Capitulo 6

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Apenas amaneció, el grupo de jóvenes leones se dedico a cazar algo para desayunar, mientras Mufasa aún veía de lejos. Malka por su parte había mandado llamar a unos de sus súbditos para informales lo que tenían planeado, y darles indicaciones de lo que tenían que hacer en su ausencia para proteger aquellas tierras.

Antes del mediodía ya todo está resuelto, y había llegado la hora de despedirse una vez más.

-Recuerden- les dijo Mufasa a los jóvenes -cuando lleguen a Pridelands, díganle a Sarabi que yo soy quien los mando allá, para que le ayuden. Quiero que se pongan bajo sus órdenes, y hagan todo lo que ellas les indique, sin excepciones.

-No se preocupe, majestad- dijo Kula -Obedeceremos en todo a la reina Sarabi. Usted sabe que la queremos como si fuera nuestra madre también.

-Muy bien, entonces será que partamos cuanto antes, si queremos llegar al reino antes de que caiga la noche, pues es un viaje largo- comento Chumvi.

-Pues dicho esto, nos vamos- dijo Malka -Majestad, le deseamos a usted, y a nuestro amigos, éxito en su viaje y en su misión, y que regresen con nosotros sanos y salvos.

Los amigos compartieron algunos gestos de despedida. El grupo de Malka partió hacia el reino, mientras el trio de leones salió por el otro camino, hacia el misterioso norte.

...

Simba y Nala no se imaginaban que un viaje era tan duro y tan incomodo, pues nunca habían realizado uno tan largo; Simba solo acompaño a su padre unos días después de encontrarlo, por lo que no había hecho un viaje de verdad. Mufasa por su parte era perfectamente consciente de que iba a hacer algo duro y largo, pero no sé preocupada por eso en lo más mínimo; tenía otras cosas en la mente.

Habían pasado ya unos días desde que dejaron atrás el orgullo de Malka, y ahora caminaban por lugares desconocidos y misterios. Ahora se encontraban en una zona montañosa y misteriosa, que por alguna razón comenzaba a ponerse un poco fría. A lo lejos podia ver una especie de capa blanca que se extendía por las montañas, estaba obscureciendo bastante rápido. Por aquellos parajes no había absolutamente nadie.

-Este silencio, me pone un poco nervioso- dijo Simba -Sin mencionar que por aquí no hay ni un alma.

-Parece la calma que precede a la tormenta- comento Nala.

-No parece que valla a llover, Nala- le contesto Simba.

-Creo que no entendiste la referencia, hijo.

-Por lo visto, no- dijo Nala con una risita baja.

-¿Eh?.

-Olvidalo, Simba- dijo Nala. -No entiendes de referencias básicas.

Pero era cierto que aquellos lugares de veían un poco amenazadores. Tras caminar otro rato, entraron en un lugar que les llamo muchísimo la atención: había árboles que nunca antes habían visto, eran como grandes pico verdes que se alzaban hacia el cielo, impotentes y amenazadores.

-No les dije que estos parages eran extraños- comento Simba. -Papá ¿Tu sabes que son estos árboles?.

-No hijo. Nunca en mi vida había visto cosas semejantes, ni en mi primer viaje vi algo asi. Normalmente, los lugares por dónde pasaba eran siempre muy parecidos.

-Pues, en mi opinión- dijo Nala -es un lugar muy hermoso; y ese delicioso aroma- dijo alzando su hocico para oler el aire.

-Hey, vuele bien- dijo Simba haciendo lo mismo.

-Bueno niños, sera mejor que busquemos un lugar donde dormir, ya es tarde.

-Miren- dijo Simba -este árbol parece estar hueco en su tronco y tiene un muy buen espacio dentro. Talvez aquí podríamos dormir.

 LA BÚSQUEDA DEL REYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora