EPISODIO 7

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El silencio se apoderó de la situación, los pocos estudiantes que quedaban en la clase se miraban entre si tratando de entender lo que estaba pasando. Rápidamente Kenzo se levantó de su asiento y casi lanzándose sobre Ryu se acercó a él.

- ¡¿me estás jodiendo?! ¡¿cuál es tu problema?!

La diferencia de altura era innegable, era como tener a un diminuto gatito parado frente a un león; sin embargo, esta pequeña criatura no se inmutaba, no parecía asustado.

- ¡¿acaso no sabes quién soy?! – exclamó Kenzo.

- ¿el "imbécil" que ensucio mis cosas con leche? ¿no deberías disculparte al menos? – respondió Ryu.

Las venas rojas en los ojos de Kenzo parecían a punto de salir, sus puños estaban listos para atacar y sin pensarlo dos veces lanzó un puño contra el rostro de Ryu, este apenas pudo mantenerse de pie.

- ¡Ryu! – exclamé mientras lo sostenía.

Ryu se tocó el labio con los dedos y pude notar la sangre que se quedó en ellos.

- ¡¿estás bien?!

Ryu recuperó la estabilidad de sus pies, pero apenas pudo pararse Kenzo lo sostuvo del cuello de la camisa y lo acercó hacia él. Se podía ver como los pies de Ryu estaban apunto de dejar el suelo.

- ¡¿te crees muy valiente?! ¡¿verdad?! ¡Te voy a enseñar una buena lección para que cuides tus palabras!

- Ya basta por favor... - dije casi susurrando.

No había forma de que pudiera detener esto, Ryu terminó en esta situación por mi culpa, era muy probable que ahora Kenzo comenzara a meterse con él y la culpa por haberme acercado a él primero me carcomía. De repente escuche una pequeña risa, levante la mirada y me di cuenta de que provenía de Ryu.

- ¿te estas riendo? – preguntó Kenzo atónito.

Ryu tomó un respiro y prosiguió a reírse cada vez más fuerte, incluso los amigo de Kenzo no podían creerlo ¿Qué de gracioso tenía que estén a punto de molerte a golpes?

- Qué no se te olvide... - dijo Ryu con una voz calmada.

Tomó a Kenzo por el cuello de la camisa y utilizó todo su cuerpo para colgarse de él.

- El que comenzó primero fuiste tú. 

En un abrir y cerrar de ojos las piernas de Ryu estaban en el aire, colocó una de sus piernas alrededor del cuello de Kenzo y como si fuera una palanca logró que perdiera el equilibrio y callera al piso, una vez ahí le hizo una llave en el brazo y lo mantuvo inmovilizado.

Todos en la clase estaban atónitos, algunos sacaron sus celulares y comenzaron a grabar.

- Escuché que eres el capitán del equipo de básquet. Me pregunto que pasaría si su capitán se quedara sin un brazo – dijo Ryu.


CONTINUARÁ...


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El Arte de la GentilezaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora