CAPÍTULO 6 - Agente Perdido

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Los dolores de cabeza habían disminuido, pero aún sentía mareos. Durante todo el viaje no hizo otra cosa que agarrarse la cabeza. El ruido lo molestaba. Ni siquiera pudo dormir tranquilo. Más allá de que el viaje era de una hora quería aprovechar el tiempo lo más posible. Una vez abajo del avión sabía que se le venía un día movido.

Bajaba por las escaleras mecánicas en camino a la salida. No veía ninguna cara conocida, se ve que nadie iba a buscarlo. Vio al grupo de familiares acostados a un lado y un cartel llamó su atención. "Kennedy" decía escrito con fibrón. Lo tenía un muchacho joven, aparentemente entre sus veintes, vestía un traje y tenía el pelo negro enrulado. Leon caminó en su dirección. El chico lo vio y se le acercó también.

—¿Señor Kennedy?— preguntó el muchacho algo tímido.

—El mismo. ¿Quién eres?

—Me llamo Peter, trabajo en la Casa Blanca. Me dieron órdenes de venirlo a buscar.

—Muy bien, andando— dijo Leon mientras iba camino a la salida.

—¿Y su bolso?

—No tengo— dijo el rubio fríamente.

En todo el trayecto no había emitido palabra. Solamente estaba apoyado con el codo en la ventanilla, mirando hacia afuera, perdido en sus pensamientos. No pensaba en otra cosa más que en la charla con Chris. En verdad estaba fastidiado con el grandulón por las acusaciones, sin embargo tenía mucho por reprocharse. Es cierto que sentía algo por Ada, algo profundo, y siempre tuvo ese miedo de que esos sentimientos interfirieran en su trabajo. Tarde o temprano llegaría el día que tendría que elegir, Ada o la misión. Sea cual fuere la respuesta, sabía que iba a venir con un costo muy alto.

Peter seguía concentrado en la ruta. De vez en cuando miraba por el espejo retrovisor para ver a Leon. Quería decir algo pero no se animaba. Sentía que cualquier cosa que saliera de su boca lo dejaría en ridículo. Conocía la enorme reputación que se había creado Leon y no quería dar una mala impresión. Finalmente rompió el hielo y le dijo:

—¿Ha tenido un viaje placentero, señor?

—Se podría decir que sí— respondió con su frialdad rutinaria. No tenía ánimo de hablar con Peter, sin embargo sentía curiosidad de saber quien era—. ¿A qué te dedicas, muchacho?

—Oh, trabajo en la Administración de la FOS, señor. La señorita Hunnigan me pidió que venga a buscarlo.

—¿Hunnigan es tu jefa?

—Si, señor.

«Siempre puedo contar contigo, Hunnigan», pensó. Se preguntaba cómo habrá convencido a Peter de venir a buscarlo. «De seguro no le dio muchas opciones».

—Si me permite señor, es un honor conocerlo, su reputación lo precede.

—Gracias, trato de hacer lo mejor— se sorprendió por los halagos del conductor. No era común que alguien le dijera tales palabras—. Aunque me pregunto, ¿cómo lo hace?

—¿Disculpa?— preguntó Leon.

—Bueno, es que, usted ha hecho esto durante mucho tiempo y siempre ha logrado sobrevivir, siempre cumpliendo sus misiones. Siempre he soñado ser un agente, pero lamentablemente mi vida me llevó para otro lado. Lo más cerca que estuve es en las oficinas de la FOS, ver a los agentes en el campo siempre ve lleva a soñar.

Esas palabras sacaron una sonrisa en su rostro. Verlo a Peter hablar de esa manera lo llevaba a épocas en las que soñaba con ser un policía. Tenía la misma ambición que él, los mismos sueños, o casi. Quería hacer del mundo un mejor lugar y sentía que podía lograrlo. Recordarle eso lo llevó a  preguntarse qué le pasó a ese joven ambicioso.

Resident Evil - Héroe CaídoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora