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La mente de yeosang no podía estar quieta, era una tortura constante, no había un segundo que no pensara en San, lloraba en su habitación, no podía hacer otra cosa, todas las cosas que San le regalo las tenía frente a él

Le dolió el corazón de pensar todo lo que hizo San por querer tenerlo, el era un Príncipe, su error fue enamorarse sabiendo que nunca iban a poder estar juntos

San sabía lo mucho que ama a su hermano y que lo haya lastimado fue como lastimar lo a él, Yeosang quería gritarle, golpearle y llorar con toda su fuerza, pero sabía que no tenía el coraje para hacerlo, San desde el principio lo tuvo a sus pies, su linda sonrisa su amabilidad y la forma en que hacia que todo su entorno fuera mejor, aunque el no estuviera así.

San le había regalado tanto accesorios para el pelo y un hermoso espejo que le dolía verlo, acordarse de cómo se camuflaba de los guardias en la noche para entregárselo en su habitación y darle un beso de buenas noches hacia que todo su ser ardiera, volver a sentir ese amor que sentía con esos mínimos detalles lo volvía tan miserable, porque amaba a San con cada fibra de su ser.

Yunho no ayuda a su condición, se comporta como lo hace San incluso más meloso y aniñado, se sentía débil ante él, porque no quería jugar con los sentimientos de Yunho, menos con sus propios sentimientos, quería amar a Yunho, pero no podía hasta sacar a San de su corazón, no quería usarlo.

Tampoco era bueno todo lo que vivía, el era feliz con la idea de vivir en su reino junto a su hermano, más sabiendo que era feliz con San, él fue su primer amor, su primer beso, esperaba que fuera más de él, pero no lo fue.

Odiaba la idea que Yunho simplemente lo iba amar porque iba a ser su rey, no por el hecho de ser él o alguien que le interese, debía cumplir con su deber, no lo culpaba, el también lo estaba haciendo.

Quería conocerlo, saber lo que realmente Yunho amaba o le disgustaba, pero no sabía por dónde empezar, tampoco era fácil, eso sería hacer de lado sus sentimientos y tratar de remplazar a San con Yunho.

Yeosang suspiro, estaba cansado de todo eso, fueron muchas emociones en pocos días.

— Si no lo hago ahora, no lo haré más

Yeosang metió todos sus recuerdos de San en el tacho, los iba a mandar a quemar, no quería volver a verlos, cada pintura que le hizo a San se fue a la basura, sus pequeños regalos, hasta el más mínimo como una flor seca entre las páginas de su libreta de dibujo.

Le entrego a Seonghwa con mucho dolor el tacho, todo el amor que San alguna vez le dio, decidió tirarlo, era doloroso, pero así evitaría quedarse con esos recuerdos para toda la vida.

Las sirvientas podían escuchar a Yeosang llorar desgarradamente, querían avisarle a su Rey, pero Yeosang les había suplicado que no le avisaran, el iba a estar bien, solo necesitaba eso.


Seonghwa llevaba con el todo los recuerdos de Yeosang a quemar los, pero primero pasaría por la oficina del rey.

Seonghwa se anunció y dio una leve reverencia.

— Su majestad, no quiero enterrumpir su valioso tiempo, pero necesito hablar de Yeosang.

Yunho le presto atención de inmediato.— ¿Le sucedió algo?

Estaba a punto de levantarse pero Seonghwa negó.— Nada físico, solo es su corazón, esta muy mal, se siente muy mal, voy a ser sincero con usted Rey, Yeosang ama con todo su ser a San, él trajo todos sus recuerdos para no olvidar lo, pero aquí están.—Le muestra el tacho.— Mando a que los queme, eso haré, quiero que sea compresivo con él, esta tratando de olvidar a San no porque siente algo por usted, sino por deber y dolor, no quiere seguir sufriendo después de lo que hizo San hacia su familia, Yeosang no es tonto, pero es débil y si San lo llega a capturar el lo seguirá, no luchará, es débil ante él

Seonghwa suspiro.— Le pido por favor, si siente algo por él o quiere enamorarse, o no se realmente que quiere, pero haga que Yeosang olvide a San, de alguna manera que sane su corazón, que no sea débil ante él.

Yunho se quedó mudo ante las palabras de Seonghwa.— ¿Pero cómo?

— Yeosang ama mucho cada pequeño detalle, como puede ver, guarda todo, es una persona muy cariñosa y juguetona cuando entra en confianza, parece tímido, pero solo hasta que agarre confianza, acaba de tirar todas las cosas de San para tratar de ser feliz junto a ti o al menos el poder ser feliz, el va a detestar la idea de usarte para olvidar a San, así que seguro se aleje un poco, usted no se rinda.

— Yeosang ama el pollo frito, su padre no le dejaba comer porque decía que lo pondría gordo y nadie lo amaría así, las flores son su debilidad, más pintarlas, le encanta recibir al menos una flor cada mañana y una noticia deseando un feliz día, detesta los Té, solo le gusta el de Limón y Jazmín, si toma otro lo hace con mucho asco y después le da ganas de vomitar, no lo relaja. Ama mucho los animales, a los perros no, pero su padre le prohibía convivir con ellos, si ve sus pinturas siempre va a ver que pintaba al caballo de su madre y el de él, pero después de la muerte de su madre no pudo volver a verlos y su padre le generó miedo, que quede claro, su padre lo odia mucho y le prohibía todo.
Le gusta por las tardes mirar el atardecer mientras pinta, a veces lo vas a ver por su habitación tocando nuevos instrumentos y aprendiendo de ellos.
Le gusta regalar sus pinturas, pero tiene mucha vergüenza en estos momentos y está muy decaído, trate de levantar su ánimo, haga lo que le dije, ah y ama desayunar jugos de frutas bien fresco a primera hora, le dejo toda esa información usted sabrá como tomarla, me retiro.

Antes de irse volteo a verlo.— Déjelo llorar por hoy, esta triste, mando a quemar las cosas que más amaba, él llora todas las noches, desde de mañana logré hacer que no llore, que duerma en paz.

Seonghwa no dijo más y se retiro, iba a hacer algo para que su príncipe estuviera bien, amaba mucho a Yeosang, se crío junto a él y le tiene mucho cariño, lo protegería con su vida sin importar nada, no importaba si no volvía a ver su HongJoong, él se quedaría al lado de Yeosang hasta su muerte.

Yunho se quedo pensativo, sabia que Yeosang estaba triste, pero no tan así, era comprensible eran mucho cambios en su vida.

Sabía perfectamente que Yeosang no lo amaría del todo, su corazón le pertenecía a San, eso lo ponía triste, porque Yunho realmente se intereso en él, por algo quería que sea su Rey, lo eligió entre todos los demás, había algo en él que le llamaba tanto la atención, no obligaría amarlo, pero si a olvidar a San y tratar de que sea feliz, no le importaba vivir toda su vida así y usar a concubinas para tener descendientes.

Quería correr a la habitación de Yeosang pero no lo haría, dejaría que llore todo lo que tenga que llorar, él a la mañana le dejara una hermosa sorpresa.

Mi Rey (YunSang)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora