𝓒𝓪𝓹𝓲𝓽𝓾𝓵𝓸 18

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Una pequeña gatita estaba leyendo un libro, sorpresivamente cayó un balón al frente de esta.

-¡Oiga princesa!- llamó un niño perro- ¿quiedes jugar con nosotros?

-ehh.. ¿s-si?- dijo tímidamente, pese a su importante posición como heredera al trono, los niños no se familiarizan con esta, por lo que esta no tiene ninguna habilidad social- ¡tomen!- lanzó la pelota.

-¡glacias!- el perrito recibió la pelota- ¿quieres jugad?

-¡si!- la gata pasó una tarde agradable, hasta que terminó su día en el jardín.

La gata fue llevada hacia su castillo, al llegar esta corrió directo hacia el cuarto de su madre.

-¡mami!- la pequeña abrazo a la gata albina.

-¿que pasa mi niña?- la gata mayor recibió a su hija, la alzó y la acomodo en sus brazos.

-¡Hice amigos en la escuela!- pese a la corta edad de la felina, esta tenía un vocabulario perfecto a comparación de sus compañeros.

-oh, eso es excelente mi niña... ¿quieres ver a papi?

-¡si!- la niña saltó sobre los brazos de su madre.

Ambas féminas fueron a la sala de trabajo, al entrar vieron al actual rey de Solaria, sumido en sus deberes reales.

-buenas tardes, querida- noto a su esposa e hija al frente de este.

-buenas tardes, amor- esta besó la mejilla de su pareja- Blaze tiene algo importante que decirte.

-¿de qué se trata, mi princesa?- el rey sentó a su hija en su regazo.

-hice amigos en la escuela, ¡ya no soy una niña rara!- se notaba su alegría al saltar y reír.

-oh mi niña... tu no eres rara, eres muy especial- este acarició la cabeza de lavanda- tal como tu madre...

-oh, Flare- la albina acarició la mejilla de su marido, le encantaba cuando el felino la algaba.

-¿quieres celebrar comiendo langosta por la noche?- noto como los ojos de su hija poco a poco se iluminaban.

-¡yuju!- esta abrazó con fuerza el cuello del morado.

La familia pasó una noche agradable, a los reyes de Solaria les encantaba ver a su hija tan alegre, por fin sonreía.

Las semanas pasaron, cada día era una anécdota más que le contaba la niña a sus padres....

Hasta que un día.

La minina jugaba a las atrapadas con sus compañeros, esta tenía que atrapar a los demás, por lo que iba detrás del mismo perro que la había invitado a jugar hace tiempo, al lograr tocarlo, era el turno del perruno para perseguir a los demás, pero la gata al ser la más cercana, fue el objetivo del perro.

-¡te voy a atrapar Blaze!- el canino seguía de cerca a la gata, pero esta le agarró ventaja.

El perro cada vez tenía más distancia entre la gata, en movimiento desesperado, agarró la cola de la gata y jalo.

-¡Suélteme!- la felina lanzó un manotazo para que el perro la soltara, el dolor que le provocó fue insoportable, el manotazo dio en la mejilla del perro.

Todos los presentes presenciaron como de la mano de la gata salió un flama, la flama quemo la mejilla y ojo derecho del perro, provocando un desgarrador grito agudo

El grito no pasó desapercibido por la cuidadora de los infantes, esta fue rápidamente al patio y vio la situación.

-oye... yo...- la gata se acercó lentamente al perro, una horrible sensación pasó por su cuerpo al notar como el perro retrocedió violentamente mientras la miraba con miedo, la carne semi consumida por las flamas de la gata se hizo ver cuando el perro quitó la mano de su cara.

𝕷𝖆 𝕷𝖎𝖒𝖊𝖗𝖊𝖓𝖈𝖎𝖆 𝖉𝖊 𝖑𝖆 𝕻𝖎𝖗𝖓𝖈𝖊𝖘𝖆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora