17: Bienvenidos al futuro

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—¿Ya recogiste todo? —Pregunta, mientras termina de acomodar la ropa dentro de su maleta. Aslan al otro lado de la habitación suelta un suspiro hastiado.

April voltea, echándole una pequeña mirada antes de continuar guardando sus pertenecías. Siente que algo extraño ocurre con Aslan, y le frustra no saber qué es; se cumplen tres días desde que ambos habían presenciado esa lamentable escena protagonizada por el pequeño Aslan, y aunque sabe a la perfección que esa situación había removido sentimientos y recuerdos no deseados para su amigo, también es consciente que ese no es el único motivo de su extraño comportamiento esos últimos días.

Aprendió que Aslan es una persona muy sentimental, se permite llorar, y aunque en algunas ocasiones las emociones son abrumadoras, sabe cómo superarlo, él definitivamente sabe manejar sus emociones mejor que ella. Y lo ha comprobado, cuando a pesar de haber presenciado ya en dos ocasiones situaciones que terminaron haciéndolo sentir mal, Aslan logró salir adelante.

Entonces, si no se trata de eso, lo único que se le ocurre es que Aslan está molesto con ella. No logra explicarlo, a simple vista él sigue tratándola con la misma amabilidad y comprensión de siempre, pero falta algo, no habían estado actuando de la misma forma.

Y empezaba a sentirse mal, porque no tiene idea de que ha hecho mal.

—Todo listo, ¿nos vamos ya? —Aslan llama su atención, April cierra su maleta y toma la máquina.

—Vamos.

2 | Febrero | 2024

En cuanto pone un pie fuera del portal, un fuerte mareo hace estragos con su cuerpo, su corazón late con frenesí y siente las piernas entumecidas, la sensación es tan abrumante que tiene que cerrar los ojos y sujetarse de lo primero que encuentra.

«¿Un piano?»

—¿Por qué hay un piano en mi laboratorio? —Cuestiona, un escalofrió obligándola a apartarse del instrumento de inmediato, ni siquiera puede mirarlo.

La pregunta queda en el aire, Aslan no hace ni siquiera el esfuerzo por contestar, ya que luce igual de cansado y confundido que ella. No hay ningún laboratorio, mucho menos una habitación abandonada y deteriorada.

Un piano, una guitarra, vinilos apilados en estantes, micrófonos, cables, una pequeña cabina, televisión... ¿Premios?

—¿Por qué estamos en un estudio de música? —Le pregunta Aslan, acercándose al piano. —¿No deberíamos estar en tu casa? ¿Es alguna clase de error?

Imposible, su máquina es perfecta, no comete errores. Observa la pequeña pantalla de esta, notando que la línea en la que se encuentran está bastante alejada de la que se encontraban hace unos minutos, eso explica el cansancio de ambos. April se siente culpable al instante, ni siquiera lo había notado, su cabeza estaba en otro lado.

—¿Te sientes bien? —Pregunta, mientas sigue recorriendo el lugar, hay estantes llenos de premios, por donde mirase se notaba que la persona que vive ahí tiene mucho dinero, más del que ella tiene. —No me fijé en el número de la línea y la distancia que recorrimos fue mucha, lo siento.

—Lo supuse, estoy bien, solo cansado.

No fue hasta que su mirada se fijó en una de las fotos que se encuentra colgada en la pared en que entiende lo que está pasando, sí es su casa, solo que en vez de un laboratorio hay un estudio de música porque en esa línea su variante es...

—¿Una cantante? —Aslan aparece a su lado, al igual que ella concentrado en la foto. —¿Ese soy yo?

No contesta nada, porque es evidente que ese en la foto junto a su variante era él, la verdadera pregunta es: ¿Por qué están juntos?

Espacio, tiempo y otros defectos ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora