Humilde ironía

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Te preguntarás seguramente, ¿por que este idiota le llama "humilde ironía", a este texto?.

Pues bien, que le escriba/dedique algo por este medio es una ironía, primero porque como todo hombre anticuado me resistía a volcar arte por medio de esta especie de red social, aunque me contradecía a la vez, porque mi arte musical siempre fue de la mano a las redes sociales.

Y segundo, la nostalgia hiere un poco, por eso lo considero una ironía, cruel ironía, cruel destino quizá. Pero ese destino también nos cruzó, fuimos uno, solo por un instante, pero un instante memorable. Casi como un eclipse que a veces la gente espera y otras veces ignora, pero también, que en el pasado eran interpretados como un posible fin del mundo, aunque para mi era el comienzo de uno nuevo. 

En ese mundo nuevo comencé a creer en la reencarnación, en conexiones que iban más allá de lo físico o psíquico y no se si la palabra amor baste para darle nombre a este concepto.

En ese mundo nuevo comencé a creer en la reencarnación, en conexiones que iban más allá de lo físico o psíquico y no se si la palabra amor baste para darle nombre a este concepto

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¿Habremos sido Marco Antonio y Cleopatra en vidas pasadas?, esa hipótesis quedaría inconclusa, como tantas otras. Pero hay tantas coincidencias en esa teoría, ya que nuestra alianza tampoco pudo con la guerra, esa guerra contra nuestros propios fantasmas.

Hoy nuestro extraño "amor", quedó momificado en mi memoria afectiva, cual daga en el corazón, no me dio muerte, pero si dolor. Maldije muchas veces en tu nombre, en el mio, a los posibles dioses que adoramos en aquellas vidas pasadas, y sinceramente, a veces lo sigo haciendo.

Maldigo esta sociedad genérica del siglo veintiuno, la que adoctrina hasta a los sentimientos, y te dice que para amar hay reglas que seguir, leyes que morder.

Si, maldigo tu belleza, que presume como las estrellas sin dejarse alcanzar, que me hace sentir insignificante y fugaz.

También maldigo aquella plaza, aquel banco de madera, donde te vi por primera vez, sintiéndome el viajero que Penélope estaba esperando, moviendo su abanico.

Si, maldigo mi ansiedad, mi depresión, mi sistema nervioso roto en mil pedazos hace tiempo. El mismo que traicionó mi suerte, para perderte para siempre.




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