Valentia

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Obviamente, el señor Michel estaba entrando en pánico.

Las cosas ya eran incómodas porque este misterioso extraño era claramente un hombre de importancia con solo mirar su ropa y su apariencia, pero ¿el Príncipe Imperial? ¿Qué clase de terrible suerte era esta? Una pelea menor de repente se convierte en un delito grave de agredir a un miembro de la familia imperial.

—¿A qué te refieres con príncipe? Hacerse pasar por un miembro de la familia imperial es un crimen...

—Ambos somos alumnos de la Academia Imperial. Me crucé con Su Alteza una o dos veces desde que estudiamos los mismos años. Creo que sabría cómo es él.

Era bastante conocido que Jays estudió en la Academia Imperial.

Esta ciudad no tenía mucha actividad, por lo que el hecho de que Jays no solo estudiara en la Academia como un plebeyo sin perder su beca, sino que también asistiera al mismo tiempo que el segundo hijo de la familia imperial, rápidamente se convirtió en un tema de conversación. Incluso se publicaron varios artículos en los periódicos locales al respecto.

Y ahora que el Sr. Michel estaba pensando en ello, recordó brevemente el rostro del Segundo Príncipe que se publicó en algunos artículos hace un tiempo. El Sr. Michel pasó esos artículos cada vez, pero un hombre tan excepcionalmente guapo fue obviamente memorable.

Había una gran diferencia entre una imagen de baja calidad impresa en blanco y negro en papel barato y la real, pero no tan grande como para que no pudiera recordarla.

La expresión hirviente del Sr. Michel cambió cuando la sangre se hundió en su rostro, palideciendo en un instante.

—S-Su Alteza, he cometido un pecado grave. Perdona a este pobre hombre por no reconocerte.

—Sabes, en realidad me han abofeteado una vez antes.

¿Había sido abofeteado en el pasado? ¿El Príncipe Imperial?

—Debes tener curiosidad por saber cómo sucedió todo.

Todos se callaron.

La historia de que el Príncipe fue abofeteado sorprendió a muchos, por lo que, naturalmente, todos tenían curiosidad por saber qué sucedió. Muy especialmente el Sr. Michel, quien era más probable que experimentara el mismo tipo de castigo.

—Primero coloquemos algunos asientos. No creo que esta sea una historia para este tipo de ambiente.

Todos estuvieron de acuerdo con Jays.

Todos los miembros del gremio estaban desesperados, agotados por el desorden de muebles rotos y papeles esparcidos. Sin mencionar a las personas que pasaban por las calles, mirando por la ventana delantera y la puerta abierta al ver la gran conmoción.

Pero justo cuando Jays estaba a punto de moverse, se dio cuenta de algo confuso.

Normalmente, el maestro del gremio, el acusado Sr. Michel y la acusadora Valentia se sentarían para encontrar una manera de resolver amistosamente esta situación, pero el problema era el Príncipe. En realidad, nadie sabía qué estaba haciendo aquí, pero sin duda fue agredido por el Sr. Michel, por lo que no pudieron excluirlo exactamente.

—Primero, me gustaría hablar con mi personal para comprender mejor la situación. ¿Está eso bien?

—¡Ah, no lo es!

No quería estar solo con el mismo Príncipe al que acababa de golpear en la cara.

—Entonces, vámonos todos.

Afortunadamente, aunque el vestíbulo estaba en completo caos, el pequeño salón destinado a recibir invitados no sufrió daños.

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