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• 2006 •

El mundial de Alemania estaba cerca, con ella, las convocatorias para este ya se habían echo públicas. Tanto Guillermo como Andrés habían sido convocados y eso era emocionante para ambas partes.

Todos se habían estado preparando, entrenando para tal mundial. Siempre era un honor poder representar su país, pero en esta ocasión, el portero del america y el jugador del atlas eran los más jóvenes en este evento -al menos en su selección-.

Era una excusa perfecta para pasar más tiempo juntos. Estaban juntos en los entrenamientos, y después de ellos tenían todo el día libre para pasear por la ciudad. Conociendo restaurantes, parques o algún lugar que les gustaría ir a conocer.

Guillermo si no un gran fanático de la historia, no dudo en ir a visitar algún museo del lugar, claro que acompañado de su novio. Siempre estando juntos.

Las semanas que llevaban en el país alemán habían sido bastante buenas, incluso cuando comenzaron los partidos, la selección estaba contenta de poder estar en el mundial. Al final, el tan esperado día llegó.

Se era conocido que la selección de México casi siempre era descalificada en los mundiales por Argentina. Estaban en octavos de final y su partido sería contra argentina, un partido difícil de ganar más no imposible. Cosa que motivaba a los jugadores para poder jugar mejor que nunca y ganar aquel partido.

Guillermo estaba en los vestidores del estadio junto a su pareja, estaban en silencio cambiándose para en un rato poder salir al campo a entrenar.

-Hay que ir a caminar por los pasillos.- propuso Andrés justo cuando terminó de ponerse la ropa.

El guardameta lo pensó por un momento, no le parecía una buena idea el salir y separarse de su equipo, pero aún faltaba un tiempo para salir a la cancha así que tenían un tiempo libre.

Accedió a ir con Andrés después de levantarse y tomarlo de la mano.

Caminaban por los pasillos interiores del estadio sin decir una palabra. No era nada incómodo, solo disfrutaban del momento juntos, hasta que el teléfono de Andrés comenzó a sonar. Se alejo un poco de Guillermo para contestar la llamada mientras esté lo esperaba recargado a una pared.

-No, ya te dije que no.

Se escuchó la voz cerca de donde estaba. Una voz un tanto conocida, como ese acento argentino tan peculiar que le recordaba a su ex pareja.

Se acercó a la esquina del pasillo que tenía una vuelta hacia otra extensión de este, pues de ahí se escuchaba que provenía la voz.

-Si, se perfectamente en que país estoy.- menciono el chico que estaba dando la vuelta.

Con un teléfono en la mano que pegaba a su oído, fue la última frase que dijo antes de hacer contacto visual con el de cabellos rizados.

-¿Leo?- hablo Guillermo al ver a su ex pareja frente suyo.

Leo seguía con el teléfono pegado a la oreja, escuchando hablar el dispositivo pero sin prestarle atención.

-Les hablo después, tengo que irme.- alejo su teléfono para colgar la llamada.- Guille... ¿Que haces aquí?

Quizás en un pasado, la idea de volver a encontrarlo le parecía emocionante, pero en este caso; era todo lo contrario. Lo que menos quería era verlo de nuevo.

Al fin estaba logrando superar al mexicano y verlo de nuevo era un golpe duro como para darse cuenta de que no era así.

-Por el mundial, fui convocado y aquí estoy. Me imagino que tú igual, con esa forma tan sorprendente de jugar era obvio que llegarías a estar con la selección.

𝘛𝘩𝘦 𝘖𝘯𝘦 𝘛𝘩𝘢𝘵 𝘎𝘰𝘵 𝘈𝘸𝘢𝘺Donde viven las historias. Descúbrelo ahora