4

24 13 0
                                    

Al día siguiente acudí a la oficina, Caterin me miraba de una manera que si las miradas mataran estaría muerta, se notaba a leguas que no me quería allí y que haría lo imposible porque no durará en el puesto, me pidió archivar unos documentos, que arreglará la oficina de Vidal y luego que saliera a buscarle un café, al terminar de archivar y arreglar la oficina salí a buscar el café, al regresar me encuentro con la sorpresa que tenía que tener listos la agenda personal de Vidal,
Obviamente Caterin no me había dicho nada, al entrar Vidal y sentarse no sabía que responder, las manos me temblaban y sin darme cuenta sudaba frío, cuando le dije que no tenía la agenda lista rápidamente entro Caterin
Caterin;—aqui le tengo su agenda con todos los pendientes de hoy—
Prácticamente me Iso quedar como una idiota allí parada,
Caterin;—creo que este trabajo no es para ti—dijo
Vidal se me quedó viendo
Vidal;—Poco a poco te acostumbraras no te preocupes—
Me acostumbraré ja si claro con su secretaria queriendo hacerme la vida imposible, lo dudo mucho
Recogí mis cosas y me fui a mi casa caminando, de repente antes de cruzar la calle una limosina lujosa estaba parada frente a mi, al bajarse el espejo pude ver que era Vidal y me propuso llevarme a mi casa,
Pero cuando estaba a punto de rechazar la oferta gotas de agua empezaron a caer fuertemente, así que no me quedo más opción que decir que si
De camino a mi casa empezó a hacer preguntas,
Vidal;—¿Tienes novio?— Una pregunta que me puso algo inquieta, debe de ser porque no muy seguido hablaba de ese tema, pero asumí que solo quería hacerme plática respondí "NO" 

Vidal;—¿Te gusta alguien?— Pregunto después
No no me gusta nadien dije el me miro sorprendido
Vidal;—¿que? como una muchacha tan bonita no iba a tener novio,— cuando iba a responder me encontré con la sorpresa de que habíamos llegado, di las gracias y baje rápidamente del carro dejando lo con la palabra en la boca.

Esa noche antes de acostarme me sente frente a la ventana, se veía el cielo estrellado brillar más que nunca y a lo lejos las luces de la ciudad, me quite el relicario y lo sostuve en mis manos, pude notar en el un resplandor, de repente mi mente regreso a aquella tarde en la que conocí aquel joven, y al mismo tiempo por mi cabeza pasaban imágenes del hombre que ahora era mi jefe, al mismo tiempo trataba de descifrar, que tenían en común estos dos hombres y por qué se venían a mi.
recuerdos de ellos, sin darme cuenta termine dormida en la ventana con una lágrima cayendo encima de mi mejilla.
Entre abrí los ojos y pude ver que alguien estaba en mi cuarto, esa persona me cargo hacia la cama, tomo una sábana y me la coloco encima, vi que camino y cerró la ventana que estaba abierta, supuse que era mi mamá haci que volví a cerrar los ojos y me quedé dormida.


Maldito Amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora