PRINCESA ATRAPADA

INTERLUDIO

INTERLUDIO

ANTES DE TODO.

Con la ayuda de las sombras y la noche una figura se escabulle por el palacio del reino Chikyu. Debe admitir que el país es hermoso y vasto, al igual que este palacio, lleno de luz y vida, alegría y más, no como el reino Black Moon.

La figura se escabulle por los pasillos sin hacer ruido hasta llegar a las mazmorras.

Este lugar sí que es de lo peor, nada que ver con el resplandeciente palacio. Si que apestaba, su fina nariz rechazaba el olor nauseabundo.

Cuando la figura llego a cierta parte del calabozo encontró a un hombre en pésimas condiciones, el hombre era la fuerte del apestoso olor.

-Veo que lo tratan bien antiguo guardián de la reina –la misteriosa figura de burla del hombre que despierta.

-¿Quién eres?

-Soy la solución de tus problemas Andrew.

-¿Cómo sabes mi nombre?

-Soy un amigo, si quieres verme así.

-No confió en ti. Lárgate.

-No pido tu confianza plebeyo –la misteriosa figura se quita la túnica que traía en sima rebelando a un joven de cabellera plateada –Soy Diamante Black Moon, príncipe de Black Moon.

Andrew no podía dar crédito a lo que escuchaba.

¿Por qué el príncipe de ese país vendría aquí a hablar con él?

¿Acaso algo le había sucedido a Usagi?

-¿Qué quieres?

Andrew no confiaba en ese hombre, no, él sabía la desgracia que había caído sobre la familia real. La presencia del príncipe solo le indicaba que su temor más grande se estaba realizando, los Black Moon habían descubierto la verdad sobre Usagi.

-Quiero ayudarte a salir. Ambos nos necesitamos.

-No te necesito.

-Como veo las cosas, necesitas que te saque de este lugar. Y yo necesito tu ayuda para poder salvar a mi prima.

Diamante noto las interrogantes en Andrew. En contra de su agrado le revelo lo siguiente: -Quiero liberar a Serenity y llevarla a Black Moon a salvo. Ella es la autentica gobernante del país.

-No mientas. Eres el hijo del actual rey.

-Lo soy, pero no soy como mi padre, no busco poder para someter, solo quiero que las cosas sean como deben de ser.

Andrew no lo comprendía.

Y claro, no era nada para que creer. Dicen que la sangre es más poderosa que nada y si Diamante era hijo de su padre traería la crueldad en la sangre.

Todo el mundo sabía de la tiranía con la que gobernada el actual rey de Black Moon sobre su país.

Faraón 90 era un rey despiadado que en búsqueda de poder inicio un golpe de estado en su propio país, matando a su único hermano el antiguo rey Phantom y esposa, junto con su pequeña hija. Todo eso lo había realizado estando consiente y sediento de poder.

Por eso mismo Andrew no confiaba en Diamante. No sabía que era capaz el príncipe.

-Puedes no creerme y utilizarme el tiempo que te convenga –dice el príncipe -, pero sé que al igual que yo, tú quieres que Serenity sea libre.

-¿Usagi-chan está bien? –pregunta preocupado.

No podía cambiar lo que había pasado, pero su Endymion la había dañado...

-Ella está bien. Es hermosa por cierto.

-¿Por qué quieres ayudarme?

-Ya te lo dije, quiero que mi prima vuelva a casa.

-¿Qué tengo que hacer? Estoy preso, ¿Qué podría hacer desde aquí?

-Todo tiene solución.

Menos la muerte. Pensó Andrew.

-Cuando sea el momento preciso mandare a alguien a liberarte, esa será tú oportunidad de tomar a Serenity y salir de aquí.

-¿Qué harás tú?

-Yo los esperare en este lugar –Diamante le pasa un trozo de papel a Andrew –solo ten paciencia. Cuando todo termine y Serenity sepa la verdad las cosas mejoraran para ti.

-¿Qué quieres decir?

-La amas, ¿cierto? A mi prima –Andrew se sorprendió de la agudeza del hombre -, tú recompensa será que si gustan los dos podrán vivir en nuestro país libremente, podrán hacer lo que quieran, casarse, tener una familia, lo que gusten, siempre y cuando Serenity sea feliz.

-¿Hablas de verdad?

Andrew no podía creer lo que le decían. ¿En verdad podría hacer todo lo que quisiera?

Por fin podría cumplir su promesa con Usagi.

-Un príncipe jamás miente.

-Conozco a quienes sí.

-Yo no miento.

Por un largo rato Andrew pensó en sus opciones. Si no hacía nada para luchar por su libertad, Endymion ganaría, lo tendría por lo que le resta de vida encerrado y lejos de Usagi, por lo menos con Diamante tenia posibilidades de salir y luchar.

-Está bien, creeré en tu palabra.

-No vas a arrepentirte.

A Andrew no le importaba cerrar el trato con un demonio, ya había hecho tratos con uno anteriormente y miren donde había terminado.

Con un apretón de manos ambos cerraron su trato.

AHORA SI, NOS LEEMOS LA PROXIMA SEMANA.