Capítulo XXXV

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—¿Eso está sucediendo?

Namjoon no supo qué responder.

La chica frente a él llevó la mano a su boca, aún impactada por lo que acababa de escuchar segundos atrás.

—No culpo a Jungkook oppa, en serio, ese alfa tiene algo que lo hace irresistible —Jennie continuó, bajando la mano para jugar nuevamente con el bolígrafo—. Amo a Jongin, pero V es... Diosa Luna, qué suerte y qué mala suerte al mismo tiempo. Nunca pensé que fuera miembro de las mafias del Norte, no se parece mucho a los Woo.

—Las apariencias pueden ser engañosas —comentó Namjoon vagamente, y la chica frunció el ceño en desacuerdo.

—Hmm. Jungkook no es de las personas que eligen malas parejas —ella mencionó, y Namjoon detuvo los dedos sobre el teclado de la laptop—. Según sé, ha tenido algunos novios y novias que solo fueron compañeros temporales; los dejaba porque se aburría. Solo se comprometió seriamente con el jefe Woo y el jefe Oh. Pero verlo tan... entregado a V, realmente me resulta sorprendente. Ni siquiera los proclamó como "sus alfas", ¿sabes? —comentó, inclinándose hacia adelante—. El jefe Jung dijo que llegó como un loco al Comité y gritó: "¡Nadie toca a mi alfa!". ¡Diosa Luna! ¡Qué romántico!

—¿Te parece romántica la situación de Jungkook, Jennie-yah?

La chica parpadeó.

—Oh no, su situación no es la mejor por ahora, estoy preocupada por él —ella admitió, dejando el bolígrafo en esa taza de adorno en el escritorio—. Me parece romántico el amor de él y V. Jooha-yah lo quiere mucho, lo llama "su padre", se imprimó, ¿verdad?

Pero no obtuvo respuesta.

Un puchero se formó en los labios de la omega, viendo al alfa considerado su hermano teclear sin siquiera devolverle la mirada.

Ella se removió en el asiento y Namjoon volvió a suspender los dedos apenas una preciosa tarjeta con encaje y brillo fue dejada frente a él.

Oh

—¿Qué es esto?

—La invitación para mi boda. Linda, ¿no? —Jennie dijo contenta, con una sonrisa bonita en sus labios nude—. Tendré un vestido de raso ceñido al cuerpo y de manga larga, no cubriré los hombros, quiero que vean mi piel sin marca alguna. ¿Ves? —bajó el cuello del suéter crema, revelando la piel completamente intacta—. Lisa como la porcelana.

Hace mucho no se fijaba en ello, si debía admitirlo. Namjoon le miró en todo el rato en que ella acomodó la prenda y recostó la espalda contra el respaldo, cruzando las piernas mientras sus dedos de ambas manos tamborileaban sobre los reposabrazos.

—¿Te digo algo? —él inquirió—. Todos sabemos que apenas termine la boda, Jongin te la meterá.

Y la chica se ruborizó hasta las orejas.

¡Santo Dios!

—¡Dios mío, cállate! —chilló avergonzada, la risa del alfa extendiéndose por toda la oficina mientras guardaba la invitación al interior de su abrigo—. Nam, también deberías asentir cabeza. Sé...que Seokjin es el único omega en que te has fijado, pero sabes que es imposible —le dijo apacible, y tal vez y solo tal vez el pecho de Namjoon se oprimió—. En serio lo sabes, oppa.

¿Qué debía responder? Tarde o temprano deberá unirse con un omega a conveniencia, y no cualquiera, uno de su misma familia. Seokjin no era el indicado, por ley de su familia debía enlazarse con un omega de su misma sangre. Y no era algo que no sabía, aun así se arriesgó a tener una relación con él.

—No pienso pasar el resto de mi vida con un omega que no sea Seokjin —confesó y la chica separó sus labios para hablar, pero los cerró apenas oyó el suspiro ajeno—. Pero deberé lastimarlo temporalmente para poder estar juntos.

UN ESCLAVO PARA JEON | KTH&JJK [En Emisión]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora