Capítulo 5 Alone Together

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Hey!!! tardé menos de lo que pensé en escribir este capítulo :3

Bueno espero que les guste, me quedó un poquito largo pero es que fue difícil de escribir.

besitos y abashossss teletubbiesssss

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La joven avanzaba por los pasillos.

Parecía segura de sí misma, pero internamente se estaba cagando de miedo.

Pero era aquello o la muerte. Y le tenía demasiado aprecio a su vida.

Los flecos de su chaqueta se mecían a la vez de sus pasos y sus botas de cuero resonaban al andar.

Llevaba el maletín en la mano izquierda, con fuerza, siendo consciente de lo que contenía su interior.

Salió del edificio y el aire nocturno le golpeó en el rostro, agitando su melena corta y morena.

Se acercó al coche que la esperaba y la ventanilla trasera de éste se bajó y un brazo pálido agarró el maletín que le tendía la joven y sin agradecer ni despedirse siquiera, el coche arrancó y la luz de la luna iluminó la matrícula de California, RATATAT.

***

Sus ojos verdosos se abrieron, cansados y pesados.

Le picaban mucho los párpados, y sentía el rostro hinchado como un globo de feria.

Y en cuanto comenzó a sentirse consciente de nuevo, lo arrepintió ya que el dolor volvió a caer en su cuerpo como un balde de agua fría.

El flequillo rubio se le había pegado a la frente por el sudor y sus piernas temblaban aunque se encontraba sentado.

Atado de nuevo, a una silla, pero tanto ésta como la habitación donde se encontraba, eran diferentes.

La silla era metálica y estaba rodeada de cables de diferentes colores que estaban conectados a su piel mediante parches.

Y se encontraba en lo que le parecía una iglesia.

Irónico, ¿no? Atado y torturado en la casa de Dios.

Junto a él, unos altavoces enormes, enredados también en cables, y un caset antiguo, de los que funcionaban con discos de vinilo.

Frente a él unos bancos de madera donde la gente solía sentarse a rezar y detrás de él, unos enormes ventanales decorados con vidrieras de distintos colores.

Lo que más le dolía a parte del muñón ensangrentado que decoraba su mano izquierda, era el encontrarse solo de nuevo.

Porque eso significaba que aún no habían acabado con él.

La enorme puerta de roble que hacía de entrada se abrió y por ella entraron dos mujeres que avanzaron con decisión hasta Patrick.

-Por favor... dejadnos ir... aunque sea a Pete y a los demás...-suplicó y se regañó mentalmente por permitirse soltar lágrimas de nuevo.

-No cariño, habéis sido muy malos... Eso deberías haberlo pensado antes de buscar ese maletín.-le respondió una de ellas mientras la otra le colocaba dos cables con parches en la cabeza.

En cuanto los parches hicieron contacto con su piel, unas pequeñas agujas se clavaron en ella, como los otros y Patrick soltó un quejido lastimero.

-Hemos pensado una buena forma de que aprendáis porque está prohibida la música.-explicó la chica que le puso los parches.-En un ratito te darás cuenta.

Save Rock'n Roll (Peterick)Where stories live. Discover now