15 | Febrero | 2022
—Nunca pensé que me secuestrarían, mucho menos que sucedería dos veces. Me siento como en un capítulo de Glee, de esos de la quinta temporada, donde ya nada tenía sentido, pero al menos cantaban buenas canciones. ¿Te viste esa-
—Aslan, solo cállate, por favor. —April suspira, mirando sus pies con pesar, intentando sobrellevar la incomodidad que le ocasionaba el tener los brazos amarrados a la silla. —¿¡Van a soltarnos ya o tenemos que esperar otra hora!?, ¿¡Saben que puedo demandarlos por esto, verdad!? ¡Y voy a hacerlo!
—No creo que amenazarlos sirva de algo, científica.
—Cuando tengas una idea que sea de ayuda, me avisas. Mientras tanto, cierra la boca.
—¿Y si intentamos movernos? Llegamos hasta la puerta y alguno de los dos la patea. —Aslan propone, y April lo siente moverse inquieto a sus espaldas, también amarrado a la silla. —Alguien abajo podría escuchar y subir a ver.
—Está bien. —Termina accediendo, luego de unos segundos pensándolo, llegando a la conclusión de que no pierden nada con al menos intentarlo. —Pero tenemos que coordinarnos para que funcione. A la cuenta de tres, ¿listo?
—Listo. —dice —Uno.
—Dos.
—¡Tres!
Como pueden se las arreglan para impulsarse con los pies, pero en vez de avanzar hacia la puerta, se caen, golpeándose de forma abrupta contra el suelo frío y duro, ahora la mitad de sus cuerpos de un lado, mientras siguen en las sillas.
—Todo esto es-
—No te atrevas a culparme. —Aslan le advierte, con un tono severo, haciendo que April tenga que tragarse sus palabras. —No todo es culpa del team Estados Unidos.
—De hecho, Estados Unidos es uno de los países que más-
—¡No me interesa!
—Bien, vive en la ignorancia y negación.
April sabe que, si aún no estuviese bajo los efectos de esa galleta, amarrada a una silla y tirada de medio lado en la mitad de una habitación, con una peluca afro en la cabeza, ella podría idear un nuevo plan para tomar su bolso, que se encuentra a tan solo unos metros de distancia, y largarse de allí. No es amiga de la resignación, pero en ese momento, no encuentra nada más que pueda hacer.
Su cabeza duele debido al reciente golpe contra el suelo que acaba de darse, eso sin mencionar el batazo que recibió por parte de su variante, el cual le ha dejado una herida en la mejilla y que sangre brote de su nariz. Pero la peor parte se la llevó Aslan. Antes de caer inconsciente, pudo apreciar sangre brotando de su cabeza, y aunque el hombre no ha presentado señales de estar afectado por eso, April sí está preocupada.
—Aslan, ¿estás bien?
—Ah, ahora sí me preguntas cómo estoy, después de haber humillado a mi país. ¿Sabías que la mayoría de-
—Estoy hablando en serio, tonto. Antes de desmayarme me pareció ver sangre en tu rostro.
—April...
—Quiero la verdad.
—Mi cabeza lleva un rato sangrando. —Contesta, su voz se escucha débil, como si el simple hecho de hablar le ocasionase dolor. —No puedo abrir el ojo derecho y veo borroso.
—Mierda. —Murmura por lo bajo, cerrando sus ojos y sintiéndolos lagrimear debido a la cantidad de horas que lleva sin descansar. Tiene una pesadez indescriptible en el estómago, y siente su preocupación empeorar con el pasar de los segundos.
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Espacio, tiempo y otros defectos ✓
Teen FictionEn un universo donde el sentido de la vida se basa en encontrar a tu alma gemela, April Davies Lee, la exitosa profesora de física, recibe la noticia de que su otra mitad ha muerto, dejándola con el corazón roto y la esperanza de por fin iniciar una...