Capitulo 6 Un pequeño gran cambio

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Narrador omnisciente:

México después de aquella salida con Estados Unidos, con el corazón rendido, se dirigía a casa, pero antes, fue interceptado por Andrew, el canadiense amigo de Evan, el cual al verlo le dió curiosidad su persona, queria conocerlo y verificar si el concepto que tenía de el era correcto o estaba en un error, sin embargo, se encontraba indeciso de su hablarle o no, pues ¿Acaso le caería bien al mexicano?

—Oye oye ¿Arturo verdad? —Se decidió por fin a hablarle, captando así la atención de aquel triste latino

-Oh, hola Andrew ¡Que sorpresa!. Si, soy ese mero—Enarco una sonrisa fingida mientras lo miraba

Andrew no era tonto, sabía que algo le pasaba a aquel latino, ya que cada que lo veía, un brillo resplandeciente le emanaba del cuerpo, y esta vez fue la excepción.

—¿Qué tienes?...¿Alguna ruptura o decepción amorosa?

—Para serte franco, si...—Solto en un suspiro— La persona que me gusta esta...con la persona que le gusta ¿Sabes?...el amor no es para mí

—(¿Que le habrá hecho Usa a este pequeño cachorro para que deje de brillar?) —Un nudo se formó en su garganta al verlo tan triste— Eso aveces pasa Mex...pero sabes...no es el fin del mundo, hay mucha gente a la que le pareces atractivo ¿Sabes?...además, no siempre en la vida será amor hacia los demás...¿Haz pensado cuánto te quieres tu a ti?

Aquella pregunta basto para dejar sin palabras al latino, pues bien era cierto que no se quería, no estaba a gusto con su persona y una salida para el era complacer a los demás.
Y aunque las palabras de sus amigos lo halagaban, jamás creía que fuera tan bue i como ellos decían.

—Tengo una idea, quizás si cambiamos un poco tu estilo, te gustes —Declaro con una sonrisa, tomando de la mano al mexicano y llevándolo a casa.

Sin duda, Canadá tenía un lado que muchos desconocían, pues aparentaba ser un joven muy superficial, narcisista y que muy pocas veces dejaba ver sus emociones, sin embargo, no era así, solo aparentaba con las "amistades" con quién se juntaba, pues quienes merecían realmente su aprecio sabían que era un chico gentil, muy amable y lleno de energía. Con el pasar de las horas, ambos jóvenes convivieron y se trataron el uno al otro, no cabía duda que ambos compartían muchas cosas y que nadie era lo que aparentaba, incluso hasta se volvieron muy buenos amigos.

—Mexico por dios ¿No sabía que te gustaba bailar?...te vez tan reservadito, que guardado te lo tenías

—Jaajaja, me encanta bailar, es mi pasatiempo favorito —Rie mientas es peinado por el canadiense

—Eres un fiestero, igual que yo...Pasando de tema, que bonito tienes tu cabello, solo quisiera recortarlo un poco a modo que se te vean esos hermosos ojos que tienes y verás que caen rendidos —Moja el cabello y lo empieza a peinar—Con este cambio, aquella persona que te dejo ir, se va a arrepentir de haberte dejado

Ambos siguieron platicando, mientras el canadiense seguía mejorando el peinado del latino, haciendo un estilo bowl cut en su cabello, siendo favorecido por sus rizos

—Tu cabello, ya está...ahora la ropa que usarás, tu estilo me encanta, muy holgado y vintage pero siento que puedes lucir mejor tu cuerpo, tienes una cintura muy bien definida hombre, me di cuenta ahorita que te quitaste la sudadera, por lo que ammm —Busca en su guardarropa y encuentra una camisa de manga corta color negra, al igual que una camiseta blanca—Ponte la camiseta blanca primero y luego la camisa —el latino estaba a nada de irse al baño, pero fue detenido por Andrew —shhht shht ¿A dónde?...cámbiate aquí, sirve que veo la proporción de tu cuerpo, tenemos lo mismo después de todo

Avergonzado, acepta el pelinegro, quitándose la ropa y siendo visto por el amante del Maple, era precioso su cuerpo, pese a que tenía cicatrices, era como ver el cuerpo de un dios, sin duda, México era una cajita llena de joyas por descubrir.

—Sabes, por mi quédate desnudo, así estás bien —Ambos rieron, de alguna forma, el latino comenzaba a sentirse bien ante los comentarios del ojiverde, ya que siempre escuchaba halagos por parte de sus amigo, pero jamás de alguien como el canadiense

Con la ropa puesta, mira al contrario y sonríe, pero al mostrarle a Andrew, no se notaba convencido

—No...ammm —Saca entonces un polo negro —Este... Creo que este se te verá mejor

Accede entonces el latino, quitándose lo que traía puesto y poniéndose el polo, vaya que le sentaba bien. También le fue proporcionado una cadena y unos pantalones ajustados, se los probó y el conjunto quedó perfecto, al final de cuentas, no cambio mucho su estilo, solo lo modifico a modo de que luciera mejor su cuerpo, ya que por lo regular, Mex usaba conjuntos obscuros, vaya ironía siendo este un dulce andante.

-¡Me encanta!...—Declaro algo nervioso, de haber sabido que el piel morena era no solo atractivo físicamente, si no también emocionalmente, juraba que lo haría su amigo desde el inició —Ahora daremos un paseo, conozco un bar súper bueno, yo invito todo.

—Pero debo terminar el proyecto, Usa aún no me ha dicho que lugares podríamos visitar

—Ay, creeme que conociendo a ese hombre, te llevara a un festival cualquiera, yo sé más de festivales que el, así que mientras vamos al bar, te digo que lugares puedes visitar ¿Va?

—Claro —Por fin accedió después de tanta insistencia por parte de aquel norteamericano

Lo llevo a un bar algo modesto, Canadá sabía de vista que México no disfrutaba de lugares aglomerados y llenos de ruido, así que decidió llevarlo a algo muy tranquilo.
Entraron, llevándose así el latino una grata sorpresa, puesto que el lugar pese a estar lleno de gente, no era tanto el alboroto, causandole comodidad.

—Pide lo que quieras Mex, va por mi cuenta —Ofrece el canadiense mientras le llevaba a la barra

En cuanto el barman llegó a dónde ellos, el ojiverde pidió solo un mojito con lima, México sin embargo, pidió solo un pequeño shot de tequila.
Después de unos tragos, bailar incontables veces en la compañía del otro, una que otra foto subida a las redes sociales del canadiense, decidieron irse a casa del canadiense, pues este insistió mucho en que se quedarán ahí, además de que la casa de Arturo quedaba lejos y sería riesgoso para el, entonces acordaron quedarse ahí.

—Me la pasé increíble —Afirmo con picardía el canadiense

—Yo igual, no creí que pudieras bailar tan bien

—Y luego quien lo dice, el alma de la fiesta...ojalá podamos repetirlo Mex

—Por su puesto...

Ambos se miran con una sonrisa, algo sonrojados debido al cansancio de bailar, copas y demás.

Ya en la casa del canadiense, este último le ofreció ropa cómoda y una cama, en la habitación de huéspedes, aunque si fuera por Canie, ambos dormirían juntos, pero no quería incomodar a su huésped.

Por otra parte, se encontraba Estados Unidos checando sus redes sociales, algo que le sorprendió fue su inicio, pues ahí descubrió la foto de Canadá junto con México, algo que le provocó cierta molestia ¿Acaso aquel rubio narcisista y engreído estaba celoso?...era difícil saberlo, pero, esa imagen de Arturo y Andrew pasándola bien hizo que su corazón se presionará dentro de su pecho, dejandolo sin poder dormir aquella noche.

No le quedó de otra más que admirar la luna, intentando conciliar el sueño, no sin antes enviar un mensaje a su amigo, preguntándole todos los detalles de como se la paso con el latino.

Poco a poco la intriga lo consumía, puesto que el canadiense yacía dormido, por lo que se resigno y esperaría a que el sol aparezca.

Si mi luna muere Donde viven las historias. Descúbrelo ahora