| Capítulo 22 |

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Tiempo después de la cita con Reg, si así se la puede llamar, las cosas entre nosotros eran diferentes, incluso el ambiente se notaba más cálido, acogedor, me sentía cómoda con él, lo que en cierto punto era irónico, teniendo en cuenta lo pasado. Las personas más cercanas a mí, mis amigos, familia, ellos no sabían el porque de mi actitud tan reservada, el no querer experimentar sentimientos por las personas, ser vulnerable, pero había una razón, una pequeña y muy dolorosa que solo pocos lo saben y no conocen toda la historia

Aquella noche, cuando murió Simone, sentí que algo en mí se desgarró, que todo había acabado, ni si quiera sabía como tuve el coraje de volver a levantarme, sentía que todo era mi culpa, de hecho así lo era; murió en mis brazos, cuando su sangre y la mía corrían por nuestros cuerpos formando un charco inmenso, sabía que nada sería igual, y hasta el día de hoy es una imagen que no he podido sacar de mi cabeza, ni creo poder hacerlo jamás. Ella no solo era mi mejor amiga, fue la primera persona que amé con tanta intensidad como para dar mi vida por ella, sin pensarlo dos veces.

Iba por los pasillos hasta mi siguiente clase, DCAO, la teníamos con Gryffindor, al dar la vuelta por uno de ellos, aparecieron en mi campo de visión cuatro leones, para estos momentos ya muy conocidos

- Buenas chicos – dije pasando por su lado

- ¡MJ, Hola! – saludó Peter

- Potter

- Hola MJ, ¿Cómo estás?, ¿Vas a clase?

- Hermana, que bueno que te veo, tengo algo que decirte

- ¿Qué sucede? – dije girando para verlo

- Los Hufflepuff organizaron una fiesta en su sala común esta noche y nos han invitado

- Bien por ustedes, ¿Y eso a mí en qué me concierne?

- Bueno nos han dicho que todos en Hogwarts pueden ir, así que querida hermana, oficialmente quedas cordialmente invitada – iba a decirle, pero me interrumpió – Antes de que digas algo, si, también lo están tus amigos

- Lo pensare, ahora es mejor que vayamos a clase, o llegaremos tarde

- Tienes razón o el profesor Travers nos castigará

Diciendo esto último continué mi camino con los chicos a mis costados, por lo que fue una sorpresa para algunos verme llegar con los merodeadores, sobre todo para cinco serpientes; Al entrar fui directo al lugar donde se encontraba mi grupo de amigos, quienes no traían buena cara

- ¿Por qué estabas con ellos? – soltó Lucius

- Me los encontré en el pasillo, por cierto, estamos invitados a la fiesta en Hufflepuff

- Pero ya lo estábamos – dijo ahora Barty obvio

- Lo sé, pero mi hermano y sus amigos no lo sabían y creyeron pertinente invitarnos

- Silencio, el profesor Travers ya entró

- Buenas tardes Jóvenes – dijo el profesor parado al costado de un baúl que no paraba de moverse como si algo dentro de el estuviera desesperado por salir – Hoy veremos cómo enfrentar a un boggart, ¿Alguien sabe cómo luce uno?

- No se sabe, los boggarts cambian de forma, transformándose en lo que uno más teme, por eso son tan aterradores

- Excelente Señor Snape, 5 puntos para Slytherin. Por suerte hay un hechizo muy sencillo para enfrentarlo, el encantamiento repulsor de boggarts, ahora, sin usar sus varitas, repitan después de mí, fuerte y claro, riddikulus

- Riddikulus – dijimos todos a coro

- Riddikulus – repitió el profesor Travers siendo seguido por nosotros – Muy bien, ahora deben recordar que este hechizo por sí solo no basta, este logrará que sus miedos se transformen en algo que les genere diversión y eso es lo que acabará con ellos, su risa. Están listos, señor Robinson, por favor – el hufflepuff pasó al frente con las miradas clavadas en él – ¿Señor Robinson, qué es lo que lo atemoriza más?

Una Potter en Slytherin |Regulus Black|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora