Un fuerte golpe en la puerta de la suite lo saco fuera de su ensueño.
Echó un vistazo a su reloj y se dio cuenta de que había estado sentado en la cama durante casi cuarenta y cinco minutos, pensando. Los golpes regresaron de nuevo, esta vez mas fuerte, saltó y fue directo hacia la puerta.
—¡Ya voy! ─Abrió la puerta de roble solido para encontrar a un Seokjin con pinta inocente flanqueado por un par de enormes matones que no le quitaban los ojos de encima. Uno tenía el pelo negro, y el otro rubio, ambos parecían haber nacido para ser gorilas, vestían de pies a cabeza de cuero negro. El gorila de los cabellos rubios tenía el rostro como el lado de una carne, y una fuerte mano apretaba el brazo de Seokjin.
Antes de que recordara el papel de rico papaíto, él supuso que ambos estaban jugando, Namjoon soltó ─Seokjin, ¿Estás bien? ─Entonces, viendo los ojos del gorila de cabello negro estrecho, rápidamente añadió─: ¿De qué va todo esto?
—¿Es este su chico, Señor Kim? ─El gorila de la izquierda exigió, agitando el brazo de Seokjin muy similar a la forma en que un perro grande puede agitar a uno pequeño.
Habían decidido mantener sus nombres para que pareciera real, para evitar confusiones.
Namjoon vio la mirada beligerante en los ojos de su compañero y respondió rápidamente. ─Sí, él es mío. ¿Hay algún problema? ─Él casi añadió "oficial" antes de que pensara en ello. Los dos matones tenían el aire amenazador y de autoridad que era una marca de las fuerzas de seguridad del RamJack.
─Fue encontrado vagando por una zona no segura sin su patrocinador ─respondió el matón número uno agitando a Seokjin de nuevo para reforzar la idea. La acción despertó sentimientos posesivos en Namjoon, que nunca había sentido antes.
—¿Es eso un problema? ─soltó, acercándose para coger el brazo de Jin y tirando de los brazos del hombre más corto hacia él. Sin pensar, pasó un brazo alrededor del cuello de Seokjin.
─Podría serlo ─dijo el rubio matón─. A menos que usted desee que su chico esté a disposición de otros miembros del club...
—¡Absolutamente no! Le... Seokjin es mío. ─Namjoon se maldijo a sí mismo por lo cerca que estuvo de mencionar el apellido, y no pasó por alto la mirada incrédula de los gorilas. ¡Maldita sea! Él estaba actuando realmente mal, nunca lo había pasado tan mal estando infiltrado antes. ¿Qué es lo que estaba mal con él? Tratando de recuperar el control de la situación, se paró en seco y dijo─: Seokjin es de mi exclusiva propiedad. Estaría muy molesto si alguien más... ─Él no podía pensar bien en cómo terminar eso, por lo que dijo de nuevo─. Él es mío.