XIII ~ The very first night

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—Háblame de tus sentimientos por mí —Madison está recostada sobre mi pecho mientras yo juego con su cabello.

—¿Desde la primera vez que te vi? —ella solo asiente y se acomoda de lado para verme a los ojos—. Recuerdo que iba caminando, ajena a todo el mundo y solo hundida en mis pensamientos, hablaba de mis logros y las cosas que festejaba esa calle, de pronto te mire, al otro lado de la calle, no sabía quién eras y mucho menos tu de mi, me gustaste tanto que detalle cada parte de ti, no podía quitar mis ojos, eras como algo magnético, y te juro que durante esos segundos que te mire hiciste que me olvidara por completo de la calle Golden, resaltaste por completo, volviste a mis pensamientos completamente locos.

No puedo continuar hablando porque ella se levanta y me da muchos besos alrededor de toda la cara, cuando está de vuelta sobre mi pecho vuelvo a hablar.

—Yo no creo en el amor a primera vista, es imposible, en lo que sí creo es que tus ojos encuentran la persona correcta en el momento correcto, habían tantas personas en ese lugar y en la única que me fije fuiste tu, de una forma automática, es como si en ese momento todo cobrará sentido —recordar aquel momento y lo intacto que vive en mi mente me hace querer llorar de felicidad—. Después, en la cafetería de tu madre, me emocione tanto al descubrir que trabajabas ahí, recuerdo que te pusiste roja, muy roja cuando me miraste, evitabas mi mirada todo el tiempo y no logro entender porqué, es decir, no soy TAN guapa para que te sonrojes solo con verme. ¿Qué escondes Madison?

—Que igual ya te había visto —eso si me deja sorprendida—. En casa de los Morris, ese mismo día en la foto enorme que cuelgan en las escaleras, se la robaré a Peter algún día, recuerdo que miraba la imagen y la que se robó por completo mi atención fuiste tu, nunca te había visto con ellos, me generaste muchísima curiosidad, quería saber de ti, tu nombre, tu edad, lo que te gustaba, fue un momento raro porque no sabía porque tenía esa necesidad de saber sobre ti, ese día llegue a mi casa y dormí tranquila, pero durante mis sueños estabas tu y bueno, lo que hicimos no es algo que quiera detallar precisamente.

—¿A quién matamos? —bromeo para que le de un poco de vergüenza y si pasa, sus mejillas se vuelven rojas, no mucho.

—No matamos precisamente a alguien —la sigo mirando con curiosidad, no la dejaré en paz hasta que lo diga—. Ay ya, cogimos pues, en mi sueño, y justo después te veo, el sueño vino como si fuera un flashback por eso no me atrevía a hablar contigo, y porque estaba confundida y no entendía el porqué de mis pensamientos y sentimientos, el resto de como llegue al límite ya la conoces a la perfección. ¿Cómo te diste cuenta que me querías?

—Busque en Google —eso sí que le causa una enorme carcajada—. Te lo juro, yo ya tenía mis sospechas de que te quería, porque es algo que simplemente sabes, pero no te lo iba a decir hasta estar segura, es raro que un sentimiento surja sin una razón en específico, y bueno, lo busque en Google, no me dijo algo que no me pasara contigo, y te lo dije.

—Gracias mi Mack, realmente agradezco que te tomes el tiempo para decirme este tipo de cosas... —al verla nerviosa intentando explicar lo agradecida que está porque simplemente soy sincera, decidió interrumpirla.

—Madi, quiero que estés enamorada de mi toda la vida, si eso implica todo el tiempo dejarte en claro mis sentimientos lo haré, si por algún momento llegas a olvidar tus sentimientos por mi ahí estaré para recordarte todos estos bellos momentos, seremos tan eternas como la luna.

Ella simplemente se pega muchísimo más a mi cuerpo y es cuando me doy cuenta que se ha quedado dormida, realmente quiero que sea ella, por toda la eternidad.

☁︎

—¿Y Ana? —Madi baja las escaleras, no la veo porque estoy ocupada cocinando el desayuno pero la escucho.

Solo existe contigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora