𝓒𝓪𝓹𝓲𝓽𝓾𝓵𝓸 16

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El grupo estaba entre la espada y la pared, las torretas apuntaban a cada uno de los presentes a la cabeza, sobre todo a la felina, el doctor tenía presente que esta era la más peligrosa para su operación, las armas al parecer contaban con una mira telescopica térmica, la cual señalaba a la verdadera felina, ya que las ilusiones no contaban con una fuente de calor propia.

-¡ugh!- esquivo con dificultad el equidna, los disparos no eran como cualquiera, tenían una potencia capaz de atravesar muros y seguir con la misma velocidad, cosa que los hacía rápidos, pero su carga era lenta.

-¡no sé cuánto tiempo aguantaremos así!- dijo la vulpina, cada vez se sentía más exhausta de esquivar los disparos, sin mencionar que su escudo P.E.M estaba por agotarse.

-¡n-no veo ninguna escapatoria!- dijo preocupada la murciélago recorriendo el lugar mientras evitaba ser alcanzada por un disparo.

-¡Ya mueran, patéticas alimañas!- dijo molesto el bigotón, ya le estaba tomando demasiado tiempo acabar con sus objetivos.

-¡Ha!- la gata lanzó nuevamente una bola de fuego hacia las torretas, pero nuevamente no le hizo nada a estas-¡demonios! ¡Nada afecta a estas armas!

-eso es por el metal reforzado, majestad- dijo burlón el doctor desde uno de los megáfonos, el cual fue destruido por una bola de fuego de parte de la felina.

-¡Tails!- llamó la felina- ¿¡aún tienes energía en ese escudo!?

-¡si, pero queda poca!

-¡úsalo ahora mismo!- la felina junto todas sus flamas y las lanzó por el lugar, las flamas levitaron por el lugar y empezaron a movilizarse en direcciones aleatorias, a eso añadirle que la gata hizo uso de sus habilidades de ilusión para dar su apariencia a cada una de las flamas, sin más, empezó un tiroteo por el lugar.

La reina se resguardo en el techo sujetándose de uno de los tubos del lugar mientras que sus copias corrían por los alrededores, al ser la fuente de calor más fuerte, las torretas solo centran su fuego en estas. La felina cargó un ataque hacia una de las torretas, la poderosa llamarada tuvo tal potencia que cubrió el cuarto por completo fritando literalmente todos los sistemas de cámaras junto a las miras térmicas.

-Ah...- la vulpina desactivo el escudo P.E.M en el cual se encontraba resguardada junto a la murciélago y el equidna.

-¿Están bien?- dijo la felina, se notaba exhausta.

-si... las quemaduras de roses de bala y tus llamas son leves...- dijo el equidna.

-Bien... salgamos de aquí- la felina lanzó varias bolas de fuego, la adrenalina de salvar al erizo le daba fuerzas para atacar las reforzadas puertas.

-dejamelo a mi- el equidna golpeo las puertas, pero estas no tuvieron ninguna reacción- parece que tardare un poco...

-¡Pues dese prisa!- gritó la reina, perdió los estribos al pensar las torturas que estaba sufriendo el erizo.

...

Mientras tanto en una sala oscura con un erizo azul aprisionado en una especie de esfera eléctrica.

-bien, bien, bien...- entró el doctor al cuarto, se notaba que estaba satisfecho con la tortura del erizo- ahora... ¿Dónde están las Chaos Emeralds?

-ni... muerto... te lo diría...- dijo con dificultad el erizo.

-esta bien- el doctor subió los voltios y oprimió el botón, el erizo gritó desgarradoramente al sentir la hirviente energía viajar por todo su cuerpo.

-¿y ahora?

-n-no....- dijo el erizo, estaba a unos segundos de desmayarse, pero otro corrientazo lo despertó.

𝕷𝖆 𝕷𝖎𝖒𝖊𝖗𝖊𝖓𝖈𝖎𝖆 𝖉𝖊 𝖑𝖆 𝕻𝖎𝖗𝖓𝖈𝖊𝖘𝖆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora