24

4.2K 610 480
                                    

Advertencias de contenido: Leve violencia y escenas inquientantes. 

Final.

***

El terrible frío del lugar donde se encontraba le helaba los huesos. Su mente estaba perdida, solamente enfocado en no caer dormido y en revisar a Luzu de vez en cuando.

Luzu estaba dormido apoyado en la pared, su rostro cubierto de hematomas y con sangre seca en varios puntos. Aunque Quackity quiso hacer algo al respecto, tal vez limpiando su rostro o algo parecido, el dolor en su cuerpo apenas le permitía mantenerse consciente.

Había estado a punto de desmayarse varias veces, incluso estaba seguro de que se había quedado dormido por minutos cuando su cuerpo cedía un poco ante el horrible cansancio, pero no había querido dormirse. Necesitaba cuidar de Luzu, asegurarse que estaba bien y estar alerta.

No quería pensar en que habían perdido, pero cuando sus ganas de dormir luchaban por ganar, se veía obligado a recordar que no estaba seguro.

No perdió el sentido del tiempo gracias a una pequeña ventana en alguna zona de donde estaban encarcelados. Pudo ver el sol asomarse cuando al fin fue de mañana y tuvo que esperar lo que asumió fue una hora más antes de que la puerta se abriera.

Se tensó completamente y no mejoró mucho aún cuando Sapo Peta fue quien se presentó frente a él.

—¿Estás en mi contra? —preguntó, pero no de una forma amenazante, sino con miedo.

—No. ¿Tú lo estás?

Quackity negó y se permitió temblar levemente.

—Ya no estoy peleando —admitió—. Solo quiero sacarnos de aquí.

Enfocó su mirada en Luzu, quien seguía inconsciente, y aparentemente Sapo Peta también lo miró a él.

—Lo intenté, de verdad quiero ayudarlos a salir, pero todo está rodeado —le dijo en un tono sincero—. Sabes que quieren ejecutarlo, ¿verdad?

Sin poder mirar a Sapo Peta de regreso asintió.

—Sí, ya me lo imaginaba —murmuró antes de abrazarse a sí mismo para intentar reducir sus temblores—. ¿Y yo?

—Están molestos, convencidos de que traicionaste a todo el pueblo y entraron en pánico cuando no encontraron a Titi por ningún lado. Alguien dijo que fuiste tú y...supongo que también van a condenarte por ello.

Un alivio inexplicable lo recorrió cuando se dio cuenta de que Willy y Staxx podían haber salido ilesos del pueblo. Después de todo, ellos no eran a quienes buscaban.

—Intenté hacer que Rubius lo pensara mejor, pero no escucha a nadie ahora —dijo caminando hasta estar cerca de la celda para sentarse—. No creo que entienda lo que está pasando.

Quackity frunció el ceño antes de girarse a verlo.

—¿Por qué?

Sapo Peta miró a sus manos, evadiendo el ver a Quackity a la cara antes de dar la noticia.

—Vegetta murió ayer. Hubo un incendio y...no pudo irse.

El contrario no pudo procesar las palabras de inmediato hasta que su pecho pesó con dolor. Vegetta había muerto por ayudarlos, ¿y para qué? No habían podido escapar.

Cubrió su rostro con una mano cuando sintió las primeras lágrimas bajar por sus mejillas. Sabía que Vegetta lo había odiado, que lo había entregado y tal vez jamás perdonaría a Quackity por lo que hizo, pero lo había salvado. Lo había salvado más veces de las que debía.

A Sus Pies {Luckity}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora