Ese aroma, es tan familiar, tan cálido y tan rico de olfatear, estar en brazos de esa persona sin duda era de las mejores experiencias que pudo tener dentro de su corta vida.
No recordaba como había llegado a aquel lugar, esta vez se trataba de un sofá que daba vista a la noche, y justo a un lado suyo, haciéndole compañía, estaba la representación de la luna, liberandolo de la soledad que tanto mal le hace.—Tomame...por favor tómame que yo me iré en un día o dos —Menciono el, pues parecía tener una voz tierna pero varonil, indicando así que era un hombre y no una mujer
—¿Qué te tome?...¿A qué te refieres?—Toma con nervios su mano — ¿A dónde irás?...¿Me dejaras solo?....te necesito
Lagrimas entonces empiezan a brotar de sus ojos, una impotencia comienza a apoderarse de él ¿Por qué lo dejaría solo?...tan bien que se siente al lado de su luna.
Despierta entonces, empapado en llanto y sintiendo un sentimiento de vacío, pero antes de que pudiese levantarse, o poder procesar su sueño, siente una presencia cálida y agradable, la cual de alguna forma contrarresta su malestar emocional y lo envuelve en un abrazo lleno de ternura, sin percatarse debido a que estaba dormido, el mexicano logro tranquilizar la pena del estadounidense con un abrazo involuntario.
Una vez dirigió su mirada al mexicano, sus ojos se llenaron de sorpresa ¿Que demonios hacia el ahí?...
Está vez lo pensó dos veces antes de despertarlo, comenzaba a analizar cada gesto que el latino hacia cuando dormía, ciertamente era muy dulce y encantador.
Cierta atracción hizo que aquel pelirubio se aproximará a los labios cerezas de el joven durmiente frente a el, debía admitir que se veían realmente apetecibles y el deleitarse con un beso suyo lo etiquetaria como un suertudo puesto que era bien sabido que los labios del mexicano eran por así decirse, vírgenes, es decir, que jamás habían sido tocados por otros labios, la razón, era desconocida.
Muchos rumoraban que si llegase a besar dichos labios, sería bendecido por dioses aztecas debido a lo irresistibles que eran, la verdad era incierta, pero vaya que resultaba un reto el besarlos, pues se sabía que varias representaciones intentaron probar de ese manjar, pero el por vergüenza, jamás lo permitió.
Volviendo al presente, Usa estaba a nada de unir sus labios con los de el de cabello obscuro, pero el joven durmiente poco a poco comenzó a despertar, ser visto dormir le causaba cierta vergüenza, puesto que lo percibía perfectamente ; abre los ojos lentamente, emitiendo un pequeño bostezo, empañando sus mieles de suaves lágrimas y dirige su mirada al pelirubio.
—Despertaste —Se sienta y se estira un poco — ¿Quieres que te prepare algo para la resaca?...debió doler mucho el rechazo de Ale
Insistía en que había sido rechazado por Adeline, no creía las palabras que salieron de los labios del pelirubio hace unas horas, por qué si, apenas pasaron unas horas después de que ambos fueron abrazados por Morfeo.
—¿Rechazado por Ale?...Y-Yo —Seguia procesando las palabras del ojimiel
—Si, estabas muy triste y como ayer le habías pedido su número, bueno, supuse que salieron en el día y te rechazó
—Oh...no, ayer yo no salí con ella...yo —Por fin cayó en cuenta de lo que había sucedido, imágenes cortas venían a su cabeza, el cambio del latino, este último y su mejor amigo subiendo fotos a sus redes y pasándola bien — eso no fue... —Se quedó en silencio, pensando el las próximas palabras que saldrían de el, no podía decirle que simplemente se puso celoso de el y su amigo
—Descuida, no tienes que contarme si no quieres Usa, te dejare solo y ahorita subo con un poco de menudo para la resaca
El ojiceleste no pudo más que asentir, era mejor que pensará en algo para no contar lo que realmente le sucedía, le daba vergüenza aunque esa vergüenza poco a poco dejo de cobrar sentido ¿Por qué sentiría vergüenza de sentir algo por el latino?...¿Las apariencias acaso importaban cuando lo realmente relevante era el bienestar y felicidad del otro?
Siguió al mexicano con la mirada, recordando así el sueño que tuvo ¿Y si el era su luna?...era imposible aunque, su voz parecía causarle serenidad, era agradable y podría acostumbrarse a dormir en la misma cama, pues por alguna razon, estar junto a el era muy placentero para su herido corazón, lo mismo que sucedía en sus peculiares sueños.
Decidió entonces seguir al ya ausente latino, a paso lento, la resaca lo tenía mareado y se tambaleaba al caminar.
—Mex por favor espera, quiero...—Se quedó mido al no encontrar alguna razón viable para seguirlo, pero logro su cometido pues sus palabras detuvieron al mexicano
—Oh si...¿Qué pasa?...—Se regresa para auxiliar al de cabello rubio
Otra vez ese silencio gobernó el lugar, pues las palabras no salían, hasta que decidió cerrar con el silencio, sorprendiendo a aquel pelinegro que esperaba una respuesta.
—No me dejes solo México...por favor
—Pero si solo iré a la cocina a prepararte algo, volveré enseguida, descansa y...
El estadounidense entonces se aproxima ante el confundido mexicano y lo abraza, como si su vida dependiera de eso, siendo preso de un calor que lo obligaba a desahogarse, derritiendo por completo las defensas que había marcado después de haber sido lastimado innumerables veces.
Un mar de llanto se hizo presente en aquel joven rubio, haciéndolo parecer un cachorro, algo ocultaba, era evidente para el piel morena que algo no estaba bien, pedo no quería preguntar, quizás aún no estaba listo para decir lo que tanto atormentaba a su corazón.—No...quiero que te quedes conmigo en todo momento...no puedo dejarte ir, tu dijiste que te tomara, que te irías en un día o dos y no quiero que te vayas cuando eres lo único que mantiene a mi corazón contento
¿Qué era lo que le ocurría al estadounidense?....no sabía explicar lo que en ese momento estaba pasando, quedando perplejo ante las palabras pidiendo piedad del estadounidense, se estaba doblegando en su presencia. Sin embargo, las palabras que emitió " tu dijiste que te tomara, que te irías en un día o dos", tal vez aún seguía ebrio.
Endulzó aún más su voz, acaricio su cabeza con ternura, tratando de entender el dolor de su contrario y comprendiendo que necesitaba más que afecto, necesitaba ser escuchado, ser entendido y no ser juzgado.—Tranquilo, prometo que no me iré hasta que tú me lo pidas, pero por favor calma ¿Si?
—¿Lo prometes? —En un acto tierno levanta su meñique y es enlazado por el del ojimiel
—Ven, vamos a hacerte algo rico de desayunar ¿Si?
Y así ambos se dirigen a la cocina, en la búsqueda de una cura para la resaca del piel rojiza.
Con el paso del tiempo, ambos se volvieron extremadamente cercanos, claro, en lugares privados, ya que si se trataba de algo público, Estados Unidos de inmediato sentiría incomodidad por ser visto junto a el Mexicano, la apariencia lo era todo para el, por desgracia, era algo de lo que el latino no estaba enterado.Para mala suerte del Evan, sus sentimientos seguían siendo confusos para el ¿México realmente era su luna?...¿Realmente se estaba enamorando de él?...no podía permitirse sentir algo por el, los celos que sentía al verlo con alguien más, no conseguía explicarlos, solo sabía que el estar cerca de el significaría una recaída.
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Si mi luna muere
RomantikEvan (Usa), un joven egocéntrico y narcisista, debe hacer un trabajo con su joven vecino y admirador México (Arturo) por mandato de ONU, con el objetivo de unir más a ambas naciones, algo que no le apetece para nada al estadounidense, pero al recibi...