IX

1K 44 52
                                    

Victoria

El Real Madrid, eliminado de la Champions.

Álvaro no pudo venir conmigo, pero sí mis amigas.
Bajamos donde los jugadores y los abrazamos uno por uno, los que aún no están en el vestuario, claro.

Paula con Vini, Lorena con Ceballos y Marina con Rodrygo. Paula y Vinícius son algo, no sé muy bien el qué. Pero algo.
Las otras dos solo son amigos, bueno y el resto de chicos también, pero están solteros.

A quien no logro visualizar es a Eduardo.

- En el vestuario - dice Thibaut detrás mía sorprendiéndome.

- ¡Madre mía, que susto! - digo poniendo una mano en mi pecho, mientras recibo la burla del jugador.

- Bueno, luego supongo que os veremos - dice Thibaut.

- Escucha, Thibo, necesito hablar con Eduardo, no he visto a su familia. Por cierto, volveréis más fuerte, yo lo sé. Y quiero también que sepas, que eres el mejor portero del mundo, y has hecho una noche espectacular, con esos paradores, si no fuera por tí tendríamos un 7-0, amigo.

- Gracias, Victoria - dice mientras me da un abrazo. Parece que desaparezco porque con esos brazos y esa altura de jirafa a mí no se me ve.

- Bueno, te dejo ir al vestuario. ¡Y qué Mishel te abrace mucho! - exclamó entre risas, junto a las suyas.

Mis amigas y yo estamos en la grada del principio, esperando a que Paula deje de mirar el teléfono y nos haga caso para salir.

- Venga, por favor, que necesito hablar con él - le suplico.

- Venga, vamos - dice guardando su móvil en su bolso, y yendo junto a nosotras a la puerta de salida.

Una vez salimos, esperamos donde la puerta de la que salen los jugadores, que obviamente saldrán primero porque los del City se han quedado en el campo celebrando junto a la afición Cityzen.

Veo unas rastas salir de la puerta inicial con la cabeza gacha.
Evidentemente, me acerco.

- ¿Edu? - digo pero él no me escucha, en cuanto toco su hombro y aparto su casco de la oreja él dirige su mirada hacia mí.

- ¿Qué quieres? - dice un poco serio él.

- Que... si estás bien - digo intentando ser amable.

Le dedico una sonrisa de lado, y al ver que se queda en silencio lo abrazo, colocando su cabeza sobre mi hombro.
Siento sus sollozos ligeramente y al levantar su cabeza veo unas lágrimas recorriendo sus mejillas.

- Edu, ¿por qué lloras? - digo quitando esas gotas saladas que salen de su lagrimal sin parar.

- No hemos dado lo suficiente, sobretodo yo. ¡No hice nada! El madridismo no me merece - dice derramando más lágrimas.

- Edu, no te culpes, ¿vale? Yo sé que tú vales mucho, muchísimo. Has hecho lo que has podido, ha sido difícil porque no es nuestra casa, pero otro año será, aún tenéis el siguiente. Además, el madridismo claro que te merecen, ¿qué haríamos sin tí?, ¡Si eres multiusos!. Defensa, Mediocampista, ¡Solo te falta probar de delantero y portero! - digo riendo levemente, sacándole una sonrisa.

- Gracias, Victoria - dice abrazándome.

- Para lo que sea me tienes aquí, Edu - digo sobando su espalda.

- Me voy al autobús, chao - dice despidiéndose de mí con un movimiento de mano y una leve sonrisa, a pesar de tener los ojos un poco rojos después de llorar.

(...)

Hoy, he estado con Álvaro juntos viendo el Real Madrid - Mestalla. Lamentable en mayúsculas.

Y el Real Madrid ha perdido, por desgracia.

Hemos bajado Paula, Marina y Lorena a animar a los chicos, especialmente a Vini, ¡Malditos racistas de mierda! La Liga no se merece un jugador así. De hecho, no se merece al Real Madrid.

Álvaro y yo, ahora mismo, estamos agarrados de la mano dando un paseo por ahí. Porque vamos a ir a cenar a un restaurante.

Estos días he pensado porque estaba así el otro día Eduardo, siempre lo hace desde que me hablo con Álvaro o estoy con él.

- Mi amor - me llama la atención Álvaro.

- Dime - digo mirándolo.

- ¿Qué piensas? - dice riendo.

- ¿Eh?, ¿ah?, nada - digo sonriendo.

- ¿Qué vas a cenar? - dice acariciando mi mejilla.

- Ni idea, cualquier cosa que me parezca deliciosa, cuando vea la carta con el menú, te diré - digo apoyando mi cabeza en su hombro.

- ¿Quieres que te cargue? - dice riendo.

- ¿Cargarme?, ¿te crees que eres mi padre? - digo riendo.

- No, pero espero ser el de tus futuros hijos - me guiña un ojo.

- Ay, bobito - digo rodando mis ojos con una sonrisa.

- ¿No será así? - dice con un puchero.

- Se verá, no te adelantes, chico - digo despeinando su pelo.

- Vale, chica - dice con ironía, siguiéndome el rollo, par posteriormente depositar un beso en mis labios.

- Eres lo más lindo - digo sonriendo.

Una vez llegamos pedimos mesa en el restaurante.

- Decidido, quiero cachopo digo convencida - y con patatas, pero compártelo conmigo, que es un montón.

- Vale, ¿está rico eso? - dice él.

¿Cómo se atreve a preguntar eso? ¡Claro que está bueno! ¿Qué persona de España no ha probado nunca cachopo?

- Riquísimo - exclamo.

- Si me lo dices tú, me fío, amor - dice dedicándome una sonrisa, que obviamente le devuelvo.

Pedimos la comida que nos llega luego.

- ¡Mira quién está entrando al restaurante! - dice Álvaro señalándome la puerta principal.

Mi mirada se dirige a la puerta y por ella veo al número 12 del Real Madrid, exacto, Eduardo Celmi Camavinga.

- Oh, mierda - digo lamentándome.

- ¿Qué pasa, amor? - dice Álvaro interrogándome.

- Nada, nada, que hambre tengo - digo disimulando la incómoda situación.

No tendría problema, no si cada vez que estoy con Álvaro, Eduardo me mirase mal, me ignorase y si me hablase, lo hiciese de mala manera.

Espero que no se de cuenta de que estoy admirando cada facción de su cara, su perfecta y ancha nariz, sus pequeños ojos, su delgada cara, sus gruesos labios, su enorme sonrisa blanca. Su delgado cuerpo, sus sutiles manos, sus ejercitadas piernas. Sus ojos marrones y su morena tez. ¿Hay algún defecto en este hombre? No, no lo hay.

- ¿Amor, qué miras? - dice Álvaro.

- Nada, nada.

- Te llevo llamando la atención ya como 5 veces - dice un poco molesto.

- Perdón, es que me he levantado con mal pie.

Eduardo está con su familia, esperando por su comida.
Él se ha dado cuenta de que estoy aquí y ha puesto una cara de desagrado en cuando ha visto a la persona que tengo en frente mía, definitivamente, odia a Álvaro, y no sé por qué, si es la mejor persona que conozco en este planeta.

QUERIDA AFICIONADA ↯ eduardo camavinga ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora