Capítulo 29.

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Leia.

Maratón de American Horror Story: esa era la idea que a Jade se le había ocurrido para animar a los chicos o, al menos, entretenerlos. Y por estas cosas la amaba tanto. Había conseguido engancharme a mí, que nunca había sido una gran fanática de las series, hasta tal punto que llegué a verla entera en menos de un mes. Y sabía que ahora iba a intentarlo con ellos.

Nos pasamos la tarde sentados en el salón enfrente del televisor; yo entre Jade y Louis, que de vez en cuando hacía comentarios graciosos. Incluso llegó a meterse con uno de los protagonistas, - mi favorito, para ser exactos -.

— ¡Oye, no te metas con mi Evan! — Me quejé, golpeándole en el pecho y provocando una risita a Jade.

— ¿Cómo que "tu Evan"? — Preguntó mi novio entrecerrando los ojos.

— No te pongas celoso, tonto. Que él todavía no me conoce — Louis abrió la boca fingiendo haberse ofendido.

— Bueno... No me preocupa demasiado, soy perfectamente consciente de que a ti no te gustan los rubios.

Niall gruñó entre dientes y, dándole voz a la tele, nos reprendió:

— ¿Queréis callaros ya? Hay gente que está intentando seguir la serie.

No me hubiera preocupado demasiado, de no ser porque, cuando terminamos de ver la serie, no tardó mucho en irse de una forma no muy amable que digamos. 

Y yo, aunque fingiera que no entendía los motivos por los que se comportaba así, sí lo hacía y cada vez me dolía más esa incontrolable situación.

— ¿Qué mosca le ha picado al rubio? — Preguntó Louis.

Sinceramente, dudaba mucho que no lo supiera, porque parecía que hiciera lo que hacía a propósito, para molestarle. Y yo empezaba a sentirme fatal por todo a aquello, aunque tampoco tenía porqué hacerlo, en realidad. Yo lo único que estaba intentando era ser feliz con el chico que me gustaba. ¿Qué tenía eso de malo?

— Creo que voy a hablar con él.

— ¿Y por qué tienes que ir tú? — Exclamó Louis dejando claro que no estaba para nada de acuerdo con la idea.

— Porque es mi mejor amigo.

— Ya, claro...

— Louis...

— Haz lo que quieras, Leia, tú verás — Y cruzándose los brazos bajo el pecho, se giró y me dio la espalda.

¿Es que acaso no podía hacer nada sin que uno de los dos se ofendiera? Estaba claro que ambos necesitaban madurar un poquito.

— Venga, hombre, lo que me faltaba — Pero lo que no pensaba darle el gusto a Louis. Puede que fuera mi novio, pero no iba a hacer lo que él me dijera sólo por el hecho de serlo. Si quería enfadarse porque intentara que Niall no se distanciase en un momento como este, que se enfadara —. Pues claro que lo veré.

Y dicho esto me fui en busca de Niall, dando el mismo portazo. Con Louis estaba acostumbrada a discutir porque no hacíamos otra cosa desde nos conocíamos, pero con Niall no.

Salí de casa de Harry y miré a ambos lados. Sabía que Niall había venido andando, porque no estaba su coche cuando llegamos, así que no podía estar muy lejos, sólo tenía que elegir la dirección correcta. Lo cual era una putada, porque me lo jugaba todo a una carta y sinceramente no me apetecía volver a casa de Harry sin haber hablado con Nial ni siquiera.

Por suerte elegí bien y poco después pude verle andando a paso ligero y maldiciendo por lo bajo. Empecé a correr para alcanzarle y pude notar que se dio cuenta porque por poco se echa a correr él también.

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