| Capítulo 32 |

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28 de octubre del 76

La cena había terminado, nos habían pedido que ningún estudiante faltara ya que el director Dumbledore tenía algo importante que informar, nadie sabía con exactitud de qué se trataba este anuncio.

- Buenas noches, queridos alumnos –anunció acercándose al podio– como algunos habrán notado, no ha habido partidos programados a futuro, por lo que debo anunciarles que este año no se celebrará la Copa de quidditch –a lo que muchos se quejaron– este año tenemos el honor de ser la sede de un evento que tendrá lugar durante los próximos meses, el Torneo de los tres magos –hizo una breve pausa– algunos de ustedes seguramente no saben de qué se trata este campeonato, así que les daré una breve explicación –se aclaró la voz, para ponerle un tono más grave– EI Torneo de los tres magos fue creado como una competición amistosa entre las tres escuelas de magia más importantes de Europa, hace unos setecientos años: Hogwarts, Beauxbatons y Durmstrang –mierda, pensé– Para representar a cada escuela se elige un campeón, y los tres campeones participan en tres pruebas mágicas. Las escuelas se turnan para ser la sede del Torneo, que tiene lugar cada cinco años.

- Si Beauxbatons está aquí, eso quiere decir que merde, Victoire –susurré.

- ¿Quién es Victoire? –preguntó Andy a mi lado.

- La hermana de Simone –respondí inconscientemente.

- En un par de días llegaran los directores de Beauxbatons y Durmstrang con sus candidatos, y la selección de los tres campeones tendrá lugar el último día del décimo mes del año. Un juez decidirá qué estudiantes reúnen más méritos para competir por la Copa de los tres magos, la gloria de su colegio y el premio en metálico de mil galeones –continuó el director Dumbledore– Aunque me imagino que todos están deseando llevarse la Copa del Torneo de los tres magos –pausa– los directores de los tres colegios participantes, acordamos junto al Ministerio de Magia, establecer una restricción de edad para los contendientes de este año. Sólo los estudiantes que tengan a partir de los 16 años podrán considerarse. Las delegaciones de Beauxbatons y Durmstrang permanecerán con nosotros la mayor parte del curso, sé que todos tratarán a nuestros huéspedes con cortesía mientras están con nosotros –lanzando una mirada rápida a los ya conocidos, merodeadores– y que darán su apoyo al campeón de Hogwarts cuando sea elegido o elegida. Ahora, supongo deben ya estar cansados, así que pueden retirarse.

Pasaron los días en espera a la llegada de esas grandes escuelas, la gente en el castillo se notaba ansiosa por dar comienzo a dicho evento, muchos querían participar y llevarse la copa, el dinero y la gloria eterna.

- ¿Ustedes piensan participar? –indagó Barty, no hizo falta preguntar a qué se refería, pues era el tema de conversación del momento.

- Bueno, yo aún no tengo la edad requerida y tampoco Reg.

- Creo que yo lo haré, no por el dinero o la copa, sino por la gloria.

- Es una perdida de esfuerzos, considero que hay mejores maneras de conseguir poder y gloria, que arriesgando la vida en un estúpido torneo.

- Concuerdo con Severus –acoté.

- ¿En serio, MJ? Porque estoy segura de que si tu participas, saldrías campeona.

- ¿Tú crees Bella?

- Por supuesto, con habilidades como las tuyas, serías la perfecta participante.

- ¿De acuerdo?

- Hablo en serio, serías la elegida para ello –con un tono que no me gustó.

- Puede ser, Bella, pero no estoy interesada.

- ¿Segura? Podrías ser la campeona y ganar, ¿Quién no quisiera fama y gloria?.

- Si tanto te interesa, podrías participar tú –respondí.

- Podríamos hacerlo juntas, si lo prefieres.

- Basta Bellatrix, ya dijo que no –atacó Reg.

- Regulus –dijo con advertencia, dejándome confundida.

- ¡Hey, ¿Qué es eso?¡ –se escuchó a un alumno, rompiendo el incómodo silencio.

En el cielo había carruajes de un color azul claro, siendo tirados por una docena de caballos alados, beauxbatons ha llegado, de ellos bajó Madame Maxime, la directora del colegio, quien apenas descendió, el profesor Dumbledore se acercó a saludarla, tras ella salieron los estudiantes, saludando a los alumnos de Hogwarts a cada paso que daban, con esa elegancia característica de la academia, entre ellos pude verla, a Victoire, quien al verme, su semblante cayó a uno más serio, pues desde la última vez que nos vimos, no habíamos tenido contacto alguno.

En eso llegó también el instituto Durmstrang, quienes venían en un barco por el lago, que iba creciendo cada vez más, convirtiéndose en uno enorme, un hombre de aproximadamente unos cuarenta años se acercó a nuestro director, siendo seguido de una docena de alumnos, estrechando su mano con él, en un saludo rápido.

Las formalidades pasaron y el día con ellas, varios de los alumnos pusieron su nombre en el gran cáliz, Lucius lo hizo, al igual que Bella, Barty e incluso James lo hizo, yo aún tenía mis dudas al respecto, sin embargo, el tiempo jugaba en contra.

- ¿Lo harás? –escuché la voz de Andy desde su cama.

- No lo sé Andy, no te mentiré, el torneo ha logrado llamar mi atención, el querer participar en él se ha convertido en una peculiaridad.

- Mira, tu eres la única que lo debe decidir, si quieres hacerlo hazlo, por ti y nadie más, y si no, entonces no lo hagas y ya.

- Sabias palabras –con un tono sarcástico.

- Sabes lo que quise decir –rio.

Con ello en mente, a pocos minutos del toque de queda, salí a tientas de mi habitación, pasando por la gran sala común en busca de la salida, dejando las mazmorras detrás, encaminándome al vestíbulo, al pasar, lo primero que cautivó mi tención fue el gran cáliz en medio del salón, siendo rodeado por una gran raya de edad, mis manos hormigueaban, ansiosas, creí eran por los nervios, sin pensarlo más, di unos cuantos pasos en dirección a esa gran copa y coloqué el papel con mi nombre y colegio dentro de ella, convirtiéndome en una participante más, sin saber que ese era el peor error que pude cometer.

Una Potter en Slytherin |Regulus Black|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora