Capítulo 12

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Mina no puede evitar comparar el cielo nocturno con su propio estado de ánimo. Al igual que estas nubes, su mente está en un caos.

Algo la está carcomiendo, preocupándola, doliendo dentro de ella.

Ella trata de identificar la causa de este sentimiento.

Esos ojos. El dolor detrás de ellos.

Ella pensó que este es otro juego para ella, que Nayeon se aburrirá y abandonará esta farsa tarde o temprano.

Si es solo un juego, ¿por qué vio el dolor persistente en esos llamativos ojos oscuros? No pudo haber sido su imaginación.

Y definitivamente tampoco se había imaginado que le dolía el corazón al verlo.

Ella trata de recordar su último encuentro, necesita ese momento para volver a la realidad cada vez que su resolución falla.

Nayeon se ofreció a pagar por sexo. Se ofreció a pagarle con dinero por enamorarse de ella.

Mina tiene que morderse el labio para no gritar.

Ella ha superado esto.

Ella no va a desperdiciar sus lágrimas por alguien que ya no tiene lugar en su vida, alguien que la trató como si no fuera nada.

No sentiste nada por mí, Nayeon, ¿por qué finges que te importa ahora? se pregunta a sí misma.

Ella inclina la cabeza hacia atrás en el sofá.

Algunos días ella siente todo a la vez.

Cada momento con Nayeon, cada toque, cada mirada y en esos días quiere reírse de la gente que dice que el dolor se cura con el tiempo.

Algunos días no siente nada en absoluto.

Ese vacío, esa sensación de pesadez que oprime su corazón en sus paredes, haciéndolo asfixiar, pudrirse por dentro con una herida que nunca cicatriza y en esos días se pregunta por cuánto tiempo más seguirá latiendo.

Nayeon ha dicho que la ama.

¿Por qué ahora? ¿De repente extraña a su trabajadora sexual después de seis meses?

Ella se burla mentalmente. Seguramente Nayeon tiene un millón de personas haciendo cola en su puerta si quiere un revolcón. 

Ese solo pensamiento la molesta un poco y no sabe por qué.

O tal vez ella sabe por qué, pero no está lista para reconocerlo y enfrentar los demonios que está tratando de mantener a raya.


Tiene que enfrentarse a los demonios de los que huye cuando ve a Nayeon después de dos semanas con un hombre en sus brazos.

Dos semanas de esperar verla con cada toque de la campana y una sensación de alivio al pensar que Nayeon finalmente abandonó este juego.

Dos semanas de dejar que Nayeon escapara de su mente, solo para que ella pusiera su mundo de cabeza con nada más que verla, como si no fuera nada en absoluto.

Ve que los ojos de la cantante se abren de sorpresa cuando su mirada se posa en ella. Ella ve una mezcla de emociones en el rostro que alguna vez amó tanto.

Ella ve dolor, sorpresa y confusión.

Y otra cosa que es tierna a la que no puede poner nombre.

Mina se aclara la garganta y baja la mirada después de un momento.

Ella navega por la tienda, cuidadosamente evitando chocar con Nayeon.

Por el rabillo del ojo, ve al hombre con el que está la coreana susurrando dulces palabras en su oído. Ella escucha su risa.

365 días de ti ➴ minayeonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora