365 días de ti ➴ minayeon

Capítulo 13

Mina es alguien que observa todo en detalle, por lo que está bastante sorprendida de cómo se perdió esto.

Ha estado tan consumida por su ira y dolor que no lo ha notado al principio.

Y se sorprende por las náuseas que siente arremolinándose sin control en su estómago al ver la mano de la mayor enyesada.

Nayeon ve que los ojos de Mina se posan en su mano. Rápidamente lo mete en el bolsillo de sus pantalones.

Mina desea haber salido de la tienda sin mirarla dos veces porque no le gusta cómo cada centímetro de su ser solo quiere acercarse a Nayeon y tomar su mano entre las suyas.

Tragando el dolor en su pecho, pasa su mirada por los esculpidos brazos de Nayeon y la mira a los ojos.

Quiere preguntar si le duele la mano, quiere preguntar cómo sucedió, quiere preguntar si está bien, pero en cambio pregunta:

"¿Qué hiciste? ¿Te metiste en una pelea de borrachos?"

Ella enmascara la preocupación en su voz, excavando en el pasado de la mayor.

Nayeon se estremece. "Ya no bebo."

La ceja de Mina se levantó con curiosidad como si no creyera una palabra, haciendo que la cantante suspirara.

"Le quita la diversión a la bebida cuando no tienes a alguien cerca a quien humillar constantemente, ¿verdad?"

Mina sonríe dulcemente a Nayeon.

La idol mira hacia otro lado, tratando de no dejar que el dolor en su rostro se muestre por las palabras de Mina.

Mina no tiene que recordarle la horrible persona que ha sido con ella cuando estaba borracha.

Ella es muy consciente de eso y se odia a sí misma cada minuto por eso.

"Mina, no me vas a creer. No espero que lo hagas."

Nayeon mira a Mina, sus ojos usualmente brillantes están apagados y doloridos, su tono está lleno de tristeza.

"Pero yo me odio más por lo que te hice de lo que tú me odias."

Mina siente un dolor punzante que la atraviesa. Quiere decirle a Nayeon que no la odia.

Ella nunca podría.

Pero se queda clavada en su lugar viendo a Nayeon salir de la tienda con su amigo.

Sana ha tenido suficiente.

Vive lejos de la ciudad porque odia el zumbido y el ruido que genera.

Y las dos idiotas junto a su ventana están empeñadas en arruinar la paz y la tranquilidad que tanto ama.

"Jihyo, ¿qué diablos estás haciendo?" Nayeon grita.

Jihyo se balancea ligeramente sobre sus pies, sonriendo a Nayeon, que está sentada en el capó de su auto con una guitarra en la mano.

"Estoy conectando los cables al parlante, Im."

Nayeon quiere estrangular a Jihyo con el mismo cable que sostiene con orgullo. Sabe que no debería haber dejado beber a la chica más joven.

"No, idiota, estás enchufando la bomba de aire en el altavoz".

Jihyo mira el cable grueso en su mano y se encoge de hombros, no es su culpa que todos estos cables se vean iguales.

Sana mira a la pareja y se pregunta cuándo finalmente comenzarán con la serenata que obviamente están planeando.

Hace un mes, Nayeon se presentó sin previo aviso en su oficina, dando un discurso sincero sobre cómo se dio cuenta del error que cometió solo para que Sana negara con la cabeza y se fuera del lugar.