Capitulo 3 Un tenue acercamiento

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Despertar tan abruptamente se había vuelto parte de mi rutina al despertar, la única vez que tuve un sueño decente fue con el mexicano hace unas semanas, pero bien, ya no le daría tanta importancia debido a lo constante que se estaban volviendo esos sueños en mi vida.

Deje de un lado mi estúpida forma de despertar y me empecé a concentrar en aquel proyecto que debía hacer junto al latino, no estaba tan mal, de hecho, la mayoría del tiempo sus chistes me hacían reír mucho, era esa rara y agradable sensación la que me tenía tan apegado a el, el como este me hacía sentir.  Aunque también yo mantenía mi distancia, aún tenía constante la idea de que el era de muy baja clase para mí, el también lo sabía, pero siempre se mantenía al margen de lo que yo le pedía, es como si se esforzará para que me enamorara de el, algo que nunca sucedería.

Era un día como cualquiera, nos reunimos como siempre en mi casa, esta vez por la mañana, el me estaba ayudando con pendientes del trabajo, y yo solo miraba como trabajaba, debía sacar provecho de esto mientras durará, entonces surgió una pregunta por parte mía, me causaba curiosidad.

—Oye ¿Has tenido pareja?...—Le mire analizando cada uno de sus gestos, pero lo que ví me sorprendió, pues solo agachó la mirada y se rehusó a decirme, tal vez, no...jamás tubo una.

Decidí no preguntar más y solo lo deje trabajar, mientras yo investigaba acerca de los eventos que estaban próximos en mi país, por qué sería al primero al que iríamos, ya que nos quedaba cerca, era verano así que buenos festivales y eventos se avecinaban.

—Solo espero te guste el verano...—Cuestione al aire sin esperar una respuesta, pues más bien era una pregunta retórica

—Amm pues no es mi estación del año favorita, pero si me agrada un poco,  — me dijo con una dulce voz, solo solté una risita nasal y el me miró

—¿Entonces cuál es tu estación del año favorita?—No se por que, pero me dió curiosidad saber su respuesta

—Es, el otoño, muchos creen que es la primavera, otros el verano, y unos pocos extrañamente creen que el invierno pero no, es el otoño, temporada de las cosechas...amm, los colores del atardecer son preciosos y me gusta ver cómo se esconde el sol, dando paso a la luna, en otoño siempre se ve hermosa la luna—Sus ojos entonces se encendieron, millones de estrellas se postraban dentro de sus ojos creando un universo, era simplemente hermoso, debo admitir que quede hipnotizado por esa mirada...—Sabes, me gusta verla, en ocasiones le platico cosas muy importantes para mi, me hace muy buena compañia, por qué cada que le cuento de mi día, se que no me va a responder pero...

—Te sientes escuchado —Le interrumpí, después de despertar de aquella hipnosis, hablé pues, me sentía igual, hacíamos lo mismo cada noche —Esto, no lo comento con nadie, debido a que muchos lo verían como una cosa de niños, sin embargo, ella es la única que me acompaña, la que me saca de la soledad y me hace sentir acompañado

—¿Te sientes solo?—Me pregunto un tanto preocupado, yo lo negué, pero, tenía razón, siempre me sentí así, pese a tener a mi alrededor personas que dicen apreciarme, la verdad era que no, ellos nunca sabían que la pasaba mal, hacían que reprimiera mis sentimientos, eran bastante superficiales, y eventualmente me volví igual de superficial, aunque no por completo..

Un silencio algo incómodo se apoderó de la sala, mis ojos se encontraban mirando a los ojos de Arturo, como si la solución de mi soledad estuviera ahí, entonces de alguna u otra forma, conecte con el, una chispa que poco a poco se iba convirtiendo en un cálido y abrazador fuego incendiando mi corazón completamente, derritiendo todas mis defensas y latiendo con euforia, mi cuerpo ahora no seguía órdenes de mi cerebro, si no de mi corazón, pues hacia que mi cuerpo se acercará a el del latino, también sentí como el acortaba la distancia entre nosotros, faltaba poco para unir nuestros labios en un beso, solo que, una llamada nos saco de aquel trance, era Canadá, había olvidado que me había invitado a una fiesta, conteste y me aparte.

Si mi luna muere Donde viven las historias. Descúbrelo ahora