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• 2003 •

Al día siguiente Guillermo llegó al colegio sin haber pasado a buscar a Lionel, algo que llamo la atención de los demás alumnos ya que ellos siempre llegaban juntos. Las siguientes horas se sintieron pesadas para el argentino, desde la mañana no hablaba con su pareja y esa sensación era algo nuevo, nunca había estado tanto tiempo sin hablar con el mexicano, peor aún cuando el mayor trataba de ignorarlo cuando se encontraban en los pasillos en los cambios de módulo. Los amigos de Leo le preguntaron varias veces si todo estaba bien o si habían tenido una discusión porque nunca habían actuado así, Leo trataba de explicar que no había pasado nada malo y que no entendía el comportamiento del mayor.

Cuando dió la hora del descanso, Lionel fue a esperar a su pareja en el lugar donde siempre se veían, era un árbol grande donde siempre se juntaban, alrededor de este había algunas rocas grandes dónde se sentaba, era un lugar un tanto alejado de los salones, perfecto para pasar el rato sin ruidos, en ese mismo arbol habían tallado sus nombres dentro de un corazón, era su lugar especial. Lionel espero bastante tiempo a qué llegara su pareja y ya no faltaba mucho para que iniciara su próxima clase por lo que se levantó tomando su mochila para irse al salón cuando la voz de su pareja gritándole mientras corría hasta donde estaba el menor.

—¡Leo, espérame!—guillermo le tomo de la muñeca deteniendo el andar del contrario.—Lamento no haber llegado.

—¿Dónde estabas? Te estuve esperando y desde la mañana que no me diriges la palabra ¿Qué te sucede?—quito su mano del agarre del mayor molesto de su actitud.

—Lo lamento, tengo que hablar contigo ¿Te parece si vamos a comer a la salida y platicamos más tranquilos?

Leo solo se le quedó mirando sin decir nada, estaba confundido ¿Porque si tenía algo que decirle no se lo había dicho ahí mismo y ya?

—Esta bien.—se dió media vuelta y se fue para irse a clases.

Ahora estaba más nervioso que antes, y eso le hacía sobre pensar las cosas, ¿Porqué Guillermo no le dijo nada en ese momento? El siempre le decía las cosas al momento, siempre iba por el en las mañanas, siempre llegaba puntual a su lugar especial después de las clases, sin embargo ese día estaba actuando diferente y no quería entrar a pensar en que en la noche cuando cortaron la llamada, este le dijo que iba a dormir aunque estuvo conectado una hora más y esto venía sucediendo desde hace varias noches. Ahora que su comportamiento era extraño pensaba muchas cosas con respecto a eso.

A la hora de la salida espero en el portón a Guillermo quien volvió a tardar un rato para salir de su salón diciendo que su profesor se tomó unos minutos para terminar de explicar el tema. Durante todo el camino Guillermo fue hablando sobre las clases de ese día, de donde irían a comer y diciéndole a Leo el cuánto le quería, pero nunca algo sobre lo que había dicho en la escuela. No fue hasta que llegaron a la plaza donde comerían que Leo decidió preguntar respecto al tema.

—Bueno, ya estamos aquí ¿Sobre qué querías hablar?

—Ah… Bueno, Leo, tu sabes que yo te quiero y que no me gustaría alejarme de ti por ninguna circunstancia.—tomo la mano de Leo plantando un ligero beso sobre está.

—¿Porqué me dices todo esto?

—Anoche cuando te dije que iba a dormir era mentira, me llegó una llamada de México. Era un equipo de fútbol, me dieron la propuesta de jugar con ellos en primera división.

—¡¿Enserio?!—Leo se levantó emocionado a darle un beso a su pareja, no podía creer que tuviera la oportunidad de debutar en primera división.—Eso es genial, sería algo perfecto para ti y tu sueño de ser futbolista, pero es en México…—se regreso a su lugar con la cabeza baja.

𝘛𝘩𝘦 𝘖𝘯𝘦 𝘛𝘩𝘢𝘵 𝘎𝘰𝘵 𝘈𝘸𝘢𝘺Donde viven las historias. Descúbrelo ahora