cuenta eso, el hecho de que no estés junto a ellas las pone ansiosas y preocupadas.

—¿Dónde podría estar?

—Estoy segura de que está bien —Rosé tomó la mano de Lisa, dándole un suave apretón.

Aunque la luz del baño estaba apagada, Rosé se aseguró de buscar allí.
Cuando vieron que estaba vacío, eso solo empeoró su preocupación.
Salieron rápidamente de allí, pronunciando tu nombre mientras caminaban por las habitaciones del segundo piso.

—T/n~

—T/n, cielo~ ¿Dónde estás? —Lisa buscaba en cada rincón.

El sonido de un vaso rompiéndose en el piso de abajo las hizo entrar en pánico.

—¡T/n! ¿Estás herida?— Rosé bajó a toda prisa, mientras Lisa bajaba tras ella.

Y ahí estabas, de pie en la cocina con el vaso roto en tus pies.

—L-lo siento— Hablaste con debilidad.

—No te muevas, preciosa. Déjame limpiar este desastre antes de que alguna se lastime— Lisa comenzó a organizar los vidrios, alejándolos de allí.

Rosie rápidamente se acercó a ti, abrazándote con fuerza. 
Pronto se sintieron los brazos de Lisa rodeándolas a ambas.

—¿Qué haces aquí, pequeña? Estábamos preocupadas por ti al ver que no estabas en la cama con nosotras. ¿Cuánto tiempo llevas aquí? —Preguntó Lisa, besando tu cabeza.

—Solo un par de minutos, necesitaba agua

—De seguro fue un par de minutos antes de que yo despertara—Habló Rosie. 

—Está con la temperatura alta de nuevo 

Rosé posó su mano en tu rostro con delicadeza, sintiendo tristeza al ver que Lisa tenía razón.
La medicina dejó de hacer efecto y parece que estás peor que antes.

—La próxima vez, dile a Lisa o dime a mi y nosotras te ayudaremos. Con lo enferma que estás, lo menos que necesitamos es que salgas de la habitación innecesariamente

Solo pudiste soltar un suspiro, sintiendo como el malestar que tenías se apoderaba de ti.
Las chicas rápidamente lo notaron al ver como te sostenías de la pared, tus dedos estaban casi blancos de lo fuerte que te estabas sosteniendo.

—¿Bebé?—Lisa acarició tu hombro.

—T-todo está dando vueltas

—¿Estás mareada?—Preguntó Rosé preocupada. —Ven, vamos a la cama

Posó su mano en tu otro hombro y soltaste la pared, sintiendo que estarías a salvo entre los brazos de ambas.
Pero rápidamente te arrepentiste, sabías lo que pasaría.

—¿Por qué te detienes? —Lisa estaba confundida.

Pero antes de que cualquiera pudiera decir algo más, te separaste de sus brazos gracias al desmayo.
Por suerte Rosé fue ágil y te tomó entre sus brazos antes de que cayeras al suelo.

—La tengo, ve por un teléfono y llama a la ambulancia

Lisa corrió al segundo piso y regresó con el teléfono casi saliendo de sus manos por los nervios. 
La ambulancia llegó en unos minutos, antes de que abrieras los ojos de nuevo.

—Dijiste que tenía una fuerte gripa— El médico tomaba apuntes.

—Si, se puso enferma hace unos días y le hicieron unos exámenes, los cuales confirmaron la enfermedad

—¿Ha tomado agua a pesar del malestar?

—Ha sido terca por lo agotada que ha estado, pero si

—¿Necesita regresar al hospital?— Rosé estaba preocupada.

—No creo, parece que solo está deshidratada. No veo que tenga nada más de lo cual preocuparse, ni siqueira un golpe por la caída

—Pudimos agarrarla antes de que chocara con el suelo

—Eso es excelente. Ahora, asegúrense que se mantenga hidratada. Pero si se desmaya una vez más, deben ir al hospital 

Las chicas asintieron y Lisa fue por un poco de agua. —Aquí tienes, pequeña

Lo que sea con tal de no desmayarte de nuevo. 
Mientras los médicos se iban, las chicas te llevaron de regreso a la cama y se aseguraron de que haya agua en la habitación para tomar durante la noche.

—Nos diste un maldito susto— Lisa te abrazó con fuerza.

—Lo siento

—No te preocupes. Lo que importa es que estás bien y que no tuvimos que ir al hospital, así que podemos cuidarte. Estás a salvo y eso es lo que importa

—Las amo, chicas. Gracias por cuidarme

—Harías lo mismo por nosotras— Rosie sonrió. —Así que estamos más que felices de estar aquí contigo

—Y te amamos como no tienes idea

—Ahora, descansa. Si necesitas algo, estamos justo aquí