L - FINAL

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Victoria

Llegamos a casa, aunque Edu me pide que lo deje tomar el aire fuera.
Le obedezco y lo dejo reposar apoyado sobre una pared.

Me adentro en la mansión, acordándome de la bolsa que traía él en la mano esta misma mañana.

- Necesito encontrarla. Quiero ver que me oculta - digo con esa preocupación en mente.

En su equipaje no, pero en nuestro cuarto tampoco. No paro de buscar por toda la casa, incluido baño, cocina y salón. Me decanto por mi última opción: los tres cuartos de invitados.

Primero, entro en el que Celio se suele quedar. Pero ahí solo se encuentra su cama y algunos juguetes del pequeño.
En el segundo cuarto no encuentro tampoco nada, pues en este apenas hay objetos.

Lo que aumenta mis sospechas es el tercero, que acoge una cama, pero muchos más objetos repartidos por esta.
Levanto el colchón y encuentro la respectiva bolsa.

- Y bien, Eduardo, voy a descubrir lo que me ocultas - digo con la bolsa en mis manos.

Comienzo a desatar el nudo que la bolsa presenta, y encuentro en esta una caja y una nota.
Entonces, abro la caja y me encuentro con una preciosa joya. Un anillo de oro con una reluciente perla incrustada en esta.

Tomo la carta y empiezo a leerla sin perderme un detalle. La letra tan bonita que esta tiene me hace saltar las lágrimas. Es lo más bonito que jamás alguien pudo escribirme.

Bajo corriendo las escaleras y saliendo a la calle lo más rápido que puedo. Una vez abro la puerta, localizo a mi novio. Y preferiría no haberlo hecho, porque visualizo la peor imagen de mi vida.

Con lágrimas rodando en mis ojos, entro en casa de nuevo. Subiendo lo más rápido posible las escaleras, para tumbarme en el cómodo colchón.

Eduardo Camavinga

Sigo un poco ebrio, afectado por el alcohol. Respiro el fresco aire nocturno que la naturaleza me brinda.

Me encuentro metido en mis pensamientos, hasta que unos pasos me sorprenden, y unas manos de mujer toman mi cara.

- ¿Vicky? - pregunto con los ojos cerrados.

- Non, amour. Je suis ta fille préférée (No, amor. Soy tu chica favorita) - dice la fémina en francés.

Mis ojos se ponen en ella, es mi ex novia. Estuve con ella en mis tiempos en Francia, en Rennes. Pero realmente jamás sentí nada por ella. Me trató tan mal...

- ¿Aloïse? - digo inédito.

- Oui. Comment ça va? je t'ai manqué? (Sí. ¿Qué tal?, ¿me extrañabas? - dice con una sonrisa ladina.

- Tengo novia y pronto me casaré. Así que déjame en paz - digo firme rodando los ojos.

- Est-ce qu'elle vous traite aussi bien que moi? (¿Ella te trata tan bien como yo?) - dice maliciosamente la mujer francesa de pelo liso y piel blanca.

- Et mieux. C'est la femme que j'ai toujours voulue. Alors je le répète, laissez-moi tranquille. je suis un homme fidèle (Y mejor. Es la mujer que siempre deseé. Así que te repito, déjame en paz. Soy un hombre fiel) - intento que ella reciba la conciencia sobre esto, pero se me hace difícil.

- Je ne pense pas qu'elle soit plus jolie (No creo que sea más linda) - dice ella.

- Aloïse, je le répète. J'ai une fiancée! (¡Aloïse!, te repito. ¡Tengo novia!) - ella ignora mis palabras y toma mi mentón.

Acerca nuestras bocas, acortando la distancia.

- Honnêtement, je m'en fiche (Honestamente, me da igual) - habla ella, y acorta la poca distancia entre nosotros, juntando nuestros labios.

QUERIDA AFICIONADA ↯ eduardo camavinga ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora