Capítulo XV

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Las ilusiones pueden causar una ansiedad casi desbordante.

¿Pero esta era una?

Aquellas manos que una vez sujetó lo envolvían en algo más allá que solo placer, en una explosión de sensaciones inexplicables que abrumaba su cabeza y no le dejaban pensar con claridad.

¿Estaba seguro de esto?

Si, lo estaba.

Y cómo negar cuando sabía que Taehyung también quería hacer esto de una forma tan espontánea y que no hubo necesidad de más cuando increíblemente sus pensamientos compactaron.

—¿Dónde quieres ser tocado?

Jadeó.

El alfa se apoyó en sus palmas para mirarle el rostro y las iris de preciosas amatistas fueron la cúspide para un gruñido bajito, encantador, y que despertó su impaciencia.

—¿Dónde quieres tocarme? —dijo en busca del aire que le fue restringido cuando esa esencia empezó a invadir todo, impregnándolo de forma inconsciente porque en esos pocos segundos Jungkook cayó en cuenta que Taehyung desconocía cómo controlar el libido de su lobo—. Me gusta aquí —señaló su cuello, jadeando mientras tiraba la cabeza hacia atrás y apretó los ojos ante la boca ajena en él, chupando la piel sensible, mordisqueando en busca de mayor accesibilidad—. Taehyung...

—Muy bonito —le concedió, bajando por su pecho, estremeciéndose ante la lengua cálida llegando a uno de sus pezones—. ¿Quién diría que el jefe de la mafia más poderosa es un ángel enmascarado de demonio?

—J-jamás fui un ángel... y jamás lo seré...

Taehyung soltó una risa ahogada, la palma de su mano tocando lo que el omega le ofrecía y Jungkook arrugó los dedos de sus pies cuando le estrujó la carne tierna.

—Es porque no te ves como yo te veo —dl alfa le murmuró con voz ronca, un encanto que eclosionó maravillas en el estómago del menor, sus dedos yendo al cinto de su bata para tirar de él, sus ojos pronto fijándose en la piel tostada—. ¿Te gusta lo que ves?

¿Y debía responder?

Joder, Taehyung no era el alfa con el cuerpo más perfecto, pero era el tesoro que tanto anhelaba y, sobre todo, suficiente para él.

Pero quizás y solo quizás sus ojos se perdieron en una parte específica, haciendo al alfa alzar una ceja y entonces se rió ronco ante la mirada ajena en su pene, una erección que hizo al omega tragar repetidas veces.

Pero que demo-

—Eso no va a entrar. Es imposible. No tienes el tamaño promedio de un alfa coreano —le dijo con un ápice de pánico y Taehyung estrujó los dedos de ambas manos en la carne de sus muslos, tirando de él suavemente cuando lo vio alejarse un poquito.

—Sí va a entrar —le aseguró, inclinándose hacia a sus labios, mirándose con preciosidad a los ojos—. Por favor, vas a hacer que se me quite la calentura.

Jungkook se rió bonito en medio de un suspiro ahogado.

—Perdón —soltó con voz airada, con el aroma del alfa consumiendo todo de él y la bata comenzó a estorbar, ya con la piel desnuda ante el otro, las manos ajenas tocando lo que le permitía y hasta se atrevió a tocar más allá.

—¿El jefe está disculpándose? —cuestionó detenido un par de segundos—. La docilidad ha tomado posesión por lo que veo.

Y Jungkook puso los ojos en blanco ante la lengua en su pezón, chupando fuerte, arqueando la espalda para brindarle a este alfa todo, absolutamente todo.

UN ESCLAVO PARA JEON | KTH&JJK [En Emisión]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora