EPISODIO 25

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Era la hora del descanso, algunos alumnos paseaban por los alrededores de la escuela y otros se reunían para jugar algún deporte

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Era la hora del descanso, algunos alumnos paseaban por los alrededores de la escuela y otros se reunían para jugar algún deporte. A los chicos en particular les encantaba armar partidos de fútbol y sacar una que otra apuesta. Varias chicas se paraban a observarlos jugar y algunas alentaban al chico que les gustaba. En unas bancas cerca de la cancha de juego se encontraba Noah, que por alguna razón no paraba de reír mientras se tocaba el estómago.

- ¡No me lo puedo creer! ¿En serio te convencieron de ser parte del club de jardinería? – Le decía a un molesto Ryu sentado al costado suyo.

- ¡Ya deja de reírte!¡No es gracioso!

- Lo siento, jaja... pero no te imagino con una pala plantando flores.

- No solo plantan flores, también cosechan frutas y verduras... en todo caso no es como si realmente quería unirme, es solo que esa chica...

Ryu le contó la conversación que tuvo con Cintia y cómo no pudo librarse de ella después de eso. Al terminar de contarle lo que había pasado con Kenzo, se podría decir que Ryu empatizaba más con ella. Esta le preguntó si ya se había unido a un club y este respondió que todavía no lo había hecho, así que aprovecho la oportunidad para convencerlo de que se uniera. 

- La verdad no es mucho trabajo, solo necesitamos a alguien que nos ayude con las cosas pesadas: cómo cargar los sacos de tierra o transportar las cosechas de temporada. Los únicos miembros somos Aya y yo, y la verdad el profesor nos dijo que debíamos tener al menos un miembro más para continuar con el club, de lo contrario, lo cerrarían. ¿En serio dejarías que este hermoso huerto con las flores de estrella que tanto te gustan muriesen por no tener a alguien que cuide de ellas?

Cintia usó la mejor cara de perrito que tenia para derretir el frío corazón de Ryu que estaba a punto de salir corriendo antes de que terminara de explicar la situación.

- Ese que yo...

- Los miembros del club se llevan muchas cosechas a casa y además puedes plantar las flores que quieras. Dijiste que te relajaba verlas, ¿verdad?

Ryu miró las flores de estrella que estaban al costado de él, tenía que admitir que el hecho de poder pasar tiempo en ese hermoso huerto mirando las flores tampoco sonaba tan mal. La chica de anteojos lo tomó del brazo y se acercó a él con una sonrisa de oreja a oreja.

- ¿ Qué dices, Ryu? ¿te nos unes?

- Eh...bueno...ok - respondió bajó la presión de la situación.


Mientras tanto, en la cancha de fútbol, las chicas gritaban porque uno de los equipos metió el primer gol. Noah recobraba la compostura y se secaba las lágrimas después de haberse reído un rato.

- Me alegra que hayas arreglado las cosas con las chicas y que incluso las vayas a ayudar con el club. Es mucho mejor que comer solo en el almacén todos los días, ¿no crees?.

El Arte de la GentilezaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora