Leia.
Me desperté pronto y con energía aquella mañana, tenía pinta de que iba a ser un buen día. No sabía lo equivocada que estaba.
Jade se había quedado dormida en el sofá, parecía estar en una posición incómoda y tenía los ojos hinchados de haberse pasado toda la noche llorando. No sabía exactamente qué había pasado, pero se suponía que no iba a venir a dormir, así que podía hacerme una idea. Le di un beso en la frente y la tapé con una manta antes de empezar a prepararme.
Mi móvil vibró avisándome de que un nuevo mensaje de Niall había llegado a mi bandeja de entrada:
"¿Puedes venir aquí a las diez? Me ha surgido un imprevisto y me pilla más a mano. Es posible que llegue un pelín tarde, xx."
Fruncí el ceño confundida, pero le mandé un mensaje confirmando que así sería. Me di prisa en terminar de arreglarme para no llegar muy impuntual a la cafetería que Niall me había dicho. Resulta que la conocía y que no estaba muy lejos de mi casa, por lo que fui andando tranquilamente mientras mi aleatorio me animaba la mañana.
Llegué a la cafetería diez minutos tarde, pero por suerte Niall aun no estaba allí, así que me pedí un zumo mientras le esperaba. Empecé a golpear la mesa con los dedos, era incapaz de dejar las manos quietas y más cuando estaba nerviosa. Y no sabía bien porqué pero estaba nerviosa.
Y más nerviosa me puse cuando, después de media hora esperando, Niall aun no había aparecido. ¿Me había dando plantón? ¿Le había pasado algo? Intenté llamarle, pero su móvil comunicaba, ni siquiera me daba opción a dejarle un mensaje de voz. Esperé diez minutos más, pero me desesperé. Si lo que quería era hacerme sentir en ridículo, lo había conseguido. Me terminé el zumo de un trago y a lo que iba a irme de allí y volver a mi casa enfadada, una voz conocida me frenó.
- Me parece que tu cita te ha dado plantón - Louis se sentó frente a mí con esa actitud de prepotente que tanto detestaba.
- ¿Qué haces tu aquí? - Verle delante de mí sólo consiguió aumentar mi mala hostia. Como hablara más de la cuenta hoy sí que no iba a poder contenerme.
Él sonrió más ampliamente y me enseñó un móvil. La pantalla del mío, que estaba encima de la mesa, se iluminó y en ella apareció el móvil de Niall; cuando Louis pasó un dedo por la pantalla del móvil que tenía en la mano, el mío dejó de sonar. Entonces recordé que la noche anterior me dijo que le había cogido prestado el móvil. Tenía que haberlo sabido, tenía que haberme acordado.
- ¿Dónde está Niall?
- Tranquila, fiera, Niall está bien, pero me he encargado de que no pudiera venir. Se va a poner muy triste cuando no encuentre su móvil para avisarte.
- ¿De qué coño vas, Louis? ¿Quién te has creído que eres para meterte en nuestra vida?
- No me gustas para él. Sólo estoy intentando protegerle de ti.
- ¿Protegerle de mí? - Alucinaba. No me conocía de nada, pero no había tardado nada en juzgarme -. Eres un mentiroso de mierda - Grité -. No es que no te guste para Niall, es que no te gusto y punto. Y te molesta que al resto les haya caído bien, porque en el fondo eres un amargado que sólo se hace el gracioso para tener la atención que necesita y se molesta cuando no se la dan - Lo solté todo tan de carrerilla que se me aceleró la respiración. No me di cuenta de que me había levantado de la silla y de que todo el mundo nos estaba mirando hasta que Louis se levantó también y me obligó a salir de la cafetería a la fuerza.
- Seré un amargado de mierda que sólo busca atención, pero eres tú la que me tiene de fondo de pantalla - Me tendió mi móvil, el cual habría cogido de la mesa.