Espacio, tiempo y otros defectos ✓

Final: Perdidos en el tiempo

27 | Noviembre | 2010

Siempre fue una persona bastante extrovertida, no le cuesta entablar conversaciones con extraños en la calle, disfruta mucho hablar. Sin embargo, en esa ocasión, se siente cohibido, no encuentra la forma de abordar algún tema de conversación con la persona que tiene al lado.

Los minutos se le han hecho eternos mientras viaja como copiloto junto a la variante de April. No se siente incómodo, pero sí encuentra extraño que la mujer mayor le haya insistido a April que se adelantara a escoger los puestos mientras ellos dos estacionaban el vehículo.

—Relájate. No voy a hacerte nada. —La mujer le habla, aunque sin apartar la mirada del camino, girando con experiencia el volante del auto hacia la izquierda. —Solo quiero hablar contigo.

Aslan asiente con nerviosismo, preguntándose sobre qué podría querer hablar con él.

La charla con April lo tomó desprevenido, nunca se imaginó que algo tan horroroso como eso le habría sucedido. Aslan no supo como reaccionar al inicio, todos los días escuchaba noticas sobre casos de violaciones, y aunque nunca llegó a experimentar algo como eso en carne propia, tan solo escuchar el testimonio de April había sido suficiente para dejarlo destruido, como una puñalada directa al corazón.

Nunca esperas que algo malo les pase a las personas que amas.

Quería hacer de todo en ese instante, pero sabía que no había mucho por hacer. Lloró y pensó que si se le pudiese cumplir un solo deseo, escogería cambiar el pasado de April. Pero como eso es algo imposible, se dedicó a escucharla, intentar entender y ofrecer su compañía.

—¿Por qué viajas sola? —Se atreve a preguntar, una vez que encuentran un lugar disponible para estacionarse.

—¿Te refieres a por qué no viajo con una variante tuya?

La aparición de la April original los tomó por sorpresa, luego de la profunda charla, ambos lograron apaciguar al ambiente con una improvisada guerra de nieve, pero tan rápido como la calma llegó, así mismo se fue. Aslan por un momento creyó que April iba a cometer una locura cuando la vio dirigirse hacia la mujer en la banca, hecha una furia. Le gritó durante un rato, luego la abrazó, lloró y hablaron, él se mantuvo a la distancia, sabía que lo mejor era no entrometerse, ellas dos tenían mucho de que hablar, por más que él intentara ponerse en los zapatos de April, nunca podrá llegar a experimentar el mismo dolor que ella carga, solo otra April podría entenderlo.

De un momento a otro lo llamaron, la variante de April casi que los obligó a seguirla hacia otra línea, hubo algunas protestas de por medio, pero al final accedieron, y ahora se encuentran ahí.

—En mi línea nunca te conocí. —Confiesa ella por primera vez mirándolo a los ojos. —Entre mis planes nunca estuvo la intención de buscar a Aryn con la ayuda de alguien, ni siquiera la de Alejandro. Me pareció egoísta llevarlo conmigo a intentar arreglar algo que él no dañó. Que viajara conmigo implicaba que él abandonase sus sueños para cumplir los míos. No era justo.

—Conocimos a esa variante de Alejandro. No hablé con él, pero por lo poco que vi y escuché, él te extraña, me atrevería a decir que quizás sigue esperando a que vuelvas.

—Lo sé. Tal vez algún día vuelva, cuando termine mi misión. —Aslan va a preguntar acerca de la supuesta misión, pero ella sigue hablando. —Hace varios años ya, en una línea a la que yo no pertenecía, lo conocí. Para esas entonces ya llevaba más de un año buscando a Aryn, estaba agotada, y fui a un bar, ahí lo conocí.

—¿Una de mis variantes?

—Así es. Estaba ebrio, hablando con un montón de personas, era el alma del lugar. Yo estaba amargada, recuerdo que se sentó a mi lado y dijo que me parecía mucho a una mujer que aparecía en un comercial de jabones. —Ambos rieron, cada uno perdido en sus respectivos recuerdos. —Ahí inició nuestra amistad, no lo llevé conmigo, pero iba a esa línea al menos dos veces a la semana para visitarlo, y así fue durante mucho tiempo, hasta que caí en una línea que me llenó de problemas.