3

29 17 1
                                    

Desde ese entonces no me preocupe más por volverlo a ver, porque estaba segura que en menos de un parpadeo estaríamos otra vez frente a frente, y la carta que tenía era muestra de que el tampoco dejaría de pensar en mi.
Al contrario pensaríamos el uno del otro, cada momento que pudiéramos, porque aunque no estuviéramos juntos dormíamos bajo el mismo cielo.


9 años después de eso, ya apunto de cumplir 18 años, continúe con mi vida sin creer en las sorpresas pero a la vez esperándolas, teniendo inseguridades pero asiendo le frente, y sin poner mis ojos en el amor, pero siempre tenía en mente lo que había transcurrido aquella tarde, en la que conocí a ese muchacho y sin pensarlo un sentimiento nació dentro de mi hacia el, con solo esos momentos que pasamos juntos,
Cada mañana al despertar me colocaba aquel relicario que había conservado como mío,
Un día fui a pasear con mis amigas Ana y María aprovechando que no teníamos clases  y estábamos libre, estaba distraída y no me fijé a dónde me diría, sin querer me tropecé con un joven que estaba parado al frente de una zapatería, caímos al piso rodamos y yo terminé debajo de el, me pare y le ofrecí disculpas y entre, el se me quedó viendo pero la verdad no le puse mucha atención, dure un rato con mis amigas probando nos, zapatos y luego salimos cuando vi hacia afuera el muchacho se había ido, a lo mejor estaba esperando a alguien, fuimos a beber unos batidos, yo decidí ignorarlo lo que había pasado, pero mis amigas como siempre se esforzaban por recordarme el penoso momento.
Ana:— Ey, Eliza de verdad no conoces a ese muchacho—
— y porque abría de conocerlo, yo—
Ana:— bueno es que cuando se paró del suelo se te quedó viendo de una manera —
Maria:— si eso es verdad, de verdad no lo conoces—
— les digo que no, y se me quedó bien normal, como cualquier persona, además no se han puesto a pensar que puede estar casado, se veía como una de esas personas rica—
Ana :— no, no creo —
Maria:— yo tampoco —
— y como están tan seguras, ese tipo de personas por lo general están casadas, y ya tienen lo más probable hijos—
Maria:— de la manera en la que sete quedó viendo, me hace pensar que no tiene esposa —
Ana:— oha lo mejor la esposa no lo satisface bien —
Las dos se echaron a reír mientras yo solo veía, hacia el sol que se escondía y se tornaba un bello atardecer.
— ya déjense de tonterías y vamos de una buena vez—
Terminamos de tomar los batidos, Tomamos el autobús y nos fuimos.


al regresar a mi casa me encontré con la sorpresa de que habían mandado a hipotecar la casa, mi madre no tenía dinero para mantenernos a mí y a mi hermano el estaba muy pequeño y ella no podía trabajar debido a que días atrás se desmayo, le dije que fuera a un doctor pero no me hizo caso, como siempre haciendo lo que quiere, bueno supongo que detal palo tal astilla, yo era idéntica a ella tengo que admitir.
En realidad ella se veía muy preocupada y eso no me gustaba para nada, no quería que decayera, no se había sentido bien debido al desmayó que tuvo dejo de comer mucho, dormía muy poco mejor dicho no dormía para nada, para el colmo intentaba de ayudar en la casa, así que había que estar detrás de ella acada momento para que no hiciera ningún tipo de peso, era estresante porque era cómo tener a un niño pequeño.
Así que a la mañana siguiente decidí salir a buscar trabajo, fui a muchos sitios pero nadien estaba interesado en una muchacha que no tenía ningún tipo de experiencia laboral, estando ya sin fuerzas y agotada de tanto caminar, acudir al último lugar que me faltaba por entregar de inmediato me dijeron que no necesitaban personal cuando iba saliendo por la puerta una voz me detuvo
—¡Espera!— Dijo
Al voltear vi parado frente a mi al mismo hombre que había tropezado al frente de aquella zapatería, el me miró de arriba a bajo y me dijo;
-Quiero hablar contigo, en privado puedes pasar a mi oficina por favor, créeme te va ha interesar lo que tengo para ti-
Lo mire extrañada y procedí a entrar a su oficina al pasar me senté en la silla el me miró.
-yo necesito a una secretaria si estás interesada por el empleo—
—¡Si! ¡Si!—
lo interrumpí,
—aunque la verdad no tengo mucha experiencia.—
-No importa- contestó, tomo el teléfono y hizo una llamada, de la nada entro una joven pelo rojizo blanca delgada y de ojos color negro.

-Ella es mi secretaria y te enseñará todo lo relacionado a la oficina-
Ya tenía una secretaria para que quería otra, me pregunté agite la cabeza y me respondí a mi misma que importa si tiene o no yo necesito el empleo

-"Mucho gusto"- se presentó
—me llamo Caterin Lokelani,—
—"Mucho gusto" yo soy Elizabeth, Elizabeth jiuga—
La verdad no le agrade mucho al verla pude notar que le  atraía el hombre que me había contratado ahora mi jefe, ante de retirarme me dijo que empezaría mañana, y que se llamaba Vidal Smith, beso mi mano y me fui del lugar con la sensación, de que el beso que me dio en la mano y su mirada en mi, decía más de lo que el me quiso mostrar.

Esa noche ledi la sorpresa a mamá que ya había conseguido trabajo, ella se puso muy feliz aunque después se alarmó un poco porque pensó que dejaría los estudios, le aclare que seguirá estudiando, y que me las arreglaría para cumplir con Los dos horarios, por suerte vidal parecía ser un jefe comprensivo, tal vez si le contaba de mi situación me dejaría trabajo con un horario más flexible, mi mamá se puso tan contenta que cocino su famosa carnes con papas, después de volver a probar esa maravillosa carte me despedí de ella y me fui a dormir

Maldito Amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora