EPISODIO 3

2.2K 323 41
                                    

Eran las seis de la mañana y los primeros rayos del sol apenas entraban por mi ventana; de repente, sentí un golpe que cayó directamente hacia mi estómago, me levanté sorprendido y vi unos ojos amarillos y brillante mirándome fijamente; era "Mochi...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Eran las seis de la mañana y los primeros rayos del sol apenas entraban por mi ventana; de repente, sentí un golpe que cayó directamente hacia mi estómago, me levanté sorprendido y vi unos ojos amarillos y brillante mirándome fijamente; era "Mochi", el gato británico de mi hermana. Tenía una expresión bastante particular; para algunos un tanto atemorizante, pero para otros; por su forma rellenita Y cara circular, les era imposible no compararlo con un mochi de chocolate.

- ¡Noah! - gritó la pequeña Nina mientras entraba a mi habitación.

- ¡No puedo hacerme las trenzas!- exclamó.

Tenía el cabello enredado entre las hebras del cepillo tras un fallido intento de estilista.

Nos sentamos en dos pequeñas bancas que trajo de su habitación y mientras trataba de desenredar su cabello ella miraba un video de su youtuber favorita.

- ¡Quiero unas trenzas holandesas como en este video, por favor! - exclamó mi hermana menor.

- A sus órdenes señorita - respondí con una sonrisa.

Nina todavía tenía 5 años y le gustaba que la peinara antes de ir al colegio, por eso terminé aprendiendo como hacer todo tipo de peinados en internet. Puedo hacer coletas, trenzas, medias trenzas y hasta moños; la verdad no era tan difícil, con solo ver un video un par de veces podía hacer muchas cosas. El modelo para hoy eran unas trenzas holandesas con unos listones rosa en las puntas.

- Listo, madam ¿Qué le parece? ¿vale la pena regresar a mi salón?

- ¡wow! ¡me encanta! ¿cómo puedes aprender a hacer estos peinados tan rápido?

- Es porque tu hermano es un genio.

- ¡Genial!¡mi hermano es tan genial! - gritó con emoción mientras me abrazaba.

No sé si seré un genio, pero aprendo rápido, además, me gusta ver la sonrisa de mi hermana cuando se mira al espejo y le gusta el peinado que le he hecho. Saber que recibirá muchos halagos en la escuela y lo pasará bien me hace feliz, ya que no quiero que su vida escolar sea un calvario como la mía.

Al llegar a la cocina preparé el desayuno y envolví las loncheras con la comida que había hecho ayer en la noche. Gracias a que logré aprender muchas recetas por internet pude preparar varios platos a la perfección. Estaba seguro que si no llegaba a poner un salón de belleza al menos podría tener un restaurante.

Mi hermana se sentó en la mesa y se comió los panqueques de avena que le preparé. En el otro asiento puse unos huevos con tocino y café; ya era hora de despertar a mamá. Para mi sorpresa, ella apareció en la entrada de la cocina con el cabello desordenado.

- Hm... ¡huele bien! - exclamó mientras olfateaba la comida.

- Tu almuerzo ya está envuelto, recuerda lavar el recipiente o terminará oliendo feo.

- Sí, mamá - respondió en tono de burla.

Mamá se sentó en la mesa y probó el tocino que había preparado, sonrió dulcemente mientras se estremecía en su asiento.

- ¡Qué delicioso! ¿Cómo es que cocinas mejor que yo?

- Hay muchos tutoriales en internet.

- Por cierto, Noah, conseguí horas extras en el hospital, al parecer están ampliando una nueva área y van a necesitar personal. Vamos a poder ahorrar para la matrícula de la universidad.

- ¿Más horas? pero ya habías tomado horas la semana pasada.

- Sabes que la carrera de medicina es cara, debemos ahorrar todo lo que podamos.

Mi mamá es enfermera en el área pediátrica del hospital central, cuando mi papá falleció ella pasó a hacerse cargo de todos nuestros gastos, por eso siempre trabaja más de la cuenta; sin embargo, jamás la vi quejarse, lo único que hacía era sonreír. No sería justo si yo me quejaba delante de ella o si la preocupaba con mis problemas, es por eso que yo también debía ser fuerte.

- Por cierto, Noah, ayer estaba lavando tu uniforme y vi que una de tus camisas estaba rota, ¿está pasando algo en la escuela?

Me quedé petrificado por un segundo, había olvidado separar esa ropa de mi batea. Traté de disimular mi nerviosismo mientras tomaba un poco de zumo.

- Oh... e-es que estuve jugando baloncesto en la escuela y... ya sabes, tendemos a jalarnos mucho.

- ¿eso es todo? ¿no estás teniendo problemas en hacer amigos?

- Todo está bien mamá, en realidad tengo muchos amigos. Hasta podría decir que soy popular.

- ¡Mi hermano es un genio y súper popular como los superhéroes! - dijo mi hermanita en voz alta.

- ¿En serio? Me alegra oír eso. Definitivamente mi hijo es como un superhéroe.

- Jejeje, no es para tanto - reí con nerviosismo.

Trate de sonreír mientras mi mamá continuaba con su desayuno, pero me costaba tragar el pedazo de pan que había mordido. No podía decirle, ella no podía saber el infierno al que me enfrentaba todos los días al llegar a la escuela.



CONTINUARÁ...


¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
El Arte de la GentilezaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora