𝕷𝖆 𝕷𝖎𝖒𝖊𝖗𝖊𝖓𝖈𝖎𝖆 𝖉𝖊 𝖑𝖆 𝕻𝖎𝖗𝖓𝖈𝖊𝖘𝖆

𝓕𝓲𝓷𝓪𝓵 𝓑

El día del entierro de la zorro había llegado, todos estaban reunidos en ese cementerio donde también había sido enterrada la eriza rosa. Todos tenían su ropa fúnebre, el padre daba las palabras para que la zorro descansará en paz, un día nublado y deprimente, tal cual como fue con la rosada.

-Ahora- el padre cerró el libro y miró al grupo reunido frente a él- digan sus palabras a la difunta para despedirla completamente...- se retiró del atril.

El primero en pasar fue el erizo junto a la gata, vió a la vulpina dentro de ese ataúd, vistiendo un lindo vestido azul claro, el erizo contuvo las lágrimas.

-Tails... muchas gracias por haber estado a mi lado toda mi vida... No sé qué hubiera sido de mi sin mi primera amiga... mi única hermanita...- el erizo acarició los mechones de la vulpina- No podía esperar a ver como crecías y hacías tu vida lejos de mí... En serio que te voy a extrañar, hermanita... finalmente podrás descansar...- limpio varias lágrimas que se le habían escapado, beso delicadamente la frente de la zorro- Debí ser yo...- pensó. Tapo su rostro mientras las lágrimas escapaban.

La felina estaba al lado del erizo, al notar como este agachaba la cabeza para esconder sus lágrimas, lo abrazó delicadamente mientras acariciaba sus espinas- Lo siento mucho, Sonic...- la gata guió al erizo a los asientos, consolandolo mientras los siguientes en pasar eran el rojizo y la blanca.

-Tails...- el rojizo suspiro- la cerebrito del equipo... nunca pude agradecerte por todo en lo que me ayudaste... ya no soy ese cabeza dura... gracias.

-Querida...- la blanca limpio una lagrima que se había escapado- te extrañare mucho linda... fuiste lo más cercano a sobrina para mí... hmph....- sonrió dulcemente- moría de ganas por ser tu consejera amorosa...descansa linda, te lo mereces...- acarició la mejilla de la zorro y se retiró junto al rojo.

Las siguientes fueron la coneja mayor y su hija, siendo esta última la cual llevaba un ramo de margaritas mientras escondía sus lágrimas.

-Mire señorita Tails...- la conejita ofreció el ramo, pese a que la zorro no era una fan de ese tipo de detalles, recordó que esta disfrutaba de ese tranquilo olor- sus favoritas... Extrañare tener esas tardes de lectura con usted... Muchas gracias señorita Tails... siempre será mi mejor amiga...

La mayor vio cómo su hija dejaba las flores en el pecho de la zorro y volvía a esta para sollozar en su pecho- Gracias por todo... Tails- volvió junto a su hija a los asientos.

Los últimos fueron el equipo de detectives, pese a que no habían tenido tantas interacciones, la zorro fue una gran miembro de la resistencia.

-Tails... fuiste increíble, tus inventos ayudaron a la resistencia de una forma inolvidable...- dijo el cocodrilo.

-su ingenio y estrategias eran tan perfectas que hasta llegaba a envidiarle...- dijo el camaleón.

-Y fuiste una de los pocos que no nos vio como un chiste, muchas gracias por eso...- dijo la abeja.

Ya con dus despedidas dichas, el ataúd fue puesto bajo tierra, los integrantes restantes de la resistencia se despidieron cada uno del otro, el erizo volvió con la gata a su dimensión, ya había hecho casi todo en su hogar, solo quedaban unos pocos asuntos, pero los atendería los siguientes días.

La felina insistió en que el cobalto comiera, ese nudo en su garganta no le permitía comer, tras unos minutos de insistir, el cobalto finalmente cedió.

Pasaron los días, entre esos días el erizo volvía a su dimensión para dejar el perímetro totalmente limpio y que sus amigos no tuvieran que lidiar con esos delincuentes y demás en un futuro cercano, siempre volvía con la gata para descansar, siendo su práctica más habitual el que éste descansará en su regazo mientras la gata lo consolaba, convenciendolo de que nada de eso fue su culpa y que no soportaba la idea de que este hubiera estado en el lugar de la zorro. Las noches pese a que eran difíciles para el erizo, la felina siempre lograba hacer que descansara al sentir su calor.