EPISODIO 12

2.1K 249 44
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.



Noah se levantó del suelo y se limpió el poco polvo que le quedaban en las rodillas, también trató de estirar las piernas, no recordaba cuantos minutos había pasado dentro del armario, pero definitivamente eran los suficientes como para que sus piernas se adormecieran.

Ryu lo observo y lanzó un suspiro.

- Pensé que de verdad te enfrentarías a ellos al terminar las clases.

- Como si tuviera alguna oportunidad, me noquearían en segundos – respondió Noah irritado.

- Hace unas horas parecías muy valiente.

- ¡Eso es diferente! Decirles en la cara que se detengan y realmente lograr que lo hagan a base de golpes no es algo que pueda hacer ahora.

Noah estaba molesto y al mismo tiempo se sentía avergonzado de que Ryu lo volviera a ver en un estado tan patético, estaba seguro que se lo volvería a decir, que era todo un perdedor.

- ¿Si crees que no puedes hacerlo desde el principio entonces de qué sirve buscar a alguien que te enseñe a luchar?

Ryu acomodó su mochila y se dio la vuelta para dirigirse a la salida, por otro lado, Noah apretaba los puchos mientras miraba al piso; se sentía frustrado ¿Qué sabía este chico de él? ¿y qué derecho tenía a juzgarlo sin conocerlo realmente?

- ¿Es muy fácil hablar? ¿no? – preguntó Noah.

Ryu se dio la vuelta y volvió a mirarlo.

- Cuando no estás en la posición de la persona... ¡¿ES MUY FÁCIL CRITICAR?! ¡¿VERDAD?! - gritó

Noah miraba a Ryu muy molesto y con los puños apretados, este término de darse la vuelta e inclinó la cabeza a un lado como si estuviera mirando un programa de televisión muy entretenido.

- ¿En qué me equivoco? Es muy fácil leer a personas como tú. Se creen muy capaces, pero a la hora de demostrarlo les tiemblan las piernas.

- ¡¿cómo puedes decir eso cuando ni siquiera has tratado de enseñarme?! – refutó Noah.

- ¿Así?

Ryu caminó hacia Noah y acercó su rostro al suyo tanto como pudo, no le despegó la mirada en ningún momento. Noah se sobresaltó un poco al tener ambas caras tan juntas.

- Golpéame – dijo Ryu.

- ¿Q-qué?

- Golpéame, ¿tienes ganas de hacerlo? ¿verdad?

- Pero...

- Si lo haces consideraré enseñarte. Demuéstrame que tienes agallas.

Noah se quedó atrapado en los ojos felinos que tenía este chico; era como si una pantera lo mirara directamente, apretó su puño tan fuerte que comenzó a temblar. Solo era un golpe, si lo hacía lograría que Ryu le enseñara, pero ¿estaba bien hacerlo? ¿Ryu se quedaría tranquilo y no respondería? Jamás le había pegado a alguien así que no estaba seguro de cómo debía hacerlo. Las preguntas siguieron inundando la cabeza de Noah y este comenzó a marearse, los segundos pasaban y no hacía nada, se sentía intimidado.

- Lo sabía, te dije que sería un desperdicio.

Ryu alejó su rostro y volvió a suspirar.

- No eres una persona violeta, estoy seguro que prefieres mil veces dialogar con la gente antes de lanzarle unos puños. Pero esos chicos del básquet no parecen ser personas con las que puedas dialogar, debes asustarlos para que te dejen en paz. ¿Te crees capaz de hacerlo?

- Y-yo... - pronunció Noah entre dientes.

- Lo mejor será que hables con tus padres o le digas a algún profesor, una persona como tú no será capaz de enfrentarlos por sí mismo.

Noah entendía lo que Ryu estaba diciendo y odiaba admitir que tenía razón, él jamás se había metido en peleas y odiaba usar la violencia para resolver las cosas, pero en su situación era imposible pedir ayuda, ya lo había hecho con los adultos, pero ellos jamás lo ayudaron y tampoco planeaba preocupar a su madre por culpa de su cobardía. Estaba entre la espada y la pared, debía tomar una decisión y ante todo debía demostrarse que era capaz de resolver esta situación por sí mismo.

Ryu volvió a darle la espalda, dispuesto a dejar el salón, pero antes de que pudiera irse Noah lo tomó por el hombro, este giró y se topó con las manos del chico que jalaron su cabeza hacia él. De repente, un fuerte golpe impactó contra la frente de Ryu, era tan duro como si se hubiera estrellado contra una pared, pero apenas abrió los ojos se dio cuenta que había chocado otra la frente de Noah, este le había dado un fuerte cabezazo.

Ryu cayó al suelo y sentía que todo le daba vueltas, la luz amarillenta que entraba por la ventana parecía más brillante y molesta. Parado delante de él, Noah, lo miraba frunciendo el ceño y con la frente enrojecida.

- Puedes decir lo que quieras de mi. ¡PERO NO SOY UN COBARDE!

Ryu lo miró atónito.


CONTINUARÁ...

CONTINUARÁ

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
El Arte de la GentilezaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora