XLI

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Victoria

Acostada en el sofá, mientas Edu desayuna, suena el timbre.

Me levanto rápidamente. Sufriendo también unos mareos, pero me dirijo a la puerta.
Tras esta, una señora con una carta aparece.

-  Hola, ¿puedo ayudarte en algo? - pregunto amablemente.

- Hola. Mi nombre es Celia, soy la madre de Álvaro, tu ex novio, al que dejaste tirado en una cancha de fútbol en Estados Unidos, ¿sabes? - dice la señora.

Me quedo inédita analizando todo lo que acaba de decirme, a la vez que pálida.

Ella rueda los ojos, suspira y lanza esa carta, de mala gana, en mi cara. La puerta es cerrada y se escuchan los pasos de Edu acercarse hacia mí.

Me dispongo a leer la carta, que ya por título trae:

"Notificación de demanda"

"Estimada, Victoria Fernández Alarcón. Le informamos, que tras el tratamiento mental al que se ha tenido que someter el demandante, Álvaro Suárez Vidal, nos vemos en la obligación de hacer que recibas esta demanda. Queremos notificarte las razones de esta misma: Nuestro cliente, ha decidido demandarte por abandono de hogar. Él ha solicitado unos tres cientos mil euros para sanar los daños morales que usted le ha proporcionado. Además, acosa a su actual pareja y futbolista, Eduardo Celmi Camavinga, de proporcionarle una paliza. Si esto es así, la cantidad debida aumentará a un millón, y deberá ser recibida en cuatro meses como plaza máxima. Deberás presentarte el lunes, veintiocho de agosto de dos mil veintitrés en el juzgado de Vallecas.

Buenos días, firmado: Junta de abogados Vallecas, Madrid"

Dejo la carta caer al suelo, quedando con la boca abierta.
Edu se acerca, preocupado, para revisar si me encuentro adecuadamente.

- Amor, ¡¿Vic?! - asustado, por la palidez de mi piel, toma la carta para revisarla.

Él la lee, y enfadado se dispone a romperla. Sabemos que no es cuestión de dinero, porque en cuatro meses el tiene un millón y algo. Es cuestión de volver a verlo a él, he sufrido tanto con él, y me parece increíble que aún él me denuncie.

Mis piernas parecen perder toda la fuerza en ellas y caigo al suelo, mientras lágrimas desesperadas ruedan por mis mejillas. Comienzo a llorar sin parar.

- No llores, s'il vous plaît (Por favor) - dice Eduardo, intentando apartar mis lágrimas. Aunque lo único que consigue es empapar sus dedos de las gotas saladas.

Él detesta verme llorar, pero no puedo evitarlo. Besa mi frente y me abraza contra su pecho, calmándome más.

- Por favor, mi vida. No llores - dice mi novio con la voz en un hilo.

- Edu. Perdóname - digo como puedo, pues mi voz después de llorar no me lo permite muy bien.

- ¿Perdonarte por qué? - dice confuso.

- Te has metido en esto por mí y debes pagar por ello. Por defenderme, por irme contigo, estamos metidos en todo esto. No quiero meterte en ningún problema más. Quizás deberíamos dejarlo - musito con todo el dolor de mi corazón, acompañado de un último sollozo.

No me gustaría dejar de ver esos ojos oscuros, los cuales cuya pupila se dilata al verme. Dejar de besar esos labios al despertar, o simplemente besarnos en cualquier momento del día y recibirnos con apelativos cariñosos. Despertarme y preparar un desayuno juntos, o servirlo a cada uno. Su cara angelical al dormir o despierto, no importa. Sus momentos calientes tantas veces, y nuestros orgasmos juntos.

- Para nada. No te dejaré ni por todo el oro del planeta Tierra. Sabes que te amo, y no sería capaz de vivir sin tí ya. Si me he arriesgado por tí, es porque la que controla mis movimientos eres tú. Por tí daría la vida, y no quiero hacer que lo nuestro se termine, querida aficionada - sonríe mientras deja caer una lágrima, y deja sus labios repartidos por todo mi rostro - Sabes que podría alimentarme de tus besos. Que podría morir de frío si tus abrazos luego me calentarán. Que podría dejarme la vista en tus momentos con mi hermano pequeño. Por eso te amo, Victoria.

Sus palabras han ablandado mi corazón. Es el chico que amo, el de mis sueños. Seguramente, sin su apoyo moral, estaría aguantando aún los golpes del maldito que me demandó.

- Te amo - pronuncio finalmente, besando sus labios.

(...)

Estamos en el juzgado, junto a nuestra abogada, experta en casos como este y la cual Edu me proporcionó.

- Buenos días. Estamos aquí para resolver el caso de la demanda proporcionada de Álvaro Suárez Vidal a Victoria Fernández Alarcón - dice la jueza.

- Buenos días, señoría. La razón de demanda es abandono de hogar, ha dejado a nuestro cliente, Álvaro. Estando en una relación, y con un piso juntos, ella decidió rechazar su propuesta de matrimonio para comenzar a salir con su pareja, la cual aquí presente. Que también le ha proporcionado una paliza al demandante - dice el abogado de mi ex.

- Pasemos a la palabra de la demandada - avisa la jueza.

- Buenos días, señoría. He de decir, que mi cliente, Victoria Fernández Alarcón, ha abandonado esa vivienda a la que estaba sometida a fuertes abusos, morales y físicos. En el que, Álvaro, el demandante, estaba involucrado. Es más, él realizaba cada uno de los golpes que Victoria recibió, insultos, amenazas. Y en un caso que gracias a Dios, no sé agravó, el fallecimiento. Y sobre la paliza de su pareja, Eduardo, ha sido como señal de defensa, porque en otra situación, Álvaro también lo golpeó. Eduardo solo buscaba el bien para su actual pareja y para su hermano pequeño, también involucrado en la pelea - dice mi abogada.

- ¿Hay pruebas sobre lo dicho? - pregunta la jueza y mi abogada asiente.

Álvaro apreta la mandíbula y los puños, en señal de enfado. Y yo estoy rezando por ganar este caso. Tan solo diecinueve y veinte años y estamos ya en el juzgado...

- Sí, señoría, de todo - dice mi abogada acercándose a la jueza, con un teléfono móvil en sus manos - Las cámaras de un estadio detectaron la primera pelea entre Eduardo y Álvaro, la cual empieza el demandante, y la última pelea, en la que se muestra al hermano pequeño y a Victoria siendo defendidos por él. Las cámaras de la antigua vivienda que habitaban juntos muestra los abusos... - dice mi abogada, que es interrumpida por Álvaro.

- ¡¿Había cámaras, zorra?! - exclama este enfadado y asiento. Edu bufa, intentando calmarse.

- ¡Silencio en la sala! - exclama enfadada la jueza, golpeando el mazo - ¡Interrumpes una vez más y sales fuera! - dice y Álvaro asiente.

- Los abusos realizados por el demandante. Incluyendo los insultos, amenazas y golpes que antes te mencioné. Además él le fue infiel, venía en condiciones no muy adecuadas a casa y a tardes horas de la madrugada - continúa mi abogada.

- Acérquese - me indica la jueza.

Obedezco sus órdenes y frente a ella, toma mi rostro y va revisando mi cuerpo, hasta llegar a mis manos y brazos, donde dejó más marcadas las cicatrices, las cuales sigo esperando a que sanen.

- Y he obtenido más imágenes de como de golpeada estaba la demandada - dice Ángeles, mi abogada, enseñando todo.

- He visto bastante - dice la jueza - siéntense - ordena.

Tomo mi asiento, al lado de mi novio, que toma mis manos, calmando mis nervios, y le sonrío.

- El caso está ganado para Victoria y Eduardo. Rechazada la demanda de Álvaro Suárez Vidal, al que se le acusa de victimismo manipulador, abusos psicológicos y físicos a los demandados. Y al que se le impone como castigo una pena de cárcel de tres a seis años por daños causados, y para poder rebajar la condena a tan sólo tres años, deberá realizar una transferencia de tres cientos mil euros, la justa cantidad que ha solicitado. Sabemos que se encuentra en números negativos en su cuenta de banco, así que dejaremos la pena de cárcel en siete años, por más deudas con el banco, hacienda, suma de denuncias de otras personas que lo acusan de haberlo visualizado en estados como el de las grabaciones, consumiendo drogas y alcohol. Y a los demandados, se les concede una orden de alejamiento solicitada hace bastante tiempo. Buenos días - dice la jueza golpeando el mazo.

Estrechamos manos con Ángeles y le agradecemos por su excelente servicio, acompañado de tres mil euros, lo que debíamos darle en caso de ganar el juicio.

Edu y yo salimos de ahí con las manos entrelazadas.

- Te dije que saldríamos juntos de esto - sonríe Edu.

- Te amo - menciono besando sus carnosos labios - gracias por todo.

QUERIDA AFICIONADA ↯ eduardo camavinga ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora