𝓒𝓪𝓹𝓲𝓽𝓾𝓵𝓸 35

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Pasaron tres días, días en los que la felina venía a visitar al cobalto, fueron días tranquilos sin ningún inconveniente... destacable, sólo habían pequeños inconvenientes en la ciudad, en los cuales el equipo tenía que intervenir, donde obviamente participaba la gata, ya volviendo a la actualidad, la felina estaba en su escritorio diligenciando varios documentos, su concentración fue interrumpida cuando el koala entró a su oficina.

-Majestad, su pedido a los costureros reales ya está terminado...- al ver el resultado de tal pedido, quedo sin palabras, era un estilo... curioso.

-Entiendo Gardon, gracias por avisarme, dame unos minutos e iré a reclamarlo...- el koala se retiró y siguió con lo suyo, pero los nervios hicieron que por accidente rayara mal una de sus firmas, de tan solo imaginarse que el grisáceo vio ese vestido, la avergonzó- tranquila... solo es un vestido

Pasada media hora, la gata terminó con lo suyo, al salir y dirigirse al taller de costurería, los nervios junto a las ansias son una mala combinación.

-Oh, majestad- dijo una araneidae de jardín tropical, sus tres pares de brazos la hacen una maestra en el arte de tejer- su pedido ya está listo...

-muchas gracias, Silky...- la felina recibió el traje envuelto en una fina tela que funge como protector, era algo pesado, pero soportable.

-Bueno majestad, cumplí con todas sus especificaciones... Perdone si soy algo chismosa, pero, ¿Es para alguien en especial?- lo detalles como un escote mediano, sabiendo que la gata es muy estricta en ese tema, un espacio en la espalda y hombros junto a el material de peluche en el cuello, es algo muy llamativo a la vez que provocador y elegante, cosa que no cuadra con la gata, sin mencionar la pequeñas incrustaciones de oro.

-Eh... bueno... son para un chico que quiero impresionar...- no cuadraba decir que era para una junta con otro reino o alguna festividad.

-Oh, que lindo... pues si desea hacer alguna modificación, estoy abierta a cualquier sugerencia- esta se retiró, haciendo uso de sus redes para subir a su habitación.

-E-Entiendo...- la gata miró el vestido, estaba ansiosa por probarlo. Y más por ver la reacción del cobalto- creo que me lo probare en la dimensión de Sonic...- era evidente que no se lo iba a probar ahí mismo, quería evitar las miradas de las sirvientas y su mayordomo, está dejó el castillo.

Antes de activar el portal, la gata llamó a la murciélago, tenía que establecer su punto de reunión, después de todo, ella sería su crítica de modas.

-¿Hola? ¿Blaze? ¿Eres tu querida?- estaba sorprendida de que la gata pudiera usar ese aparato, hasta para ella era algo complejo de usar.

-Si, Rouge... ya tengo mi nuevo vestido y necesito tu opinión sobre eso... ¿sabes en qué lugar podríamos reunirnos sin ninguna distracción?

-Oh, claro, podemos reunirnos en la casa de Vanilla, allí no habrá ninguna interrupción además que podremos prepararte~- la gata quedó en blanco.

-Espera... ¿C-Como que prepararme?- no era mucho de esperar sorpresas y que aparte se lo dijeran de esa manera no la tranquilizaba- no entien...

-Tranquila querida, lo entenderás cuando llegues- la blanca finalizó la llamada, quedó desconcertada, la duda de esa tal sorpresa era creciente.

La felina entró al portal y fue rápidamente a la casa de la coneja mayor y la menor, ya se había memorizado el camino, al tocar la puerta.

-¡Señorita Blaze!- saludo alegremente la conejita abrazando a la gata- La señorita Rouge y mi mamá te han estado esperando- guió a la gata dentro.

-Bueno querida, ya llegaste...- dijo la blanca sentada en un sillón- Ahora, déjanos ver esa maravilla de las artes costureras- vio el paquete de seda.

𝕷𝖆 𝕷𝖎𝖒𝖊𝖗𝖊𝖓𝖈𝖎𝖆 𝖉𝖊 𝖑𝖆 𝕻𝖎𝖗𝖓𝖈𝖊𝖘𝖆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora