XI

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Victoria

Llego a casa, con miedo de lo que me espere detrás de la puerta.

- Hola, amor - digo cuando abro la puerta.

- ¿Por qué cojones no me dijiste que salías? - dice enfadado.

- Estabas durmiendo y no quería molestarte, perdón - digo mientras agacho la cabeza.

Me da una mirada rápida, que parece de desprecio. Duele mucho lo que cambian las personas en tan poco tiempo, y cuando vió que me tenía a su merced, me hace todo esto.

(...)

Mis amigas me han invitado hoy al entrenamiento del Real Madrid, al último de la temporada.

Al último en el que veremos jugadores como Asensio y Mariano, y puede que no sólo ellos.

Llevo un jersey azul de manga larga y unos pantalones vaqueros largos. Puede que haga un calor sorprendente, pero yo no puedo dejar que nadie vea mis marcas. Mis amigas no saben ni sospechan nada, nadie lo sabe. Solo Álvaro y Eduardo. Y Álvaro se sabe por qué...

Extraño a mis padres, viven en Asturias, y no los veo hace mucho tiempo, pues dieron todo para darme una buena educación y que pudiera venir sola a estudiar a Madrid. Dí mi mayor esfuerzo y mejor rendimiento mentalmente para estudiar lo mejor posible y no defraudarlos. A día de hoy, creo que están orgullosos de que lo logré, pero me duele que trabajen tanto por mi culpa.
Mi papá es y siempre fue albañil, y mi mamá es una mujer que limpia casas.
Cuando pueda sacar mis estudios, y conseguir trabajo, juro que me los traeré a Madrid a vivir, o al menos les pagaré todo, no quiero que sigan trabajando por mi culpa.

El entrenamiento acaba y mis amigas se saludan con los jugadores mientras yo veo mi móvil.

- ¿No piensas hablarnos? - dice Thibaut llamando mi atención, despegando mi mirada de la pantalla.

- Hola - digo sonriendo alargando la 'a'.

- ¿Y esas ojeras?, ¿qué te pasó? - dice Vini, y Paula le da un golpe en el hombro, a lo que yo río.

- No le pegues, pobrecito. Nada Vini, cosas de los estudios.

Busco con la mirada a Asensio.

- ¿Y Marco? - les pregunto, abren un hueco y me encuentro a Marco saludando a la que creo que es su novia.

Miren si seré estúpida que ni me dí cuenta de que había venido.

- ¡Marco! - digo gritando dirigiéndome hasta donde está él.

- ¡Hombre, Victoria! - dice sonriendo y chocándome los cinco.

- Marco, amigo. Muchísima suerte en tu próxima trayectoria, eres joven y una joyita, tienes gran futuro. Ten muchísima suerte - digo abrazándolo y sobando su espalda.

- Muchas gracias, seguro que vendré a veros de vez en cuando. Por mucho que me vaya mi corazón está en Madrid - dice con una sonrisa de lado.

- Hola, ¿Sandra? - digo sonriendo.

- Sí, encantada Victoria - dice devolviéndome la sonrisa y dándome la mano para que la estreche.

- me hubiera gustado hablar contigo, no sabía que venías a los entrenamientos. Me pareces muy buena persona, una pena que nos conozcamos y recién os vayáis.

- como dijo Marco, vendremos más. Seguro que te veo a tí también, junto a las otras chicas - dice sonriendo - y dime, ¿Tú de quién eres la novia?

- De Camavinga - dice Marco respondiendo por mí.

QUERIDA AFICIONADA ↯ eduardo camavinga ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora