Capítulo VI: Hipótesis.

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Domingo 9 de noviembre, 6:40 am.
Casa Watson, Brooklyn.

Después de la reunión y designación de cargos, las hermanas Watson, Kendall Schmidt y Adam Johnson fueron a un restaurante en el centro de Nueva York. Disfrutaron de un pequeño recreo de 2 horas y luego cada uno se fue a su hogar, excepto Adam, quien fue a la casa de su novia.
La alarma sonó a las 6.30 am, Terry tendría que reunirse con Kendall y Carlos a las 8, juntos revisarían la agenda de James Maslow e idearían algún plan para acercarse a él. Lo mejor era comenzar pronto con eso, James estaría expuesto quizá a qué tipo de criminal o criminales.

- Cinco minutos más, por favor -apagando la alarma.
- Es la segunda vez que tu alarma suena, perezosa.
- Que tenga una tercera -cubriendo su rostro con la sabana.
- Esto pasa por ser la nana de ese tipo -la abrazo por la espalda quedando de cuchara-. Podríamos estar haciendo otras cosas -dijo en tono coqueto.

- Tuve mucho de eso anoche -rió- . Y no renunciaré a este caso, si es lo que quieres.
- Mi amor -besó su cuello- es peligroso -la chica volteo quedando de frente-. No quiero que te lastimen, Terry.
- Soy un agente -sonrió-. Sé defenderme, tú me haz enseñado bien.
- Si algo te pasa -suspiró- no sé qué haría -acaricio sus mejillas con su dedo índice.
- Yo debería ser quien se preocupe de más -junto su nariz con la del navy-. Eres una especie de soldado de guerra. Vas y vienes de aquí para allá. Temo que un día no regreses Adam.
- Siempre volveré contigo -sonrió tímido-. Aunque esté en el fin de mundo, lo prometo.
- ¿Dónde estuviste esta vez?
- Quisiera no recordarlo -miró el techo.
- Puedes confiar en mí.

- Lo hago, lo que pasa es que he visto tantas cosas los últimos diez años – hizo una pausa-. En más de una oportunidad he tenido que disparar contra personas inocentes. Algún día la conciencia y el remordimiento me la ganarán -su mandíbula se tensó.
- Algún día tu carrera de sicario del gobierno terminará y la mía de guardaespaldas también.
- Matar a un enemigo que quiera acabar con la nación es un acto heroico, hasta te dan medallas por eso -la miro-. Matar personas que no tienen nada que ver es lo complicado.
- Es parte de tu empleo, supongo.
- Supongo -la imitó.
- Mejor cambiemos el tema. ¿Cuándo llegaste? -Emocionada- te esperaba para antes de halloween.
- Llegué el 29 de octubre, perdón por no llamar. Fui a Nuevo México a visitar a mis padres, ya sabes lo mucho que le gusta a mi hermanita la fiesta por el día de los muertos.
- Sólo por eso te perdono -lo besó.
- En navidad estaremos juntos -moviendo sus cejas-. Pasaremos nuestra noche buena.
- Pondré muérdago en toda la casa -rodeando su cuello.
- Suena tentador -sujeto sus caderas- ya quiero que sea navidad -la alarma sonó otra vez-. ¡La tercera es la vencida! -Dándole un sonoro beso-. ¡ A levantarse hermosa!

Adam Johnson trabajaba para la CIA, era un navy seal experto en misiones extremas. Cada día, cada segundo le jugaban en contra. En cualquier momento podía morir por salvar la vida de millones de personas en su país, y no sólo en su país. En el mundo.
Su última hazaña bélica fue en el ojo del huracán. Tenía que matar para vivir y como él mismo decía, matar al enemigo te hace un héroe, matar a un inocente te destruye la psique.
Llevaba un poco más de tres años de relación con Terry, una chiquilla a quien doblaba en edad. La conoció en una de sus visitas al Mayor Wesley en el FBI, apenas la vio supo que el destino la había puesto en su camino para descongelar esa fría sangre que recorría su cuerpo.
Rápidamente Terry se duchó y cambió, en eso Adam le preparaba un desayuno. Odiaba que no se alimentara bien por llegar tarde a todos lados, más que un amigo o novio, también tenía momentos en los que parecía un padre sobreprotector.

- No sé a qué hora me desocupe.

- Tranquila, voy a mi departamento y después veré algunas cosas. Recuerda que estaré unos días aquí -sonrió.
- Estupendo -un auto negro toco la bocina- son Pena y Schmidt. Tengo que ir a trabajar.
- Le ayudaré a tu hermana con los cuerpos. ¿Te parece si cenamos?

El chacal de Nueva YorkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora