EPISODIO 27

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Habían pasado unos días desde que Ryu y Noah comenzaron a entrenar en el dojo

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Habían pasado unos días desde que Ryu y Noah comenzaron a entrenar en el dojo. Los entrenamientos eran cada vez más intensos y Ryu no parecía contenerse con Noah. Después de varias llaves y sacudidas en el piso, Noah suplicó por un descanso. Ryu se percató que los dedos del pie de Noah estaban muy rojos y a punto de sangrar. Al parecer, la fricción entre los dedos del muchacho y el tapete comenzaron a lastimar a su inexperto compañero. Ryu sentó a Noah en el piso, y de su mochila, sacó unas cintas blancas que normalmente usaba en sus entrenamientos de jiu-jitsu para no lastimarse los dedos. Se sentó delante del muchacho y comenzó a vendar sus pies.

Había pocos centímetros que los separaban. Noah levantó la mirada y se topó con la frente brillante del muchacho cubierta ligeramente por su lacio cabello desordenado. Lentamente, su mirada bajó y se encontró con unas pestañas largas y tupidas, apenas podía ver sus ojos. Recorrió su nariz con curiosidad y sus labios rosados captaron su atención. Eran labios delgados comparados a los suyos, y tenían una extraña forma de corazón. La verdad es que era un chico atractivo, alguien genial y que cualquier persona querría seguir. Incluso si no hablaba mucho, solo era necesario decir una palabra para que la gente lo escuchara. Tenía un aura a su alrededor que, incluso sin hacer nada, resaltaba. Noah comenzó a pensar que sería genial ser como Ryu, pero sabía que solo podía imaginar serlo. Alguien como él jamás conseguiría estar a su altura.

- Me hubiera gustado verte competir alguna vez. Seguro te veías super genial – mencionó Noah mientras Ryu terminaba de envolverle los dedos del pie.

- Siento que todavía no conozco mucho de ti. Eres un total misterio.

Ryu lo miró sorprendido, él sentía que ya había compartido muchas cosas con Noah. Lo había llevado a su casa, le contó cosas que no se atrevía decirle a nadie - ¿Qué más tendría que saber de él? - Más información parecía innecesaria en su relación. Sin embargo, la curiosidad de Noah se desbordaba mientras más se acercaba a Ryu. Quería conocerlo mejor, saber cosas que solo él supiera, quería ser su confidente - más cerca, más cerca, quiero ser más cercano a él – era lo único en lo que pensaba Noah en ese momento.

- Si tienes curiosidad solo pregunta – respondió un dudoso Ryu.

- ¿Cuál es tu tipo ideal?

Ryu lo quedó mirando perplejo. De todas las preguntas que podía haber escogido, esa pregunta parecía la menos razonable.

- ¡¿A-a qué viene esa pregunta tan de repente?! – había pasado tiempo desde que se le cortaba la voz al muchacho por lo nervios.

- Es que, el otro día, me volví a encontrar con esas chicas de primero y me preguntaron por tu tipo ideal.

- Que pregunta más estúpida. No es algo en lo que normalmente esté pensando.

- Pero debes al menos tener un tipo, ¿no?

El pequeño joven estaba desconcertado, jamás se había planteado esa pregunta. Pero al levantar y ver el rostro de Noah mirándolo fijamente, solo una palabra parecía clara para él.

El Arte de la GentilezaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora