10. Nathaniel.

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El ruido de las risas repentinas proviniendo de la sala de estar los bajaron de la nube. Andrew asustado de los ruidos cercanos retrocedió dos pasos sin previo aviso. Parecía no querer ver a Neil directamente a la cara.

Neil estaba parado frente a Andrew, temblando inconscientemente y sintiendo las preguntas en la garganta mientras observaba sus ojos brillantes en busca de alguna señal, alguna pista sobre lo que estaba pensando. Neil sabía que este momento determinaría el curso de su relación, si es que había alguna posibilidad de tener una.

En su mente, Neil repasó el beso una y otra vez. Fue un acto impulsivo, motivado por una mezcla de acertijos y emociones que no pudo contener. Pero ahora, enfrentándose a la realidad de su situación, se daba cuenta de que había cruzado una línea que ni siquiera sabía que existía hasta ese momento. Neil no podía permitirse pedirle algo después de esto. Había sido besado pero también había desafiado los límites que Andrew había establecido con tanta claridad.

Neil tragó saliva, tratando de encontrar las palabras adecuadas para romper el silencio tenso. Pero Andrew fue quien habló primero.

— ¿Quieres salir conmigo?

— ¿Estas... tu quieres salir conmigo?

—No.

—Entonces...

—Responde.

—¡Sí!

—Bien, solo quería confirmarlo.

—Bien...

Ambos chicos se acercaron lentamente, con Neil mostrando un cuidado infinito por no tocar a Andrew.

La noche estaba tranquila, el silencio de la habitación era roto solo por el susurro del viento que se colaba por la ventana entreabierta. Neil miró a Andrew con ternura, capturando su mirada intensa y limpia de cicatrices. La mirada de Andrew bordeaba la preocupación.

—Quiero preguntarte algo.

—Si quieres otro beso ya no necesitas preguntar. —Neil rio. Su sonrisa desapareció rápidamente cuando se dio cuenta de que Andrew hablaba en serio. —Vale. ¿Puedo preguntar algo yo también?

—Después.

—No iré a ningún lado.

Neil miró a Andrew con ojos llenos de seguridad.

—Quiero la verdad, si no quieres responder me iré con Aaron y no nos volveremos a encontrar mientras yo pueda evitarlo. —Neil asintió, deduciendo fácilmente a lo que Andrew quería llegar. Los rumores y las sombras del pasado nunca se interpusieron en nada que a Neil le importara. Hasta ahora. —¿Qué dicen tus antecedentes?

—"Centro de Detención Juvenil".

Andrew se quedó en silencio por un momento, procesando la revelación de Neil, quien no parecía sorprendido por la pregunta en absoluto.

— ¿Por qué los rumores dicen que mataste a tu padre?

—Porque lo hice. —respondió sin duda en su voz.

—¿Pero por qué?

— ¿Crees que tuve una razón?

Andrew lo miró, inseguro de insistir. Un movimiento en la mano de Neil distrajo su atención, estaba presionando la uña de su pulgar contra el resto de sus dedos.

—Sí -dijo Andrew—, ¿hay una razón?

—Mi padre era parte de una pandilla y golpeó a mi mamá hasta que murió en la sala de mi antigua casa. Esto —dijo, apuntando hacia las quemaduras y cicatrices de cortes desorganizados en su propia cara—, no es nada comparado con lo que hay debajo de mi ropa. —Dijo, casi riendo por aquello. —Los rumores no son solo rumores. Tienen razón. Fui sospechoso pero mi tío llegó junto a tiempo para hacer un par de llamadas y evitar que esos papeles dijeran que yo maté a mi pobre padre.

—Última pregunta, luego puedes preguntar algo tu —Andrew comenzó—, ¿Cómo murió?

—Prendí fuego a nuestra casa mientras él estaba dentro. —Neil lo observó, esperando que se viera al menos un poco perturbado, pero Andrew ni siquiera parpadeó—. ¿Tienes un cigarrillo?

— ¿Esa es tu pregunta?

—Diablos no.

Ambos rieron un poco. Podía ver el alivio en los ojos de Neil y, a pesar de su propio pasado, comprendía la desesperación que llevó a Neil a ese acto extremo. Después de un breve silencio, Andrew extendió su mano con un cigarrillo hacia Neil, permitiéndole a Neil tocar suavemente su dedo índice con el suyo al tomarlo, un gesto de permiso y apoyo sin romper la barrera que Andrew había establecido.

— ¿Es tu cabello rojo de verdad?

—Claro que no, —Neil exhaló el humo de sus pulmones mientras apoyaba su peso sobre una pared—, sí es "rojo", pero no tanto —Continuó, ofreciendo su cigarrillo encendido a Andrew, esperaba que lo rechazara pero Andrew lo tomó—, es solo un chiste interno entre mi tío y yo, decía que mi cabello natural se parecía demasiado al de mi padre —dijo, haciendo un movimiento circular con su dedo índice apuntando a su cabello, Andrew asintió—. Mismos ojos, mismo estúpido nombre, mismo cabello, al menos no era tan guapo como yo.

—Tu nombre no es estúpido.

—Claro que no lo es, porque yo lo elegí. Mi antiguo nombre es Nathaniel... es el nombre de mi padre —guardó silencio un momento—. Me alegra que "Neil" te guste, porque me dijo que también le gustas.

Andrew sonrió ligeramente, mostrando un atisbo de simpatía en sus ojos.

Juntos, terminaron el cigarrillo en poco tiempo. Enfrentando el correr de los minutos, ambos sabían que en cualquier momento el resto del equipo se pondría a buscarlos si se tardaban más de lo necesario en resolver sus asuntos. Los besos, los fantasmas de su pasado, los cigarrillos, todo tenía un final.

Andrew no quería volver con los demás, Neil lo entendió cuando Andrew volvió a acortar la distancia entre ambos, el rubio jamás lo admitiría a nadie pero quería pasar un poco más de tiempo con él.

—Me gustas —La voz de Neil hizo que su corazón se acelerara. La sinceridad de Neil era una de las cosas a las que quería acostumbrarse—. ¿Puedo hacer mi pregunta ahora?

Andrew asintió. Lentamente y con una mirada seria se atrevió a levantar sus brazos para dejarlos sobre los hombros de Neil, solo ese contacto, pensó que estaba bien, era cómodo, seguro, podía ver el azul como nunca hubiera podido de lejos.

—Más te vale que no desperdicies tu pregunta.

Neil sonrió y negó con la cabeza, bajó la mirada hacia los labios de Andrew. Intentó confiar en su propia fuerza de voluntad para no atacarlo y besarlo sin aviso, tenerlo tan cerca era demasiado peligroso. Neil inhaló profundamente, sintiendo el peso de los brazos de Andrew rodeando su cuello, enfocándose en ello para pensar con más claridad. Miró a los ojos de Andrew con determinación, intentando mantener la calma a pesar de los nervios que sentía.

—Escucha... no quiero ser ambiguo ni crear confusiones, no estás obligado a responder, ¿entiendes? —comenzó Neil, su voz firme a pesar de su ansiedad. —Me gustaría que seamos novios. No porque quiera presionarte ni cruzar tus límites, sino porque disfruto estar a tu lado... Soy este desastre pero también soy bueno... Creo que podría ser bueno...

Neil esperó el rechazo con el corazón latiendo rápidamente, mientras Andrew lo miraba en silencio. Finalmente, después de un breve momento de suspenso, Andrew asintió. Neil sentía que si Andrew no estuviese tan cerca en ese momento se habría caído sobre sus rodillas.

—Está bien, Neil. Ser novios suena bien para mí, —dijo Andrew, su voz tranquila pero sincera.

Neil sintió un alivio abrumador y una emoción genuina al escuchar esas palabras. Andrew le dio un beso rápido y se rio de su expresión pensando que se veía estúpido, pero feliz. Las manos de Neil seguían inmóviles a sus costados.

Aunque la situación era complicada y su pasado estaba lleno de dolor, aún podía reírse.

NOVIOS mi chico es un criminal • ANDREILDonde viven las historias. Descúbrelo ahora