5. Memorias.

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-Te estoy diciendo que es verdad -comentó Riko con indignación mientras el equipo se cambiaba en el camerino-, Neil tardó dos semanas enteras en darse cuenta de que era yo -expresó con indignación revisando si tenía ropa limpia en su casillero, frunció el ceño al mismo tiempo que revivía tal recuerdo-, vivimos al lado del otro por... Años.

-Sí, y no es todo, sus familias eran parte de la misma banda criminal -rió Kevin-, nos hemos duchado juntos por semanas y hemos jugado tantos partidos -todo el equipo ya estaba acostumbrado a escuchar sobre el pasado de los monstruos de Baltimore, la mayoría estaba demasiado asustado como para decir algo, así que solo los dejaban hablar-, solo Neil no podría reconocer a su amigo de la infancia aunque estuviera de pie desnudo frente a él, era familia del jefe Yakuza de su padre, si no eres bueno con los nombres al menos deberías recordar eso.

- ¡Eso es lo que estoy diciendo! -Riko pasó una camiseta por su cabeza-. Si no le hago el puto circo de "oye, recuerdas cuando tú papá cortó a un hombre en nueve partes iguales para enseñarnos a dividir" todavía estaría ignorandome.

-Al menos explica por qué es un inútil con los números. -Acertó Aaron.

Ahora Neil, quién se había mantenido al margen hasta ahora, le lanzó una mirada de asco.

-Solo estás haciendo de víctima, no eran nueve, eran diez, ¿quién demonios dividiría un cuerpo en nueve?

- ¿Quién demonios dividiría un cuerpo, Neil? -se defendió. Los demás asintieron en aprobación.

-Y no te ignoraba porque no te reconociera, te ignoraba porque ya eres lo suficientemente bueno, me gusta quejarme, si eres bueno no puedo, vives con esa cosa que respira Exy atada a la cadera, obviamente no era necesario decirte una mierda.

- ¿Está hablando de mí? -dice Kevin.

- ¡Pero hablabas con Aaron todo el tiempo! -replicó Riko.

- ¡Porque él sí quiere mejorar!

-Y le gusta mi hermano. -Agregó Aaron de repente muy atento a la conversación.

- ¡Y me gusta su hermano!

- ¿Es porque es asiático? -Juzgó uno de los chicos del equipo, Neil suspiró arrastrando la palma de su mano por su rostro.

-Sí, sí... Tiene sentido... -respondió Kevin. -quizá no lo reconoció porque piensa que todos los asiáticos lucen iguales.

Todos asintieron mostrándose de acuerdo.

-No soy racista -Neil intentó, pero todos lo miraron acusadores.

-Es exactamente lo que diría un racista. -Riko argumentó. Neil cerró su casillero de golpe seco.

-No, Riko, un racista diría que te vayas contar arroz, yo te digo que te vayas a la mierda. Y no voy por ahí apuntando a cualquier asiático pequeño pensando que podría ser el mismo que vomitó después de oler un poco de sangre.

- ¡Eran órganos! -se defendió él, de nuevo-, ¡internos, en el exterior y soltaban vapor! Aún quiero vomitar cuando estoy en matemáticas.

-Sí, si, yakuza mis pelotas.

Por una vez el equipo concluyó por el bien común que no había ganador en esta discusión.

NOVIOS mi chico es un criminal • ANDREILDonde viven las historias. Descúbrelo ahora